Saludable lección
Un taller acercó ayer a escolares del colegio Los Vadillos las claves de una alimentación equilibrada con productos tradicionales y cercanos
L. BRIONES BURGOS
Que un puñado de escolares de 10 y 11 años se relaman tras comer lentejas es posible, para sorpresa incluso de los protagonistas. Ocurría ayer en Burgos, en el colegio Los Vadillos. El chef Jesús Prieto y el especialista en Nutrición y Dietética Emilio Blanco obraron lo que en no pocos hogares con niños bien puede considerarse un milagro. Daban fe de la ‘proeza’ -y de los gustoso de las legumbres con vinagreta suave de puerros y crujiente de cecina- representantes de la administración regional.
El director general de Salud Pública de la Junta de Castilla y León, Agustín Álvarez, afirmaba que iniciativas como la que ayer literalmente se cocinaba en el citado centro educativo local son fundamentales para concienciar sobre la «extraordinaria importancia que tienen unos hábitos adecuados y una alimentación equilibrada en la salud de las personas». Esta es «una evidencia» que, pese a que «no necesita ningún tipo de demostración», contrasta con los datos que dibujan un creciente sobrepeso, también infantil, lo que es aún más preocupante, y una elevada presencia de patologías crónicas como la diabetes o la hipertensión. Se revela pues como una asignatura todavía pendiente. Especialmente en el aula. Formar en este sentido no solo sirve para «estar más sanos», que es la meta fundamental, subrayó Álvarez, también permitirá -al paliar enfermedades que en la actualidad ‘consumen’ un importante volumen de recursos- «que el sistema de salud sea sostenible».
Para lograr tan ambiciosos objetivos los responsables de la jornada compartieron con su joven público -ataviado como exigía la ocasión- varios consejos. «Hemos hablado del desayuno, que es la comida más importante del día; de volver al bocadillo, con pan, pan, como se hacía antes; de incrementar la actividad física y reducir las horas de videojuegos y televisión», recapitulaba Blanco al término de un taller que, en esencia, busca facilitar al niño herramientas para que sea «protagonista» de su alimentación saludable. «La idea es que tenga incluso capacidad de influir en las decisiones familiares a partir de lo aprendido», añadía, convencido de que «todo lo que hagamos mal en este ámbito se acaba pagando».
Coincidían en este punto las reflexiones de Álvarez y Blanco, subrayando ambos la responsabilidad compartida de toda la sociedad en mejorar este aspecto. El responsable de la Junta llamó a creer en la «dimensión colectiva de la salud». Por su parte, el nutricionista abogaba por implantar una asignatura dedicada la alimentación en las escuelas.
Aplaudía la propuesta el cocinero Jesús Prieto, autor de los platos que encandilaron ayer a los alumnos de Los Vadillos, construidos además a partir del producto tradicional y autóctono: «Tenemos maravillas en Castilla y León que en ocasiones se demonizan sin más razón que el desconocimiento de las múltiples posibilidades que ofrecen». Las lentejas sirvieron de ejemplo. Su receta, alejada del guiso tradicional, más propio de los meses fríos, presentó la legumbre como una forma ideal para ‘refrescarse’, incluyendo además -en el caldo de la cocción- una nutrida lista de verduras.
El cordero reinó en el segundo plato en forma de albóndiga, con piñones y cebolla caramelizada. «Yo en estos talleres constato que no es que los niños no sepan comer, es que están acostumbrados a decir que no les gusta la textura sin haber probado lo que se les ofrece. Hoy de hecho más de uno se ha sorprendido de lo buenas que estaban las lentejas», relataba antes de recoger los bártulos, satisfecho por la acogida.
De postre, texturas, precisamente. Y ‘juego’ con manzanas reinetas, cerezas, queso de cabra, chocolate, miel... Formas diversas que servían para perder el miedo a probar nuevos sabores, «que es fundamental, como lo es que sepan cocinar, algo que también debería aprender en clase», apostillaba.