El Correo de Burgos

TOROS

Florencio Riocerezo, el torilero burgalés que dedicó su vida a la fiesta de los toros

Fallecido el pasado mes de enero, su figura estuvo ligada a la plaza de Los Vadillos y a El Plantío desde 1967

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Burgos

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I. CRESPO burgos

La feria que concluyó el jueves ha sido la primera sin Florencio Riocerezo, el inigualable torilero de la plaza de toros de Burgos. Desde Los Vadillos hasta El Plantío. Toda una vida dedicada a la fiesta de los toros. Novillero primero, torilero después, aficionado siempre. Hombre discreto, de gran talante, con infinidad de amigos entre los profesionales.

Nacido un 6 de noviembre de 1929 en el barrio de San Gil de Burgos, Florencio comenzó con 17 años a torear y después ejerciendo labores de torilero, función con la que despidió la vieja plaza de los Vadillos e inauguró El Plantío el 28 de junio de 1967 con un cartel formado por Jaime Ostos, Manuel Benítez “El Cordobés” y José Manuel Inchausti “Tinín”. Ese día abrió la puerta de chiqueros al primer toro de la tarde, marcado con el número 10 de 478 kg. de peso, negro zaino y de nombre Pantero.

En su trayectoria, asistió a la primera alternativa en la plaza del Plantío del diestro Ángel Teruel (1967) y las sucesivas de José Cubero “Yiyo” (1981), Miguel Sánchez Cubero (1986), El Umbreteño (1994), Morante de la Puebla (1997), Víctor de la Serna (2000), Antonio Barea (2001); Juan de la Reina (2002), Roberto Martín “Jarocho” (2003).

En la feria del año 1992 se conmemoró el 25º Aniversario de la Plaza del Plantío, y allí estaba él con su traje campero, abriendo esa puerta de toriles, para los toros de Guadalest, que lidiaron José Mª Manzanares, Paco Ojeda y Juan Antonio Ruiz ‘Espartaco’.

Oficialmente se jubiló el 2 de julio de 1994, fecha en la que Juan Serrano ‘Finito de Córdoba’ le brindó la muerte de uno de sus ejemplares, como reconocimiento a su labor. Ese mismo año, fue homenajeado por la Peña Taurina de Burgos y cuatro años más tarde recibió el título de Buen Vecino de Burgos en el Ayuntamiento.

Continuó ligado al coso, ayudando a labores de enchiqueramiento y apartado de las reses.

De manera simbólica, Florencio abrió el portón del último toro que se lidió en la plaza de El Plantío antes de su remodelación integral.

Florencio falleció en Burgos el pasado 23 de enero de 2017.

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