Adjudicada la modificación del proyecto del García Lorca
La adaptación del diseño al nuevo plan funcional del futuro centro de salud costará 21.000 euros y deberá hacerse en dos meses
La Junta ha rubricado ya el contrato con el arquitecto responsable de modificar el proyecto del centro de salud que sustituirá al García Lorca. Los cambios deberán ajustar el diseño al nuevo plan funcional elaborado -entregado hace quince días a los representantes vecinales- que incorporaba las oportunas adaptaciones a la realidad sociodemográfica actual del entorno al que prestará servicio.La adjudicación de esta tarea, por un importe de 21.000 euros, fija un plazo de dos meses para la entrega del proyecto. «Si contemplamos los pasos administrativos oportunos calculamos que el documento estará listo a finales de septiembre», afirmaba el procurador del PP por Burgos, Ángel Ibáñez, satisfecho del paso dado, pues le permite además cumplir su promesa con la plataforma ciudadana que reclama esta dotación sanitaria, con la que se reunía a comienzos del mes de julio, fijando una nueva cita que coincidirá con la entrega del proyecto.Ibáñez celebraba el contrato como «un avance muy importante» y «muy peleado» por los procuradores burgaleses cuya demora achacó al retraso en la aprobación de los presupuestos. «Hemos tratado de que se agilizara al máximo y al parecer se ha conseguido», celebró, para interpretar que, además de ser «un primer paso en plazo», la adjudicación «evidencia el compromiso de la Administración regional con esta infraestructura».Reconocía además que la existencia de este documento facilitará reclamar la inclusión en el presupuesto del próximo año de una partida suficiente para adjudicar las obras y comenzar su ejecución.Cabe recordar que el pasado 4 de julio el propio Ibáñez se reunía con los representantes de la plataforma por el nuevo centro de salud García Lorca. La cita culminó con ambas partes satisfechas. Juana Gómez, portavoz del colectivo y trabajadora social del centro, destacaba entonces la voluntad del ‘popular’ por mantener un contacto permanente y este garantizaba «información continua» para acabar con la incertidumbre que, reconocía, ha podido motivar el enfado de los habitantes de la zona. Así, acordaban en su encuentro crear una suerte de ‘comisión de seguimiento’ de la infraestructura.«Estaremos vigilantes», advertía en aquel momento la representante de una agrupación que congrega a colectivos sociales y vecinales del G-9, Capiscol, La Ventilla y Castañares, junto a profesionales del espacio sanitario en cuestión