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SOCIEDAD

Solidaridad en tierras peruanas

El burgalés Julio Velasco, trabajador de ‘La Caixa’, viajó durante sus vacaciones como voluntario a Perú donde colaboró durante un mes con la ONG ‘Madre Coraje’ y ‘Vecinos Perú’

Visita de los voluntarios de ‘La Caixa’ a Huancavelica, Perú.-ECB

Publicado por
VALERIA MOZO
Burgos

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Cuatro semanas en Perú con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de las poblaciones más vulnerables. Eso es lo que Julio Velasco, empleado de ‘La Caixa’, ha estado realizando durante el pasado mes de junio, colaborando en un proyecto de ayuda humanitaria organizado por la ONGMadre Coraje.

El burgalés ha desarrollado este proyecto de la mano del programa de cooperación internacional de la fundación bancaria en la que trabaja, junto con la ONG Madre Coraje y Vecinos Perú, que es la que actúa en el territorio. Julio fue el seleccionado en Burgos por la organización bancaria tras haber pasado un proceso de selección, en el que se tuvieron en cuenta aspectos como el perfil, la experiencia o las expectativas de los candidatos, los cuales posteriormente recibieron programas de formación y sensibilización.

El proyecto ha sido realizado en comunidades alpaqueras e iba dirigido a aportarles valor a seis asociaciones en Huancavelica, provincia de Perú muy metida en los Andes. El objetivo era asesorar en cuestiones relacionadas con liderazgo y gestión empresarial a los líderes de las asociaciones y a los cargos directivos, pero también a aportar conocimiento a los asociados mediante reuniones.

Principalmente había dos fases en las que desarrollaron la actividad. En primer lugar visitaron la comunidad y contactaron con la asociación para tener unos parámetros previos, sobretodo con los líderes, y posteriormente expusieron las propuestas de mejora a todos los socios, insistiendo y visualizando las áreas de mejora con ellos. Además de esto, la organización realiza posteriormente un seguimiento, estando disponible para cualquier pregunta que pueda surgir. Asimismo en septiembre seguirán con el proyecto, mandando a un nuevo equipo.

«La finalidad más importante a nivel profesional del proyecto era la mejora económica, intentando que los componentes de estas asociaciones perciban otra realidad desde fuera, es decir, que vean una visión más occidental, distinta, de lo que se puede hacer, eso es lo más importante, que tengan una visión menos cerrada y local, más generalizada», explicaba Velasco. En cuanto a nivel personal, también se les aporta unos valores, «les abres ojos a que hay otras condiciones de vida distintas con sus condiciones económicas», aclaraba el voluntario burgalés.

No estamos ante un proyecto de efectos inmediatos, «no tiene una finalidad por la que llegas y cumples si no que es una actividad a largo plazo donde la organización es solo un eslabón para conseguir los objetivos. Aportar este valor no es tarea fácil, pero se llegó en todos los casos a todas las asociaciones», como declara Julio.

Las comunidades a las que se dirigen son de gran pobreza y de distintas clases, dos de carne de alpaca, dos artesanía, otra de pieles y otra de fibra. En ellas se realizaron principalmente actividades de conocer el entorno y la realidad empresarial en la que se movía cada una de las asociaciones, «que se encontraban en un nivel muy inicial», como explica Velasco, para intentar a través de principalmente reuniones y visitas a sus explotaciones ganaderas, ayudarles a ver las posibilidades que tenían de mejorar cada explotación. «Organización, comercialización gestión, distribución de tareas fueron los aspectos donde nosotros más nos implicábamos» expone el voluntario.

El burgalés estuvo acompañado en su estancia por un compañero procedente de Bilbao, y califica a las comunidades como «muy hospitalarias y acogedoras» explicando que en gran medida esto se debe al idioma, también castellano. «Es muy grato el trato con la gente, son muy generosos y eso que son unas comunidades realmente pobres, pero te agasajan con todo lo que tienen». Por otro lado, Julio destaca que todas las expectativas personales se cumplen, pero en cuanto a las profesionales, no tienen la total seguridad de que lleven a cabo lo que les han enseñado, aunque la organización cumpla los objetivos previos.

Como delegado de la delegación de voluntarios, Julio considera insuficiente lo que se hace por estas comunidades en general, aunque estos programas consiguen transformar, no solo a los residentes de las comunidades si no también a los voluntarios. «Nunca es suficiente, pero es cierto que los voluntarios vuelven cambiados, vivir esa realidad les transforma y esto puede ayudar a cambiar las cosas en su vida diaria. Si todos hiciésemos un poco por la realidad del prójimo, seguramente todo mejoraría», declaraba.

Además de esto, el voluntario ha realizado otros trabajos similares este año, en Angola, también de la mano de ‘La Caixa’ y aunque este año descarta realizar más, continuará en años próximos.

En esta undécima edición fueron 41 los trabajadores elegidos para ser ‘CooperantesCaixa’, dirigidos a 20 proyectos diferentes en multitud de destinos.