El 90% de los ictus podría evitarse conociendo los factores de riesgo

Hoy se celebra el Día Mundial de Ictus, un trastorno brusco en la circulación sanguínea del cerebro que puede ser producido por oclusión arterial- en el 85% de los casos- o por hemorragia, en el 15%. El ictus es actualmente la segunda causa de muerte en España- la primera en mujeres-, la primera causa de discapacidad adquirida en el adulto y la segunda de demencia. Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), cada año entre 110.000 y 120.000 personas sufren un ictus en nuestro país, de los cuales un 50% quedan con secuelas discapacitantes o fallecen.La rápida atención es crucial y es que por cada minuto que una persona sufre detención o disminución de la circulación de sangre en el cerebro se pierden 1,9 millones de neuronas y 14 billones de conexiones neuronales. De hecho una hora supone un envejecimiento cerebral de 3,6 años y una pérdida de 120 millones de neuronas, por eso, el ictus es siempre una urgencia médica.Los principales síntomas del ictus son la ‘caída’ de un lado de la cara; la pérdida de fuerza o sensibilidad en un lado del cuerpo; problemas de expresión o de entendimiento con una brusca alteración del lenguaje y la dificultad de hablar; la alteración de la visión como pérdida de visión por un ojo, visión doble o incapacidad para apreciar objetos en algún lado de nuestro campo visual;la pérdida brusca de coordinación o equilibrio y el dolor de cabeza muy intenso e inusual. Aunque muchas de las personas que sufren un ictus presentan una combinación de varios de estos síntomas, con solo experimentar uno de ellos, es importante acudir al hospital.Para saber si alguien se está enfrentando a un ictus es clave saber detectar los síntomas a tiempo y para ello, los profesionales recomiendan realizar tres acciones sencillas y concretas. La primera de ellas es pedir a la persona que podría estar sufriendo un ictus que sonría; en segundo lugar que levante los brazos y, por último, hacerle una sencilla pregunta poniendo atención en su capacidad de respuesta y si esa respuesta tiene sentido. En caso de que la persona no pueda desarrollar con normalidad una de estas tres órdenes, el tiempo de respuesta es crucial, de ahí la importancia de avisar a los servicios de emergencias lo más rápido posible.A pesar de los datos, el mensaje de los profesionales sanitarios es positivo y es que hasta el 90% de los ictus se pueden prevenir conociendo los factores de riesgo y tratándolos adecuadamente. Y en caso de presentar un ictus, este se puede tratar de forma eficaz. Por ello deben conocerse los síntomas y signos de alarma y solicitar atención urgente.Desde la farmaciaPrecisamente para concienciar a la población de la importancia de conocer los factores de riesgo, su prevención, los síntomas y la forma de actuar ante un ictus, las farmacias burgalesas participan en una campaña nacional de prevención del ictus que han desarrollado el Consejo General de Colegios Farmacéuticos, la Sociedad Española de Neurología y la asociación de pacientes Freno al Ictus. Para favorecer la educación sanitaria desde las 22.000 farmacias españolas se distribuirán 22.000 pósters con las indicaciones básicas y 220.000 dípticos en las cuatro lenguas cooficiales.En este sentido, Miguel López de Abechuco señala que «los farmacéuticos comunitarios podemos ejercer una labor fundamental en la educación sanitaria y prevención del ictus, así como en la actuación urgente para saber detectarlo» y apunta que «el papel del farmacéutico es muy importante tanto en el apoyo en medidas de prevención como en las pautas de actuación».Aunque el ictus se produce, por norma general, de una forma brusca, hay factores de riesgo que se pueden evitar como la hipertensión; un colesterol elevado; el consumo de tabaco, alcohol y drogas; la obesidad; el estrés; la inactividad física y el sedentarismo; la diabetes o las arritmias cardiacas. La prevención es clave y para ello se recomienda reducir el consumo de sal y grasas y llevar una dieta sana y variada; hacer ejercicio moderado y huir del sedentarismo; deja el tabaco y reducir el consumo de alcohol; controlar el peso, la tensión y colesterol y realizar controles médicos de forma periódica.Con el objetivo de profundizar en la formación de los farmacéuticos, la campaña se complementa con la elaboración de una guía con la colaboración de la SEN en la que se abordan las manifestaciones clínicas, la etiología, el manejo en fase aguda, el tratamiento farmacológico, y el papel del farmacéutico.