El trabajo en equipo, clave para una perfecta convivencia

Son las siete y media del lunes. Llamamos al timbre y nos responde Andrés preguntándonos quiénes somos. Le comentamos que venimos de El Correo de Burgos para hacerles una entrevista. Él ya está avisado, nos pide que subamos y se encarga de abrirnos la puerta y de pedirnos que pasemos. Han preparado café y pastas para nosotros después de haber ido a la compra junto a Natalia Molina, su cuidadora. En el salón esperan Álvaro y Álvar que se presentan cuando entramos.Ya llevan algo más de un mes viviendo juntos y se les ve muy compenetrados.Andrés es el más inquieto y quien más animado está para contestar a nuestras preguntas pero entre los tres forman un buen equipo y eso se nota cuando pasamos a la cocina, donde nos muestran su planning semanal y nos cuentan qué tarea doméstica se les hace cuesta arriba. «Lo más complicado es empezar una rutina desde cero, es lo que más les cuesta, hay que estar pendiente de ellos para cerciorarse de que están haciendo las cosas bien, estamos en continuo aprendizaje», explica Natalia mientras los chicos enseñan a mi compañero fotógrafo sus habitaciones y el aseo de la casa. «Tienen muchas actividades a lo largo del día, por eso cuando llegan están cansados y, a veces, hay que animarles a hacer las cosas antes de ir a dormir», añade Molina.Es sin duda una cuestión de trabajar en equipo y de forma colaborativa porque en casa «hay que hacer de todo, desde ir a la compra los lunes, organizar el menú semanal, limpiar el baño y planchar o hacer la cena y poner la mesa», comenta Ignacio Gutiérrez, coordinador del proyecto. Lo que más les gusta a los chicos es «ir a tomar una bravas con Natalia», comenta Andrés, o «tomar una coca cola y ver la tele cuando ya está todo hecho», explica Álvar.

Nos vamos, es hora de ir preparando la cena.