Oleada de robos de catalizadores de vehículos en la zona de la UBU
Los ladrones accedieron a varios garajes y se llevaron objetos también del interior
Los ladrones se ensañaron en la madrugada del lunes al martes en varios garajes de las comunidades de propietarios de las calles Hornillos, Navarrete, Sorbona, Autónoma y Oxford para robar en el interior de los coches y, en algunos casos, hacerse con los catalizadores de los vehículos. No es la primera ocasión en que se producen robos en esta zona cercana a la Universidad de Burgos, pero no es la única ya que en los últimos días se han producido denuncias por sustracciones de esta pieza que va unida al tubo de escape en garajes de la calle Severo Ochoa y también en la zona de las piscinas del Plantío.El robo de catalizadores se ha puesto de moda, igual que ocurrió con los cables de cobre, y es que están fabricados con materiales como platino, radio y paladio, tres metales que tienen buena salida en el mercado negro. Esta pieza del coche sirve para reducir el impacto ambiental de las emisiones contaminantes nocivas de los vehículos, por tanto, hace de filtro de partículas. Así, el hecho de que falte hace que los vehículos contaminen más y también se nota rápido que falta por el estruendo que hacen al circular.El catalizador no es lo único que han robado en la madrugada del martes. Los propietarios de algunos vehículos se encontraron lunas rotas y cerraduras forzadas para hacerse con diversos objetos como herramientas en coches de empresa y en algunos casos faltaba hasta la documentación. Durante la mañana de ayer la oficina de denuncias de la Policía Nacional registró al menos media docena de casos de robos en el interior de garajes que se suman a los de días atrás en otras zonas de la capital burgalesa.Una pieza que oscila entre los 20 y los 250 eurosLa razón por la que los ladrones se llevan esta pieza, que está integrada en el tubo de escape, es que lleva, entre otros elementos, platino, muy cotizado y de fácil venta en el mercado ilegal. Como señalan fuentes del sector automovilístico, se trata de «un cheque al portador». Los ladrones van a «por los que saben que son caros», al ser una pieza que puede costar entre 20 y 250 euros. Además, su retirada es relativamente sencilla con las herramientas adecuadas al estar en la parte de abajo del vehículo. Los asaltantes suelen elegir garajes comunitarios.