COMITÉ CIUDADANO ANTISIDA (CCASBU)
Frenar al VIH/SIDA con información
BURGOS
Atención e información como fórmula para reducir la incidencia en la sociedad del virus VIH y el desarrollo de la enfermedad. El SIDA fue una enfermedad que generaba rechazo en la sociedad a finales de los 80. No había motivo para tal alarma porque el contagio no era tan sencillo. Sólo por sangre y relaciones sexuales sin protección. El miedo por el desconocimiento aisló a los que padecían esta enfermedad. Cubrir las laguna sobre información para facilitar la inserción de los pacientes y realizar un tratamiento más intervencionista en aquellas personas en peor situación fue el trabajo con el que nació en 1990 el Comité Ciudadano Antisida. La imposibilidad de que las personas en peor situación y con problemas añadidos pudiera ir a una residencia permitió crear centros residenciales específicos. Así surge en 2002 la Casa de Acogida de la Encina que ha cumplido 15 años. Con estos mimbres: atención e información, el Comité Ciudadano Antisida va subiendo pasos para acabar con esta pandemia.
En el ámbito asistencial la Casa de la Encina acoge a las personas contagiadas en los años 80, con décadas expuestas al tratamiento médico y sin el sostén familiar que les apoyo y otras dolencias añadidas. «Trabajamos con personas que necesitan apoyo, con muchos año de diagnóstico y que se medican desde hace 20 años y tienen enfermedades derivadas de aquellos primeros tratamientos y que necesitan apoyo y cuyo principal problema es la soledad», destaca el presidente del Comité Ciudadano Antisida, José Antonio Noguero. En La Encina cuentan con 10 plazas por donde han pasado 26 personas durante todo el año. Noguero destaca que es una casa inusual porque «está financiada por un Ayuntamiento, el de Burgos, que no tiene competencias en esta materia y por el hecho de no exigir empadronamiento a los internos». También cuentan con el apoyo de la Junta de Castilla y León y prestan servicio desde 2002. Este último año han atendido 26 personas en diez plazas junto a las siete personas que conviven en pisos (El Tejo y El Roble). En total son 30 personas atendidas de donde tres parejas han logrado una mayor autonomía viviendo en solitario.
El problema, por el que surgen en su momento este tipo de centros, es que los pacientes de VIH siguen estigmatizados. «Sigue considerándose enfermedad contagiosa y, por ello, no pueden ir a las residencias habituales por lo que se crearon estos centros», destacan. No hay muchos, entre 40 y 50 en todo el país «un recurso insuficiente para la demanda». Durante sus 15 años de vida han atendido a 276 personas.
Estar catalogados dentro de ese epígrafe de enfermedad contagiosa «no pueden asistir a oposiciones, ni acudir a los viajes del Imserso o ir a la piscina cuando técnicamente si una persona está correctamente medicada el virus no se contagia pero esta identificación administrativa no se ajusta a la realidad, tampoco en el ámbito laboral porque aún hay, aunque la sociedad ha avanzado mucho, sigue habiendo una carga importante de rechazo a la hora de encontrar un empleo», sentencia Noguero.
La sensibilización es otro de los caballos de batalla del Comité. Al trabajo con la sociedad, de defensa de los derechos jurídicos, administrativos y sanitarios de los enfermos se une la formación de los más jóvenes. «Ahora los casos que se dan son los más mayores que contrajeron la enfermedad en lo 80 por las drogas y los nuevos causos por contagios vinculados a la sexualidad», destacan. De ahí que desde hace 10 años la asociación trabaje la formación en sexualidad de los jóvenes. Para ello cuentan con dos educadores especializados que cada curso asite a 23 institutos de la capital y la provincia por los que informar a 2.800 jóvenes al año.
Solventar dudas también es importante. Por ello el Comité también realiza la prueba del VIH de forma gratuita y anónima. El año pasado realizaron un total de 220 de las que este año se encontraron cinco positivos. «Hacerse la prueba es la mejor estrategia para curarte tu y a los demás», señala. Un tipo de pruebas que se multiplican una vez llega el Día contra el Sida, el 1 de diciembre.
El trabajo de atención asistencial, sensibilización e información se lleva a cabo con el apoyo de 69 socios y el trabajo de 16 personas contratadas que realizan un apoyo transversal y siete colaboradores fijos. El objetivo es ganarle la batalla a la pandemia que asoló las vidas de muchos jóvenes en los 80. Las cosas parecen haber mejorado a nivel social pero aún quedan muchas barreras por superar para demostrar que el VIH puede ser, con la medicación actual, indetectable e intransmitible.