Lorenzo: «Pares es un espacio donde drenar las emociones y compartir miedos»
El responsable de la Unidad del Sida valora Pares como medida para «romper con la barrera médico paciente»
«Diagnosticar a una persona de Sida es un trauma emocional y un antes y un después en su vida, sin embargo sabemos que ser seropositivo hoy en día no tiene absolutamente nada que ver con lo que era serlo hace treinta años». Así lo asegura el doctor Juan Francisco Lorenzo, coordinador de la Unidad del Sida del HUBU, quien apunta que «en ese camino de aceptación el Programa Pares es clave».Y es que, aunque el paciente recibe mucha información en la consulta médica sobre lo que significa tener VIH, qué pasa en su organismo o sobre la eficacia de los tratamientos, «ese momento no deja de ser una relación médico- paciente donde siempre hay una ‘barrera’ en medio», apunta el doctor. Una barrera que se rompe con el programa Pares ya que «en ese espacio el paciente entabla una relación con un igual, alguien que tiene experiencia en este aspecto y que siempre será más cercano».Además, Lorenzo explica que «cuando uno va al médico y recibe una mala noticia se produce un momento de aturdimiento, donde parece que el paciente está escuchando y enterándose de lo que se le está explicando, pero cuando sale de la consulta, la realidad es que el paciente no se ha enterado de nada y le surgen cientos de preguntas».Pares da una respuesta calmada a todas ellas y es que «hablar con una persona que ha vivido las mismas, o parecidas, circunstancias personales y emocionales puede ayudar mucho, especialmente en los primeros momentos tras ese diagnóstico», explica el responsable de la Unidad, «es una relación de igual a igual».Además, para Lorenzo el programa es una buena herramienta para conseguir confidencialidad y es que «Burgos es una ciudad pequeña y muchos de nuestros pacientes ni siquiera quieren acercarse a las instalaciones del Comité Ciudadano AntiSida por miedo a encontrarse con alguien».Acudir a la consulta, aunque se lleve muchos años con la enfermedad, «es siempre un trauma y conlleva días de inquietud y nerviosismo», por eso que «sepan que la puerta de Pares está abierta para hablar con un igual, drenar sus emociones y compartir sus miedos es muy importante».Cada paciente «tiene sus necesidades», comenta el doctor, y «es mucho más fácil que las expresen en un espacio de confianz y con un igual que a una persona como nosotros», apunta y hace hincapié en la importancia de que «el sistema sanitario se de cuenta de que está ante pacientes crónicos que se informan y saben lo que les pasa, ante un paciente 2.0, y eso exige que los sanitarios nos situemos ante él con un respeto distinto al que se hacía años atrás con la medicina paternalista».Lorenzo recuerda que «el paciente tiene derecho a todo tipo de información porque la enfermedad y el tratamiento son suyos» y es que «él es el propietario de la situación y los profesionales sanitarios somos los invitados, pero en muchas ocasiones seguimos funcionando al revés». La realidad es que «nosotros tenemos una relación con el paciente muy orgánica pero no sabemos nada de su situación personal, como está su mundo emocional y sus relaciones sociales o familiares y todo eso debería tomarse en consideración para mejorar la calidad asistencial».Además del doctor Lorenzo, en la unidad es clave la figura de la enfermera Yolanda Hernando. «Es el nexo de unión entre la consulta y el programa». Ellos, junto a la responsable de Pares forman un equipo cuyo objetivo es «facilitar a las personas con VIH, la aceptación de esa nueva situación desde el punto de vista sanitario, social y personal y que entiendan que aunque tener Sida es una realidad importante, van a poder hacer una vida normal y prácticamente igual que si no tuvieran la enfermedad», señala el doctor.