El Correo de Burgos

MUNICIPAL

El inicio en el alcohol y el tabaco ronda ya los 13 años

Nueve iniciativas de prevención en la escuela llegaron el año pasado a más de 4.400 jóvenes

Miembros de las asociaciones que trabajan en la prevención de las adicciones.-RAÚL G. OCHOA

Miembros de las asociaciones que trabajan en la prevención de las adicciones.-RAÚL G. OCHOA

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L. B.
Burgos

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La edad de inicio en el consumo de alcohol y tabaco desciende progresivamente. Las estadísticas así lo indican y los colectivos que trabajan día a día con jóvenes lo confirman. Burgos, claro, no es ajeno a esta realidad. La experiencia sobre el terreno de las asociaciones que desarrollan en la ciudad programas de prevención de adicciones coincide: el debut en este ámbito se produce entre los 13 y los 14 años .

De ahí que el reto común a corto plazo pase por «elevar esa edad». ¿Cómo? «Atajando la dispensación, pues especialmente en el caso del tabaco adquirirlo es demasiado fácil, y centrando los esfuerzos en la prevención en edades previas, «especialmente en los primeros cursos de la ESO, pues es en el paso de segundo a tercero donde suele darse ese primer contacto», relataba la psicóloga responsable de este ámbito en la delegación provincial de la AsociaciónEspañola Contra el Cáncer, Cristina Sota.

Asentían a sus afirmaciones sus compañeros de mesa, la edil de Sanidad, Lorena de la Fuente, y representantes de otras cinco entidades sociales que también llevan a cabo iniciativas de sensibilización incluidas en la oferta municipal para centros educativos.

Totalmente de acuerdo con lo indicado por Sota se mostraba Julián Mateos, de Alcohólicos Rehabilitados de Burgos, que recordaba al respecto las cifras «preocupantes» que ofrece el último informe del Plan Nacional de Drogas, «con un 70% de menores que reconocen haber ingerido alcohol en el último mes y un 20% incluso haberse intoxicado». Además, hacía hincapié en conclusiones de otros estudios que vinculan el inicio en el consumo de bebidas alcohólicas, «en edades cada vez más tempranas, con lo que ello conlleva para el desarrollo de los jóvenes», a grandes eventos festivos puntuales.

Y es que, añadía Manuel Fuentes, director de Fundación Candeal Proyecto Hombre, «este momento sigue considerándose un rito de paso a la vida adulta, totalmente inadecuado, desde luego», asociado además, señaló, a una «búsqueda de alteración de la conciencia» que se interpreta como celebración.

A las citadas sustancias se suma el cannabis como foco de alerta. El citado informe nacional arroja que un 18% de los jóvenes consultados afirmó haber consumido también esta droga en los últimos treinta días, «lo que evidencia que ya existe cierto hábito», dando lugar a una combinación (tabaco, alcohol y cannabis) «que sin duda abre puertas a problemas todavía más graves y complejos».

En comparación con el resto de provincias, Burgos «se ubica en la media en lo referido al consumo de cannabis», precisó Fuentes, para destacar, sin embargo, la ubicación de Castilla y León en su conjunto «muy por encima de la media en consumo de alcohol, con especial tendencia a las borracheras o atracones etílicos».

Todos los presentes -junto a los citados, Carlos Domingo de la Torre, de Cruz Roja; Imelda Navarro, de Juan Soñador; y Rocío Hernández, de la Asociación de Ayuda al Drogodependiente (Aclad)- compartían la importancia de implementar programas diversos de prevención en la escuela para cambiar la alarmante tendencia.

Lorena de la Fuente se encargaba de detallar aquellos que cuentan con respaldo económico del Ayuntamiento, a través del Plan Municipal sobre Drogodependencia, al enmarcarse en el convenio de colaboración suscrito con estas entidades.

El año pasado las nueve iniciativas contempladas por tal acuerdo llegaron a 4.435 jóvenes. El presupuesto destinado a estos programas rozó los 280.000 euros, «manteniéndose la cuantía de ejercicios previos que también será la misma en 2018», subrayó la concejal.

BOTELLÓN Y CHAMIZOS

Al margen del citado convenio, se daba cuenta del alcance de dos planes de acción recientes llevados a cabo por Aclad y destinados a prevención del consumo y reducción de daños por esta causa en lugares de ocio callejero, es decir, en focos de botellón, y en chamizos.

«En el primer caso la sensibilización corre a cargo de jóvenes de la misma edad, formados en drogodependencias y mediación, que ofrecen información y que en 2017 entregaban 7.600 folletos y postales a 3.800 jóvenes», indicó Hernández.

La segunda iniciativa ‘entra’ en los locales de ocio. Allí, educadores realizan intervenciones sobre distintas temáticas, desde consumo de sustancias nocivas hasta ruidos y normas de convivencia. El año pasado se actuó en 11 chamizos, con 161 jóvenes participantes.

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