El Correo de Burgos

El emocionante encuentro de la Madre con su Hijo

La Virgen y Jesús se encontraron frente a la Catedral arropados por sus fieles

NuestraSeñora de los Dolores y su Hijo se encuentran frente a la Seo burgalesa.-ISRAEL L. MURILLO

NuestraSeñora de los Dolores y su Hijo se encuentran frente a la Seo burgalesa.-ISRAEL L. MURILLO

Publicado por
V. M. / L. B.
Burgos

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La Plaza del Rey San Fernando volvió a acoger ayer uno de los momentos más emocionantes de la Semana Santa burgalesa. Madre e Hijo se encontraron frente a la Seo burgalesa y los presentes envolvieron el momento con aplausos y ‘vivas’. Un hora y media antes, desde la iglesia de San Gil salió Nuestra Señora de los Dolores, con el corazón roto y el alma en vilo, en un trono labrado por Maese Calvo. Iba al encuentro de su Hijo querido, acompañada por cofrades y a hombros de los costaleros de la Real Hermandad de la Sangre de Cristo de Burgos y de Nuestra Señora de los Dolores, erigida en 1592 y refundada en 1944.Ni siquiera los aplausos y los ‘vivas’ que el público le entregaba a su paso lograban consolar su inmensa tristeza. Con paso lento y seguro la Virgen se acercaba a su destino, encontrarse con su Hijo a los pies de la Catedral. En su camino quisieron consolarla con pétalos a su paso por la calle Avellanos, pero ni las flores ni la devoción de los presentes aliviaban a esta madre sabedora del destino de su Hijo.Desde la iglesia de San Cosme y San Damián salió Jesús con la Cruz a Cuestas, talla realizada por Ildefonso Serra a inicios de 1900. Lo hacía a hombros de los costaleros de la Archicofradía de Jesús con la Cruz a cuestas. Cornetas y tambores acompañaban al Hijo al encuentro con su Madre y fue tras la puesta del Sol, con la noche iluminada por los faroles de los cofrades, encaraba Cristo el Arco de Santa María, anhelando la presencia de su Madre.Al filo de las nueve y cuarto de la noche, la Virgen de los Dolores veía aparecer a su Hijo. El silencio se hizo en la Plaza del Rey San Fernando, un silencio que se rompió con el tronar de los tambores. María y Jesús se encontraban frente a frente. La emoción embargó a los presentes en un instante sobrecogedor que arrancó aplausos y lágrimas. Entre ellas, las de Ana, burgalesa afincada a León, que cada SemanaSanta vuelve a su ciudad natal. «Es un momento impresionante, seas creyente o no lo seas, sobrecoge vivir un encuentro como este», aseguraba.Con Madre e Hijo unidos daba comienzo una breve Liturgia de la Palabra, dirigida por el Abad de la Semana Santa. Después dos cofrades de la Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores- madre e hijo- fueron los encargados de interpretar un diálogo entre María y Jesús en los momentos previos de su pasión y muerte. Varias piezas musicales interpretadas por las bandas cerraron la liturgia y anunciaron la despedida.Madre y Hijo se miraron por última vez y la plaza se colmó de aplausos de los presentes. Ella, rota y desconsolada, empezó su camino de vuelta hacia la iglesia de San Gil, donde los cofrades la dijeron adiós con la Salve Popular. Mientras tanto, Cristo y su cofradía se dirigieron a la Catedral pasando por Nuño Rasura, Santa Águeda y plaza de Santa María, donde realizó una estación de penitencia frente al Santísimo Sacramento expuesto en la Escalera Dorada de la Seo burgalesa. Después, Cristo inició el trayecto de vuelta hasta San Cosme y San Damián, donde esperó a la muerte.La denegación del indulto, «una enorme decepción»«Una gran pena, una enorme decepción, un jarro de agua fría...» A borbotones le brotan los pesares al hermano mayor de la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y de Santiago, Carlos Gutiérrez, preguntado por la reciente denegación, por segundo año consecutivo, de la petición del tradicional indulto. El Consejo de Ministros descartaba la pasada semana atender una solicitud que comenzó a gestionarse hace seis meses. Tras las pertinentes reuniones y el análisis de los ‘candidatos’ se elegía a un reo cuyo caso cuya ‘liberación’ contaba con los informes favorables del Centro Penitenciario, la Fiscalía y el juzgado que lo condenó, según relata Gutiérrez. Más de treinta documentos detallaban las razones para reclamar tal decisión. Pero no fue suficiente.«Hasta el último momento todo parecía perfecto y la denegación nos sentó mal, la verdad», confiesa el representante de la cofradía que es la protagonista absoluta de la tarde del sábado, dominada por el luto y la tristeza de la Virgen de la Soledad. «Especialmente nos duele por los burgaleses, que la tienen gran devoción», añade. Así, pese a todo, saldrá en procesión como cada año a las 20 horas desde la iglesia de Santa Águeda para dirigirse al Arco de Santa María, previa parada frente al monasterio de las Madres Salesas.Gutiérrez achaca el rechazo del Gobierno a una nueva política aleatoria de reducción de indultos. «De los 20 solicitados concedieron 5», apunta como muestra y lamenta que «se comenta» que Zaragoza y Málaga «siempre los van a obtener por ser las suyas las cofradías más antiguas y no es así, somos nosotros». Y es que en Burgos la tradición se remonta a al año 1447, cuando la puso en marcha Juan II de Castilla.Advierte además que la experiencia de esta organización evidencia que esta práctica contribuye a la rehabilitación y reinserción de los presos beneficiarios. «Por ejemplo, el último que fue indultado se ha hecho cofrade junto a toda su familia y colabora muy activamente», señala. Lanzados estos recordatorios, Gutiérrez recobra el ánimo y afirma que seguirán luchando para cumplir con este cometido, «uno de entre las distintas finalidades que tenemos, como el ejercicio de la caridad», señala.

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