Una chiquillada podría costar 7.000 euros a los padres
La Policía ha identificado a dos menores como autores del robo con fuerza y los daños en el Coliseum / Los padres pagarán los costes si hay condena
BURGOS
La gamberrada de unos jóvenes burgaleses de madrugada colándose a la fuerza en el Coliseum en vísperas del día de Castilla y León les puede salir muy cara en función del recorrido legal que ya se ha iniciado tras la denuncia, pero más cara aún podría salir esta incomprensible travesura para sus padres, ya que en función de lo que determine la justicia, se tendrán que hacer cargo del pago de los daños causados por sus hijos.
La factura de la gracieta de los muchachos, a los que la Policía ya ha identificado y contra los que se ha iniciado ya el procedimiento legal, asciende a unos 7.000 euros, una cantidad por la que deberán responder, ahora, los padres si los menores son considerados culpables en la fase judicial. Visto de otro modo, devolver esos 7.000 euros supone 20 euros diarios durante un año, por lo que esta hazaña, que además acabó colgada en las redes sociales de los menores, les puede salir realmente cara, dado, además, que el Coliseum tiene un sistema de cámaras de videovigilancia en las que está grabada toda la peripecia nocturna.
La Policía dispone de la grabación en la que se observa como los menores logran forzar una de las puertas de acceso a taquillas en el sector A del Coliseum. Desde allí fracturaron seguidamente las puertas que desde ese sector dan acceso a la cancha, en la que causaron al colocar una escalera para sentarse en el aro de una de las canastas y hacerse fotos con los móviles. La imagen que acompaña estas líneas acabó colgada en una de las redes sociales que usan estos menores, según comprobó la policía.
Como la acción de colgarse del aro no parecía suficiente hazaña, los menores cogieron el globo tipo zeppelín que el Coliseum utiliza para publicidad, golpeándolo y lanzándolo sobre las gradas y cancha, arrastrándolo de una cuerda y manipulando su terminal electrónico. Los menores acabaron sus andanzas con el lanzamiento de dos sillas sobre la cancha de juego.
Como tanta actividad física produce cansancio y sed, los autores, señalan fuentes de la Comisaría, accedieron a la zona del recinto donde se alojan las cámaras frigoríficas ubicadas en la zona de catering, de las cuales se llevaron una cantidad indeterminada de bebidas.