Arrropa incrementa un 8% su recogida de ropa usada
La empresa de inserción de Cáritas recogió 810 toneladas de ropa en 2017, frente a las 750 del año anterior / Cuenta con 77 contenedores y este año sumará 18 más
Cada español se deshace de unos 24 kilos de ropa usada al año. Nuestros armarios se llenan, se vacían y se vuelven a llenar un ritmo acelerado, consecuencia de la denominada fast fashion o moda desechable, que la ONU ya ha calificado de emergencia ambiental. Sin embargo, toda esa ropa puede tener una segunda vida y ese es el objetivo que persigue Arrropa, la iniciativa de Cáritas Diocesana de Burgos dedicada al reciclaje textil que forma parte de Embico (Emprendimiento para el Bien Común, proyecto conjunto de economía social de la entidad).En 2017, Arrropa recogió 810 toneladas de ropa en los contenedores que tiene ubicados en la provincia. Una cantidad que se incrementaba un 8% respecto al año anterior, cuando se recogieron 750 toneladas. «De las 810 toneladas, se vendieron 192.000 prendas y 41.000 prendas se destinaron a entrega social», explica Raquel Saiz, gerente de Embico.Precisamente durante los días de ayer y hoy, la empresa está desarrollando un venta especial en la tienda ubicada en la calle Salamanca. Las venta especiales de ropa se realizan con el objetivo de «acercar el proyecto a la sociedad porque aún hay mucha gente que no nos conoce o tiene algunos prejuicios con la compra de ropa recuperada», explica Saiz. Así, en estas jornadas «tratamos de preparar ropa ‘más interesante’ y que puedan gustar a la gran mayoría».La realidad es que en la provincia burgalesa aún cuesta que la población apueste por dar una segunda vida a la ropa y compre prendas de segunda mano. «Existe un doble prejuicio en este aspecto, que la ropa ha sido usada por otras personas o que puede no estar en buen estado y, por otra parte, que esa ropa debería ser para personas que lo necesitan más que nosotros, cuando la realidad es que Cáritas hace previamente una entrega social a todas las personas que necesitan ropa de forma gratuita».Sin embargo, el enorme volumen de ropa que se recoge, permite a la empresa «no solo destinar una parte a quienes necesitan prendas sino poner otra parte a la venta». Es precisamente esa venta de ropa recuperada la que permite a Arrropa crear puestos de inserción, «la venta nos ayuda al sostenimiento de esos puestos de trabajo». En concreto, en la provincia seis personas trabajan en las dos tiendas que hay en la capital burgalesa y las ubicada en Aranda de Duero y Miranda de Ebro. Sin embargo, esa cifra se incrementa hasta las 25 personas «si hablamos de la propia empresa de inserción en sus tres fases de recogida, selección y venta», comenta la gerente.En ese proceso, «es fundamental la donación de la ropa y los burgaleses son tremendamente generosos». Una vez depositada en los contenedores, los empleados de la empresa se encargan de recogerla y derivarla a la nave de selección ubicada en el Polígono Villalonquéjar.Actualmente Arrropa cuenta con 77 contenedores ubicados por toda la provincia a los que se han sumado 8 más, que «se han instalado en las localidades de Medina y Villarcayo». Además, a lo largo del año, la empresa prevé la instalación de 10 contenedores más, por lo que a finales de 2018 habrá 94 contenedores en la provincia.Una vez en la nave de selección, la plantilla se encarga de distinguir entre «las prendas que pueden tener una segunda vida y las que no». La ropa útil se higieniza, se etiqueta y se valoriza y se destina a la entrega social o a la venta». La ropa no válida «se lleva a plantas de reciclaje de otras empresas de inserción de Cáritas en la provincia de Vizcaya y se le da otros usos, como industrial».‘Moda re-’El pasado mes de abril, Cáritas Española lanzaba el proyecto ‘Moda re-’, una ambiciosa iniciativa de reciclado de ropa de segunda mano a nivel estatal, basada en criterios éticos y en un modelo de economía solidaria y sostenible, que genera empleo de inserción. Llega después de un laborioso proceso de coordinación y transformación para alcanzar un marco de trabajo común al que se han sumado 29 Cáritas Diocesanas de toda España para crear este proyecto.«Se trata de generar un proyecto común que nos consolide a nivel nacional, nosotros damos a la ropa un destino social y generamos puestos de trabajo de inserción y queremos que eso se ponga en valor frente a las emergentes empresas creadas en el sector con ánimos de lucro y a iniciativas que no son los suficientemente éticas».