ECONOMÍA
FAE y la Isabel I acuerdan crear una escuela de negocio y talento
La patronal y la universidad apuestan por un proyecto ambicioso que satisfará las necesidades formativas del empresariado
La patronal burgalesa, FAE, y la Universidad Isabel I anunciaron la creación de una ambiciosa Escuela de Negocios y Talento. Una vieja reivindicación del empresariado local, según anunció Miguel Ángel Benavente, que ahora se pone en marcha gracias al «dinamismo» de la institución académica. «En estos momentos contamos con las tres patas necesarias para ofrecer un producto de calidad: grandes empresas, necesidades formativas para estas industrias y una universidad dinámica ante joven», resumió el presidente de FAE.
A la conclusión del desayuno de trabajo ‘Talento y transformación empresarial’ celebrada en el Palacio de Saldañuela el propio Benavente y el rector de la Isabel I, Alberto Gómez Barahona, anunciaron el acuerdo alcanzado por ambas instituciones para poner en marcha una «apuesta necesaria para Burgos». Durante la jornada se habían puesto de manifiesto las exigencias formativas que en la actualidad tienen todas las empresasa para permanecer punteras. Y esta realidad, tras meses de negociación, se plasma en una escuela de negocio centrada en la «retención y potenciación del talento», que intentará consolidarse y convertirse en una referencia «como ya es la industria burgalesa», avanzó Benavente. «Lo digo siempre, y lo repito. Somos la potencia industrial de la región y los empleados y directivos de esas grandes empresas con las que contamos necesitan una formación acorde sin tener que hacer, como hasta ahora, el esfuerzo de desplazarse los fines de semana a Madrid, por ejemplo. Desde hace tiempo queremos una formación de calidad y ahora tenemos la oportunidad, gracias a la Isabel I, de ofrecerla», añadió.
También estaba muy satisfecho el rector de la Isabel I, Gómez Barahona, quien abundó en la parte académica del acuerdo. «Hasta la fecha, y esto es una autocrítica hacia las universidades, hemos pecado en muchas ocasiones de ofrecer formación teórica, pero hacerlo de espaldas a las empresas. Los directivos y los propios alumnos nos reclamaban que nos adaptáramos a las nuevas realidades, a la transformación digital, y esto se puede conseguir con la colaboración» entre empresa y universidad, explicó.
Es por ello que, una vez vinculada la patronal y la Isabel I, ahora las negociaciones se centrarán en establecer el programa formativo. «En septiembre mantendremos las primeras reuniones a este respecto y confiamos en empezar con las actividades formativas antes de acabar el año», dijo Gómez Barahona. En cuanto a las propuestas formativas concretas, se limitó a explicar que aún no están definidas, ya que «el siguiente paso es reunir al consejo académico, que estará formado por representantes de FAE y de la propia universidad para recabar las necesidades del empresariado, cruzarlas con las posibilidades académicas y encajarlas», comentó. Eso sí, estas diferentes opciones abarcarán todo tipo de sistemas, niveles formativos y duraciones: desde un curso netamente presencial a uno totalmente on line; desde un máster hasta una charla; desde un encuentro de fin de semana a un curso con varios meses de clases, afirmó el rector. «Es fundamental que la formación se adapte a las necesidades de las empresas y, por ello, muchas de estas propuestas formativas incluirán prácticas concretas en las mismas, de forma que conozcan su día a día y su realidad, aportando conocimiento a los alumnos y a las industrias», aseveró Benavente.
La automoción
En un aspecto de hay dónde se enfocará esta formación sí que hizo hincapié el presidente de la patronal, que apuntó directamente a la industria de la aiutomoción. «Es fundamental en la industria en general y tiene un gran peso en el entramado empresarial burgalés. No da para hacer un curso, sino siete, y teniendo en cuenta que la formación de esta escuela de negocio se va a centrar mucho en las necesidades del mundo empresarial, hay que buscar dar pasos en esta línea».
En cuanto a la financiación, Gómez Barahona y Benavente explicaron que funcionará con «fondos propios. «La Isabel I no ha recibido ni un euro público desde su fundación. Tenemos los recursos para comenzar y a partir de ahí estudiaremos la forma de hacerla sostenible, de lograr su viabilidad económica», cocnluyó el rector de la Isabel I, Gómez Barahona.