Vía de paso obligado desde la época romana

Enclavada en la comarca del Arlanza y a orillas del río de mismo nombre, a tan solo diez kilómetros al oeste de Lerma, se alza la población de Tordómar. Atravesada en el pasado por una calzada romana, la Vía Aquitania, algunos de cuyos restos aún conserva, la villa mantiene parte de su patrimonio perteneciente a esta época. En su trayecto sorteaba el río gracias a un puente romano cuyos 22 arcos de medio punto son uno de los emblemas del municipio burgalés.Al sur de esta construcción se encuentran dos miliarios del siglo I. Estas columnas cilíndricas de granito se situaban a las orillas de las calzadas para señalar las distancias. En una de ellas hay una inscripción en la que se menciona al emperador Trajano, quien ordenó la construcción del puente, y la fecha en que se hizo, el año 98. El otro miliario informa de las 34 millas de camino que restaban hasta Clunia. En las inmediaciones del lugar todavía se conservan una alcantarilla con tres arcos y una pequeña fuente.Este municipio fue repoblado por mozárabes, quienes construyeron entre los siglos XIII y XVI la iglesia de Santa Cruz. Debido a las diferentes reformas ocurridas durante ese período posee una mezcla de estilos que abarca desde el románico hasta el barroco. En su interior se halla el retablo mayor y la capilla de los Carrillo, familia noble del lugar. La historia también narra que este fue lugar de paso de Juana ‘la Loca’ en su vagar por tierras castellanas tras la muerte de su marido Felipe ‘el Hermoso’. Varios siglos después, era el ‘Cura Merino’ quien pisaba estas tierras en plena Guerra de la Independencia contra el ejército francés.

Este paraje es ideal para pasear por sus calles, contemplar los monumentos y disfrutar de la naturaleza que rodea el municipio. Existen también varias rutas y caminos que unen los pueblos de la comarca y por las que se puede hacer senderismo o montar en bicicleta. Una de las más bellas discurre por la ribera del río y une los puentes de Tordómar y de Talamanca, antiguo poblado romano cercano a Villahoz. En este sendero se puede disfrutar de las vistas de los campos de girasoles, así como de su fauna en la que destacan las águilas y corzos.La gastronomía del lugar no dista mucho de la que caracteriza a la provincia de Burgos, con la morcilla, el lechazo y el queso fresco como principales platos. También existe una importante producción de huevos en las granjas aledañas. Como alternativa se pueden recoger setas en temporada o acudir al Arlanza para practicar la pesca. La población del lugar vive principalmente de la agricultura y, en menor medida, de la ganadería y otros oficios como la albañilería y la carpintería.La semana del tres de mayo, Tordómar celebra la festividad de la Santa Cruz con diferentes actos culturales, charlas, paseos y concursos gastronómicos. Pero su día grande es San Agustín, en torno al cual se celebran sus fiestas patronales del 24 al 29 de agosto. Las actividades para los más jóvenes como el parque infantil y los concursos de dibujos y disfraces, se entrelazan con los tradicionales juegos de tuta, rana y bolos. Este ambiente agradable es amenizado por las orquestas, las actuaciones de grupos de danzas y la banda municipal de Lerma, presente en el acto de inauguración. Tampoco faltan ese día la misa y la posterior procesión.Uno de los eventos centrales es la cata de vino del Arlanza al que acuden participantes de todos los pueblos de alrededor. Más de medio centenar de muestras diferentes son valoradas por un jurado que otorga premios a los mejores vinos del año en la zona. Tordómar forma parte de la Ruta del Vino Arlanza, de reciente creación pero que poco a poco aumenta su consolidación en la zona. Conjuntamente se celebra una degustación de productos típicos como morcilla, chorizo o costilla. Durante esta jornada se da muestra de la hermandad existente entre los habitantes de Tordómar y los vecinos provenientes de los pueblos cercanos.El municipio también cuenta con posibilidades de ocio para todas las edades. Su zona polideportiva posee un frontón y canchas de fútbol y baloncesto. Existe otro campo en la zona del colegio, así como piscinas municipales. Además, no se descarta la ejecución de un proyecto cultural con la posible construcción de un centro etnográfico u otro tipo de museo. Tras la compra hace dos años de la casa parroquial y su posterior derribo por su estado de ruinas, actualmente solo se mantiene la fachada. Esta posibilidad a largo plazo queda abierta, aunque aún no existe ningún plan concreto.