EXPLOSIÓN EN LA INMACULADA / LA INVESTIGACIÓN SIGUE ABIERTA
La Policía trata de verificar si la bombona de butano fue manipulada
Vecinos cercanos a la casa donde se originó la explosión fueron testigos de un «enfrentamiento» y oyeron amenazas de suicidio a su inquilino / La joven rescatada en la vivienda anexa recibe el alta
Agentes especializados de la Policía Científica de Valladolid se desplazaron ayer por la mañana hasta Burgos con el objetivo de esclarecer las causas de la explosión registrada el miércoles en el número 46 de la segunda manzana de la Barriada de La Inmaculada. Tal y como confirmaron los bomberos, el siniestro se originó a raíz de una fuga de gas butano en contacto «voluntario o involuntario» con una llama que dejó dos heridos graves -entre ellos Naiara, una joven que dormía en la casa contigua y que fue rescatada bajo los escombros- y cinco leves. Así pues, una vez localizada la bombona, los investigadores tratan de verificar si fue manipulada por el hombre que residía en la vivienda, todavía ingresado, en estado grave, en la Unidad Específica de referencia de Quemados del Hospital Río Hortega de Valladolid.Por ahora, la Policía mantiene todas las líneas de investigación abiertas, aunque las sospechas de intencionalidad aumentan entre los residentes del barrio. Partiendo de dicha hipótesis, este periódico ha podido saber que los vecinos más cercanos al domicilio en el que se originó la deflagración han sido interrogados con el fin de esclarecer los rumores sobre disputas familiares e incluso una amenaza previa de suicidio por parte del morador del inmueble, quien salió «corriendo» por su propio pie y «gritando que había gas» tras la explosión, recordaba ayer Eugenia, testigo presencial y residente en el número 87 de la misma manzana.Mientras la investigación sigue su curso, los vecinos prefieren no hablar públicamente de presuntos conflictos en el interior de la casa siniestrada. Sin embargo, la propietaria de un domicilio cercano fue testigo de un «enfrentamiento» verbal entre el herido y su ex esposa que culminó con una intervención policial tras una llamada telefónica alertando de los gritos que se escuchaban desde la calle. No era la primera vez que sucedía. De hecho, varios residentes de la zona han confesado -de manera anónima- que ya se habían registrado episodios similares con anterioridad, casi siempre «por los niños» y su custodia.Asimismo, esta mujer también confirmaba ayer que el inquilino de la vivienda donde se produjo la deflagración «amenazó con suicidarse» la víspera. Sea como fuera, tanto ella como el resto de los vecinos consultados por este periódico -y al tanto de este capítulo, ya sea de forma directa o indirecta- mantienen la presunción de inocencia del hombre hasta que los investigadores determinen las causas exactas de la explosión.La buena noticia del día llegó con el alta médica de Naiara, quien salvó la vida milagrosamente gracias a una «burbuja de supervivencia» que evitó su aplastamiento total, aunque no la caída de cascotes sobre sus piernas. La joven, que se encontraba «bien» tal y como relataba su hermana Ariadna el mismo día del siniestro, abandonó ayer el Hospital Universitario de Burgos (HUBU) en silla de ruedas. La información, difundida a última hora de la mañana por Telecinco, no tardó en circular entre los vecinos, incapaces de ocultar su alegría por su pronta recuperación.Vuelta a la normalidadTras el susto del miércoles, la Barriada de La Inmaculada trata de volver a la rutina aunque todavía algún que otro curioso se acercaba ayer al foco del siniestro para observar los trabajos de investigación y los trabajos de desescombro. No en vano, los vecinos de las viviendas próximas al 46 de la segunda manzana tardarán algo más en recuperar la normalidad debido a los desperfectos en fachadas y ventanas. Dentro de este apartado, dos arquitectos del Ayuntamiento visitaron la zona, ayer y el día del siniestro, para comprobar el estado de las viviendas y el grado de afectación por la onda expansiva.De momento, los técnicos no han podido acceder a la zona de las dos casas más afectadas porque la Policía aún trabaja en el esclarecimiento del suceso. En cualquier caso, según fuentes del Ayuntamiento, los propietarios del inmueble en el que residían Naiara, Ariadna y su pareja deberán decidir si declaran el estado de ruina o si lo reconstruyen.Por su parte, los vecinos de las casas próximas que detectaron alguna grieta también se comunicaron con los servicios municipales que han estado visitando esas propiedades. Según fuentes municipales, se procederá a la valoración de dichos daños, aunque por el momento no se ha percibido un posible riesgo de ruina técnica. No obstante, todos los detalles se conocerán en cuanto finalice la investigación y sea posible el acceso de los peritos de los seguros.Al menos tres bloques de la manzana se quedaron sin línea telefónica y, por tanto, de conexión a internet. En principio, tal y como aseguraron ayer al mediodía dos operarios de la empresa Elecnor, se preveía que la avería ocasionada por la deflagración se resolviese lo antes posible, casi seguro por la tarde. De todas formas, la ausencia de wifi y teléfono fijo en la Barriada era lo de menos tras un impactante episodio que los vecinos tardarán en olvidar.En lo que respecta al suministro de luz y gas natural, los inmuebles de bloques cercanos al del número 46 no se vieron afectados por las restricciones obligatorias para garantizar la seguridad de profesionales y ciudadanos en ningún momento.- Más información en la edición impresa-