Más proximidad con la víctima

La UFAM (Unidad de Atención a laFamilia y Mujer) de la comisaría de Policía Nacional de Burgos lleva más de tres años en marcha tras la fusión del trabajo que realizaban antes la SAF (Servicio de Atención a la Familia) y la UPAP (Unidad de Prevención y Protección). La primera dependía de Policía Judicial y la Segunda de Seguridad Ciudadana.

La unión de estas dos unidades en la UFAM, especializada en violencia doméstica, violencia de género y sexual, «partiendo de que la comunicación ya era fluida, al depender todos de la misma unidad, hay una mayor proximidad», explica el responsable de la unidad, el inspector MartínVelasco. Esta dependencia de un mismo jefe hace que los seguimientos de los casos sea más fluido y haya además una mayor proximidad con la víctima.

Valgan unos ejemplos de casos reales a los que se han enfrentado en los últimos meses los integrantes de esta unidad para tener una idea de la complejidad del trabajo que realizan. Así, los agentes detuvieron a un menor que pedía imágenes de carácter sexual a otras menores a las que luego chantajeaba pidiéndoles más con la amenaza de publicar las ya enviadas. O el caso de una madre que había estado obligado a su hija menor a tener relaciones sexuales en contra de su voluntad con un adulto. Para luchar contra este tipo de delitos, la unidad, que cuenta con 10 efectivos, está dividida en dos equipos, el de investigación y el de prevención. Trabajan de dos formas básicas, según explica el jefe de la unidad, mediante «una actuación de oficio, a través de un parte de intervención, bien nuestro, bien de la Policía Local». Lo primero que se hace es ver si «esa mujer está en el sistema», si hay actuaciones previas. En cualquier caso «vamos a hacer una valoración del riesgo, con el programa Viogen». Se trata de Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género del Ministerio del Interior. Según los últimos datos publicados, en Burgos hay 510 casos activos.El jefe de la UFAM recuerda que hay cinco tipos de riesgo:no apreciado, bajo, medio, alto y extremo.

En Burgos, según los datos de Viogen, de los 510 casos activos hay 265 calificados como de riesgo no apreciado, 206 de riesgo bajo, 36 de riesgo medio y 3 de riesgo alto. No hay ninguno caso de riesgo extremo. En ocasiones es complicado llegar a la víctima, que se convenza de lo que ha pasado. «Lo que tenemos que conseguir algunas veces es activar, que se vea, que piense en ella y dé ese paso», a pesar de que «hay casos que niegan la mayor incluso con lesiones».En cualquier caso, «nosotros remitimos esa información, con esa valoración, al Juzgado de Violencia sobre la Mujer». Otra forma de actuar es a través de la denuncia. El seguimiento de la víctima lo hace el mismo agente desde el principio, es «imperativo por el propio sistema». Tras la primera evaluación del riesgo, «los compañeros de protección deben evaluar las evoluciones del riesgo», ver si ha habido algo que motive el cambio, como que por ejemplo el agresor salga de la cárcel o que ambos estén citados para acudir al juzgado, así como el plazo de revisión que conlleva cada nivel de riesgo.

Los agentes que forman parte de esta unidad tienen una formación específica, ya que deben tratar con una clase de delitos especialmente sensibles. Algunos de los agentes, como el inspector que dirige la unidad, ya habían trabajado en el SAF. Es lo que ocurre con los casos de violencia doméstica, donde «cada vez hay más casos» en los que hijos la ejercen contra padres. En ocasiones son por «familias muy enquistadas con una relación muy peculiar. Recientemente hemos tenido un par de casos con unos patrones. También trabajan en casos de delitos sexuales, donde «hay mucha variedad». En los delitos que se cometen a través de internet y las redes sociales hay una estrecha colaboración con el equipo de Delitos Informáticos, que «suele llevar el peso de la investigación»