El dolmen del Pendón, la tumba más antigua de la comarca burebana
En la villa de Reinoso se asienta un elemento único en la zona del 5000 antes de Cristo
La existencia de poblaciones en la comarca burebana tiene en el dolmen de la villa de Reinoso un claro referente tanto por su antigüedad como por haber sido utilizado de forma regular a lo largo del tiempo. Su existencia era vox populi desde hace muchos años pero la excavación realizada el pasado verano dejo ya clara tanto su importancia como su variado contenido. Así, los responsables de la excavación arqueológica, encabezada por Manuel Rojo, que dirige los trabajos arqueológicos en el yacimiento junto a Cristina Tejedor, fijaron en el año 5000 antes de Cristo el uso de este túmulo funerario. Los elementos y restos recogidos señalan que en el lugar se dieron varias oleadas de pobladores que dejaron tras de sí cerámicas decoradas y herramientas de sílex que han permitido situar en el mismo lugar una pequeña aldea neolítica. Igualmente se constató que, en algún momento, existió un gran sepulcro de corredor que se desmontó antes de construir el dolmen con fines sagrados, pero ya no para enterramientos. Todo el material extraído por el equipo de una decena de arqueólogos durante el mes y medio de la campaña se está estudiando actualmente en laboratorio, aunque se consideran necesarias al menos otras dos campañas para completar el trabajo. Esta ampliación en las excavaciones viene dada por el hecho de que se ha constatado que en este lugar fueron enterrados los restos de entre cincuenta y setenta personas en diferentes momentos de la Historia.
Siguiendo los distintos ritos funerarios de la época los cuerpos eran enterrados junto a los utensilios que utilizaban en vida, como colgantes y cuentas de collares, así como puntas de flechas. También los propios restos óseos han permitido comprobar que, pese a su fragmentación, varios sufrían enormes lesiones articulares cuyo origen está por estudiar y también un grado de desgaste de los dientes que probablemente llegó a provocar infecciones graves. La hipótesis que se maneja como punto de partida es que estas personas sufrían artrosis en la columna y articulaciones, seguramente por un gran esfuerzo físico continuado, y trabajaban pieles con los dientes, lo que provocaba su desgaste. En el término de la campaña se destacó la importancia de este dolmen, único en esta zona de Burgos hasta el momento y de gran valor por la cantidad de información que está arrojando.
Actualmente, el yacimiento situado a un kilómetro y medio del actual emplazamiento de la villa de Reinoso se encuentra protegido, pero está señalizado con paneles informativos y es visitable con una mínima restricción en la zona excavada.