Gamonal, cinco años después
Hoy se cumplen cinco años del inicio de las protestas que la obra del bulevar de Gamonal generó en el barrio / Se prolongaron hasta el 17 de enero, cuando Lacalle paralizó de forma definitiva la intervención
Un lustro. Cinco años se cumplen hoy del inicio de las movilizaciones de Gamonal, de un barrio que tras semanas de manifestaciones, recogida de firmas e intentos de diálogo mostraba su rechazo al bulevar de Gamonal- una obra cifrada en 8 millones de euros- al grito de ‘Gamonal no quiere bulevar’.La UTE Bulevar Calle Vitoria, formada por las empresas Copsa y Aroasa, propiedad de Arranz Acinas, vencía en el concurso para la ejecución de la obra con una idea redactada por MBG, estudio que además se encargaría de la dirección de obra.
El jueves 9 de enero las obras se iniciaban con normalidad en la calle Vitoria, solamente se registraron algunos conductores despistados, vecinos buscando nuevas paradas de autobús y taxi y las protestas de algunos comerciante. Todo parecía apuntar que Gamonal había digerido la creación de un bulevar en su arteria principal. Sin embargo, el viernes 10 de enero, la realidad sería muy diferente.
A medida que avanzaba el día el ambiente se caldeaba por momentos. La asamblea vecinal ‘Bulevar no ahora’ se disolvía una vez empezaban a aparecer personas que no secundaban las manifestaciones de forma cívica. Con el transcurso de la tarde, los manifestaciones crecieron en grupo y poco después empezaba la batalla campal. Aquella primera noche de disturbios se cerraba con varios detenidos y una tensión creciente. En ese punto, la gran mayoría de los vecinos y comerciantes de la zona se desligaban de las acciones violentas.
Un día después, el sábado 11 de enero, un millar de personas secundaban una nueva marcha que, en esta ocasión llegaba hasta la Comisaría, para pedir la libertad de los detenidos. Al mismo tiempo un grupo volvía a volcar vallas y contenedores en la calle Vitoria. En esta segunda jornada, antidisturbios de Valladolid llegaban para apoyar a los agentes burgaleses.
Uno de los rostros protagonistas de las movilizaciones de Gamonal fue Manolo Alonso, portavoz del movimiento vecinal de Gamonal. Alonso se posicionó como un líder natural en las movilizaciones y como interlocutor ante la Corporación municipal. Después de cinco años conserva «un grato recuerdo de la participación de los vecinos no solo de Gamonal sino de la ciudad», señala, «el nivel de participación fue enorme y la clase política aprendió que las decisiones no se pueden tomar sin tener en cuenta a los barrios».
Alonso cree que lo que ocurrió en el barrio burgalés «tuvo repercusión en Gamonal, en la ciudad y a niveles más amplios». De hecho señala que el legado fundamental que dejaron estos acontecimientos es que «con la implicación de todos se pueden cambiar las cosas, que la participación ciudadana es la clave para cambiar la realidad y para desarrollar acciones municipales».
El paso de los años «nos ha dado la razón, era una obra innecesaria y con riesgo para las viviendas de la zona, a pesar de lo que nos contaron en aquel momento». No cree que esa zona del barrio tenga una especial necesidad de aparcamiento. «Aún hoy en día sigue habiendo plazas libres en el aparcamiento de la calle Lavaderos», explica, «además, aquella obra suprimía la circulación en ese tramo para mandarlo a otros, generando problemas de tránsito».
Lacalle rompe su silencio
Más de 48 horas tardó el alcalde de Burgos, Javier Lacalle, en romper su silencio. El domingo 12 de enero, el primer edil aseguraba en rueda de prensa que no se planteaba paralizar las obras y que reforzaría la seguridad en el entorno al mismo tiempo que condenaba los actos vandálicos. Ese día, algo más de 2.000 personas participaban en una nueva marcha vecinal hasta la comisaría. De nuevo en la calle Vitoria, arrancaba una nueva noche de disturbios de la que se hacían eco medios de comunicación de todo el mundo.
El presidente de la Asociación Vecinal ‘Las Eras de Gamonal’, Francisco Cabrerizo, recuerda aquellos días de enero de 2014 con «angustia» por «la preocupación de los vecinos con aquella situación». Como todas las voces que aparecen en estas líneas critica «la falta de diálogo que hubo por parte del equipo de Gobierno y en especial de Javier Lacalle». En este sentido, Cabrerizo señala que «en una situación como esta, lo fundamental es hablar con quien no está de acuerdo para buscar soluciones» y asegura que «la violencia pudo haberse evitado si el equipo de Gobierno hubiera hecho caso a las manifestaciones pacíficas con más de 3.000 personas, las recogidas de firmas y las propuestas de diálogo de los vecinos».
Las movilizaciones de aquel enero de 2014 «dejaron a la vista un equipo de Gobierno que fue incapaz de dialogar y un PP que ha castigado al barrio de Gamonal en los últimos cinco años», apunta Cabrerizo. El lunes 13 de enero, más de 3.000 vecinos se plantaron en las obras y acordaron mantener grupos de protesta de forma rotatoria. Una nueva marcha se volvía a cerrar con disturbios en aquel cuarto día de protestas.
Sería el martes 14 de enero cuando Lacalle anunciaría la paralización temporal de la obra y la creación de un grupo de trabajo con la presencia de miembros de la plataforma contraria al bulevar. «El clima de tensión no beneficia a nadie y no puede continuar», afirmó el primer edil al tiempo que estimaba en 50.000 euros los daños provocados en el mobiliario urbano. El barrio de Gamonal estallaba en júbilo y más de 5.000 persona aplaudían, en una nueva movilización, la paralización de las obras. A pesar de todo, se mantuvieron las asambleas y la vigilancia en la zona.
El miércoles 15 de enero mientras Lacalle buscaba interlocutores, los vecinos de Gamonal rebajaban la tensión pero mantenían concentraciones y vigilias. Decenas de localidades y capitales de toda España se hacían eco de lo sucedido en la ciudad burgalesa y mostraban su apoyo al barrio burgalés con diversas concentraciones y manifestaciones. Un día después, el jueves 16, séptima jornada de protestas, 4.000 vecinos secundaban una manifestación pacífica.
Paralización definitiva
El viernes 17 de enero se producía la detención definitiva de la obra. El Partido Popular se quedaba ‘solo’ en la defensa de la reanudación de la obra, después de que PSOE, UPyD e IU exigieran en el Pleno municipal su paralización. Sin embargo, no fue hasta bien entrada la tarde cuando Lacalle anunciaba su decisión en una nueva rueda de prensa de urgencia. «Algo habremos hecho mal para que una obra buena no sea así para los vecinos», aseguraba el popular.
Echando la vista atrás, Manolo Alonso cree que desde el equipo de Gobierno «se pudieron hacer las cosas de otra manera, pedimos reuniones para conversar e hicieron oídos sordos y pasó lo que pasó», comenta, «durante semanas hubo movilizaciones pacíficas y no se nos hizo caso alguno». A pesar de todo, no siente que el barrio haya sido ‘castigado’ por aquel acontecimiento, pero «la verdad es que Gamonal tiene muchas necesidades, todo es mejorable, pero todo lo que se haga debe hacerse con los vecinos». De aquellos días del mes de enero, Alonso se queda con una imagen, la «de las asambleas llenas de gente».
Aquel viernes de enero, toda España celebraba el final de las obras y el domingo 19 de enero, el movimiento vecinal abandonaba ‘la zona cero’ aunque peleaba por no perder lo que en aquel momento se denominó ‘movimiento de Gamonal’. «No solo hubo repercusión a nivel social y ciudadana», las movilizaciones de Gamonal, «también tuvieron alcance a otros muchos niveles, en la propia ciudad y en el Ayuntamiento. Las cosas se piensan ahora más antes de hacerlas aunque es importante seguir mejorando en ese aspecto. Los ciudadanos deben estar por encima de los propios grupos políticos y se nos debe consultar sobre las cuestiones de la ciudad», señala Alonso. De aquellos días, la fotografía que Cabrerizo guarda en la memoria es «el día que el alcalde confirmaba que la obra se paralizaba».
Dos meses después del inicio de los acontecimientos, el 14 de marzo, la calle Vitoria se abría a la circulación. Tres años después comenzaría el juicio a los 18 encausados por los disturbios. Finalmente, el Juzgado de lo Penal 3 condenaba a 5 de los 12 acusados por participar en la primera noche de disturbios a 6 meses de prisión y absolvía al resto. En diciembre de ese mismo, el Juzgado de lo Penal 2 condenaba a 5 de los 6 acusados restantes. Imponía 6 meses de cárcel a cuatro de los encausados por atentado a la autoridad y un año a la única mujer acusada.
Nueva corporación
Ninguno de los tres portavoces de los tres partidos que actualmente conforman la oposición en el Ayuntamiento de Burgos ocupaban tal cargo en el año 2014. Dos de ellas, Eva de Ara (Imagina) y Gloria Bañeres (Cs) ni siquiera formaban parte de la Corporación.
El actual portavoz de los socialistas, Daniel de la Rosa, apunta que «la protesta a un proyecto con deficiencias acabó derivando en un movimiento de rechazo y reivindicación a una manera de hacer política». De aquellos momentos, en su memoria perdura «la protesta unida de miles de vecinos y la afluencia de decenas de medios de comunicación que se hicieron eco de este conflicto social». Asegura que «pudo evitarse en las primeras 24 horas» y que «Gamonal no puede darse por perdido, es un reto para Burgos».
Por su parte, De Ara apunta que aquel enero «se vivieron días convulsos» y siente que «el barrio se vio abocado a realizar movilizaciones, en su inmensa mayoría pacíficas, ante lo que se estaba llevando a cabo». Cree que el ‘movimiento Gamonal’ ha dejado un poso en la sociedad burgalesa. «Ha creado un precedente que demuestra la importancia de contar con la ciudadanía para llevar a cabo obras de este nivel».
De aquellos días, la concejal guarda en su memoria «una entrevista que un medio le hizo a Lacalle, no respondía a lo que se preguntaba y si lo hacía era dando rodeos, lamenté que fuera esa persona la responsable de dirigir esta ciudad». Cree que los acontecimientos dejaron un poso a nivel político. «Sin ir más lejos en nuestra formación» porque «varios de los que hoy conformamos Imagina nos manifestamos en aquel momento de forma pacífica, apostando por la importancia del diálogo». La portavoz de Ciudadanos, Gloria Bañeres guarda en la retina dos imágenes diferentes de aquellos días. «Me acuerdo de salir de un comercio en Gamonal y encontrarme con dos contenedores quemados, fue sorprendente ver a la ciudad esa reacción» y, por otra parte, «siempre me quedaré con la imagen del barrio y parte de la ciudad ‘tomadas’ por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado».
Bañeres cree que las movilizaciones «fueron la forma que los vecinos tuvieron de plantarse ante algo injusto» y cree que «más que quedarse con las consecuencias violentas, que siempre condenaré, es más importante reflexionar sobre la causa». Gamonal «merece ser atendido y escuchado, requiere un tratamiento integral».