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SUCESOS

El burgalés asesinado en Venezuela era un «mecenas» en su pueblo natal

Celadilla Sotrobrín llora a Sergio Santamaría, muerto por disparos en un intento de robo

Publicado por
M. R. / Burgos
Burgos

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A pesar de que su trayectoria profesional y personal le alejó de su localidad natal, Celadilla Sotobrín, una pequeña localidad burgalesa que depende del Ayuntamiento de la Merindad de Río Ubierna, desde que era prácticamente un adolescente, Sergio Santamaría siempre llevó muy presente su pueblo, a pesar de que su vida siempre estuvo al otro lado del Atlántico.

Y por eso, se sintió especialmente la noticia de que había sido asesinado días después de que sufriera un asalto de unos ladrones la mañana del pasado jueves 7 de febrero por la carretera Lara-Zulia, en el municipio Simón Bolívar. Aunque fue evacuado a un centro hospitalario, donde fue sometido a una operación quirúrgica, días después fallecía. Tenía 79 años. En el pueblo se le recuerda porque siempre que podía solía acudir a la localidad a participar de las fiestas.

Además, solía contribuir económicamente para llevar a cabo mejoras en la iglesia y en la ermita de la localidad. Así lo recuerda el alcalde de Celadilla Sotobrín, José Luis Riocerezo, quien conocía personalmente a Sergio Santamaría. «A nivel municipal, ha contribuido de forma generosa al arreglo de la iglesia, de la ermita», explicaba ayer el alcalde, quien remarcó que la familia de Santamaría es «muy querida» en el pueblo. El primer edil de la pequeña localidad burgalesa destacó este compromiso de Santamaría con el pueblo desde la distancia. «Se puede decir que era un mecenas», resumió Riocerezo.De hecho, el empresario asesinado tiene aún familiares que viven en el pueblo, como una hermana, de 92 años.

El empresario burgalés estuvo en el pueblo el pasado verano. El alcalde recordaba que era un devoto de la Virgen de Sotobrín.«El año pasado estuvo, y sacó la Virgen de laermita durante el primer tramo, tenía mucha ilusión de sacarla», señalaba. Su hermano Hipólito no quiso entrar en detalles ni comentar lo que había sucedido, ya que «no tengo fuerzas», todavía conmocionado por una noticia tan trágica y porque, después de que hubiera sido evacuado al centro hospitalario y haber sido sometido a una operación parecía que se estaba recuperando favorablemente.Ayer sólo acertaba a decir «estoy muerto, no tengo fuerzas».

Sergio Santamaría partió de muy joven de su pequeño pueblo burgalés para ganarse la vida.Primero lo hizo en Chile, adonde viajó porque tenía familiares que tenían empresas.Tras estar trabajando un tiempo con ellos, decidió iniciar su propia aventura empresarial con la que consiguió progresar, lo que le hizo recalar en Venezuela, donde tenía establecida su vida familiar. Santamaría estaba casado y tenía tres hijos, dos de ellos viven en Venezuela y se habían hecho cargo del negocio familiar, un grupo de librerías en la costa oriental de Lago.

Este asesinato se perpetró en un país que está viviendo una situación especialmente convulsa, sobre todo a raíz de que Juan Guaidó fue designado presidente interino por la Asamblea Nacional. De hecho, cerró el año 2018 como el país más violento de América Latina, con 81,4 homicidios por cada 100.000 habitantes y más de 23.000 personas asesinadas. En esas circunstancias, era lógico que el empresario burgalés adoptara medidas de seguridad y prevención para evitar asaltos. No en vano, un hijo de Sergio fue secuestrado en 2010 y posteriormente liberado.

Asalto a su coche

Sin embargo, la fatalidad hizo que se encontrara con unos asaltantes. Según cuentan las crónicas de los periódicos locales, Santamaría se desplazaba en un coche, un Toyota Avalon, con chófer. En torno a las 11.00 horas del pasado 7 de febrero, cuando circulaban por el sector Los Dulces, del municipio Simón Bolívar, fueron interceptados por un vehículo en el que viajaban en otro vehículo. Tres de ellos se bajaron del coche, portando armas, con la intención de robarles. En ese momento, el conductor del vehículo en el que viajaba Sergio Santamaría realizó una maniobra evasiva, dando marcha atrás. Los asaltantes comenzaron a disparar y alcanzaron a Sergio Santamaría en la cadera y en una pierna. El chófer consiguió evacuarlo al Centro Médico San Antonio en Ciudad Ojeda, donde se le ingresó en la UCI. Dos días después fallecía.

Su pueblo natal celebró el pasado martes un sencillo y emotivo recuerdo de Sergio Santamaría, con una misa.