Cáritas reclama más «ingresos» por parte de los sectores privados
or tercer año consecutivo, la organización sufre un déficit en sus cuentas / Cerraron el ejercicio de 2018 con unos ingresos de 3,8 millones y un déficit de más de 220.000 euros
Cáritas cerró 2018 con un déficit de 220.120 euros alimentado por el pronunciado descenso del dinero percibido, «fundamentalmente, por parte de los sectores privados. Hay una cierta pérdida de sensibilidad. La gente entiende que ya no es necesario tanto esfuerzo y se nota en los ingresos», detalló el director de Cáritas Diocesana de Burgos, Jorge Simón.
Para compensar el déficit, «estamos gestionando nuestros recursos. Tenemos un compromiso que nos exige estabilidad y afrontamos estos momentos con naturalidad, como haría cualquier economía doméstica».
Asimismo, desde la organización manifestaron que la desigualdad se ha implantado como modelo para salir de la crisis. La coordinadora de AcciónSocial de Cáritas Burgos, María Gutiérrez, destacó que «observamos una recuperación a dos velocidades. Las personas integradas pueden, incluso, estar mejor que antes de la crisis pero las que transitan entre los espacios de exclusión, cada vez se encuentran peor». Tal caída lastra el balance general, pues pese a ella, mantuvo la actividad que benefició a 6.446 familias, casi idéntica cifra que la registrada en el ejercicio anterior, llegando a 13.124 personas beneficiadas con 72.851 intervenciones.
Si bien anteriormente la existencia de remanente de años anteriores permitía compensar el saldo negativo que los responsables señalaban como un hecho puntual, en esta ocasión, Simón reconocía que contemplan la escena con «serenidad pero también con cierta preocupación», pues se trata del tercer año consecutivo en el que Cáritas finaliza el año con un destacado déficit económico. De vuelta a los datos recogidos en la memoria de actividades de 2018, cabe señalar que en total, Cáritas Burgos ingresó 3,86 millones, de cuales apenas el 10% los aporta su masa de socios estables, proviniendo el grueso, hasta 1,6 millones (el 43%), de ayudas de distintas administraciones públicas. Fundaciones y entidades privadas rozan el 8%. Con los datos sobre la mesa, Simón apeló a la sociedad burgalesa para que siga colaborando con la organización. Por el contrario, el gasto durante el 2018 ascendió a 4,85 millones que se desarrollaron en 87 espacios de la provincia, de los que una parte importante sirve para sufragar la acogida parroquial que incluye diversas actuaciones de ayuda directa con un 21,41% del presupuesto. Le sigue como principal desembolso el requerido por el programa de empleo que suma un 19,50% y el de atención a personas sin hogar con un 16,27%, que son los que tradicionalmente ocupan la inversión de recursos, tal y como apuntó Simón. Le siguen otros «no menos importantes» que proceden de donativos, herencias y legados con un 21,57% y un 13,47% de organismos de la Iglesia y campañas.
Por otra parte, Gutiérrez, precisó que el año pasado se concedieron más de 9.000 ayudas económicas y 8.000 ayudas en especie con 561.232 euros invertidos en contribuciones metálicas y 237.000 en adelantos para el sustento de la administración, «una labor que nosotros hacemos cuando es necesario que las ayudas lleguen a las familias cuanto antes».
A estas se suman las destinadas a cooperación internacional, donde se han gestionado más de 400.00 euros en proyectos de cooperación internacional y en emergencias, y es que «muchas veces la gente tiene un concepto de Cáritas muy asistencial o de intervención sólo en la provincia», comentó Simón. Señaló también en este ‘capítulo’ las diversas iniciativas de «economía social» como la Fundación Cajacírculo y Caja de Burgos así como a las obras sociales de ‘la Caixa’ e Ibercaja, «que tienen un compromiso con nuestra realidad local».