MUNICIPAL
El control del estado de los árboles comenzará en la Isla
Medio Ambiente quiere hacer un marcaje de las especies más maduras para establecer un seguimiento
El área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Burgos quiere realizar a lo largo de los próximos meses un control de zonas arboladas de la ciudad para testar el estado de las especies, con una especial incidencia en los árboles más maduros, en los que el peligro de caída súbita es mayor.
En zona urbana, el paseo de la Isla será el primero de los espacios de la capital en los que se quiere llevar a cabo el marcaje de las especies que pudieran presentar problemas potenciales, según explica el concejal de Medio Ambiente, Josué Temiño. El edil del PSOE explica que se quiere «hacer hincapié» en esta zona, así como en el parque del Castillo, aunque se trata de una zona vinculada al Cinturón Verde en la que el peligro potencial para las personas es menor. El objetivo, de todas formas, es «tener un puntuaje» de los árboles para tenerlos «más controlados».
El objetivo es que este seguimiento permita marcar el estado completo de los árboles y«no pase lo que ha pasado porque no se hizo ese puntuaje». En este caso, este seguimiento también se centra en el estado de las ramas, ya que también se dan circunstancias como la de la rama de gran tamaño que cayó sobre la calzada en la avenida de Castilla y León, frente a la comisaría de Policía. Este planteamiento servirá para más adelante, cuando haya realizado un marcaje en zonas las ciudad, «sentarnos con la UTE» para llevar a cabo las acciones necesarias.
Estas actuaciones llegar después de que se desplomaran dos grandes árboles en zonas transitadas, con la fortuna de que no hubo que lamentar daños personales. Pero estas caídas han dejado a la vista que hay árboles maduros que no presentan signos externos de estar en mal estado que puedan avisar de un riesgo inminente de caída. En el caso del árbol que se desplomó sobre un parque infantil en Regino Sainz de la Maza el pasado 19 de septiembre.Una especie de más de 60 años de antigüedad. El análisis posterior del cuello de la raíz mostraba «una notable pérdida de sección respecto del tronco», apunta Temiño, lo que junto a la ausencia de «cualquier tipo de resistencia de las zonas internas del duramen» indican que se formó algún tipo de hongo. En este caso, se trata de un tipo de pino piñonero que está asentado en una zona de riego «y no lo necesita». Este exceso de agua puede ser la causa de que se genere un hongo el tallo del árbol. Este tipo de árbol no es el más indicado para un parque público, donde hay zonas de riegos abundantes. En estas circunstancias, el área de Medio Ambiente procederá a cortar los siete pinos que quedan, ante el riesgo de que puedan estar afectados por el mismo problema que el ejemplar que se vino abajo. El objetivo principal es «la seguridad ciudadana», apunta Temiño, ya que se trata de una zona con mucho tránsito de personas y con dos espacios de juego infantil.
Como alternativa se propone plantar especies frondosas como el madroño, la encina o parecidas, ya que se adaptar mejor a este tipo de espacios. Esta plantación podía servir para hacer una mejora de este entorno, especialmente deteriorado, con el suelo levantado como consecuencia de las raíces de los árboles.