‘Biela y Tierra’ aborda las claves para asegurar un «futuro más sostenible»

Sensaciones contradictorias en la recta final. El cansancio hace mella y el calor del hogar se convierte en una suerte de recompensa para recuperar energías y relatar con más sosiego todo lo vivido. Sin embargo, entristece pensar que el viaje va tocando a su fin porque el cúmulo de experiencias en cada parada invita a no dejar de pedalear jamás. Afortunadamente, esa dicotomía existencial a la que tuvieron que enfrentarse Ana Santidrián y Edurne Caballero al finalizar su proyecto ‘Biela y Tierra’ se resolvió de la mejor manera posible: con la eterna sonrisa de ambas y un balance mucho más satisfactorio de lo que inicialmente esperaban, que no era poco.Con un ahorro de 424,5 toneladas de CO2 a la atmósfera, sus casi 3.000 kilómetros en bicicleta por el norte de la ‘España vaciada’ han permitido dar a conocer un sinfín de proyectos que animan a pensar que sí, que otro mundo es posible pese a que el presente se tiña de gris y el futuro completamente de negro. Por la provincia de Burgos -capital inclusive- pasaron dos veces, a la ida y a la vuelta. Era de justicia que volviesen para narrar su aventura en primera persona y los promotores de UBUVerde -compañeros de viaje a estas alturas de la película- tenían claro que tarde o temprano se personarían en una de sus múltiples ‘segundas casas’.Rodeadas de viejas y recientes amistades, Ana y Edurne expusieron ayer sus impresiones sobre este largo e intenso recorrido por iniciativas que promueven el desarrollo rural, la soberanía alimentaria y el establecimiento de nuevas sinergias en contraposición al modelo mercantilista de consumo basado en la cultura de ‘usar y tirar’. Frente a las fórmulas extractivistas que no respetan el medio ambiente, ‘Biela y Tierra’ ha puesto el foco a lo largo de los últimos meses sobre más de un centenar de proyectos sostenibles que abordan sectores tan dispares como la agricultura, la ganadería, el turismo o la comunicación social.De principio a fin, el viaje de Ana y Edurne se ha documentado y compartido a través de las redes sociales para describir con todo lujo de detalles la motivación, desarrollo y objetivos de cada iniciativa. Poco a poco, su propuesta fue ganando seguidores en la red de redes y numerosos medios de comunicación, locales y nacionales, se han hecho eco de sus andanzas. Incluso después de regresar a Zaragoza, su ciudad de residencia.Si algo han aprendido las promotoras de ‘Biela y Tierra’ mientras pedaleaban por territorios aparentemente desangelados es que «el mundo rural está vivo, se mueve y está construyendo alternativas para transitar hacia un futuro más sostenible». La «agroecología», la «soberanía alimentaria» y el «ecofeminismo» plantean «soluciones para los retos medioambientales, sociales y económicos a los que nos enfrentamos a nivel global» y estas dos inquietas exploradoras lo han documentado con pasión y esperanza. No es que soñar sea gratis, quizá sea más necesario que nunca.