SOCIEDAD
Una generación marcada por la crisis económica
El número de hogares con todos en paro se situó en el tercer trimestre del año en 3.500
Burgos
Una crisis económica y su posterior periodo de recuperación muy prolongados han dejado muchas heridas en el tejido social y laboral difíciles de cicatrizar. Hay niños que sólo conocen la escasez como forma de vida. Hay adolescentes que afrontan la mayoría de edad que han vivido desahucios, discusiones porque el dinero no llega en casa o han visto como madrugaban más que su padre o su madre porque no tenían trabajo al que acudir. «Con el boom económico creció la desigualdad pero con la crisis se ha consolidado o aumentado», señala el psicólogo Fernando Pérez del Río quien analiza cómo afecta esa situación a una generación que ha convivido con los efectos de la crisis.La más grave, sin ingresos, es la que aún padecen, en el tercer trimestre de 2019, 3.500 hogares. Sigue siendo una cifra muy alta de familias donde ninguno de los que están en edad de trabajar encuentra dónde hacerlo. La cifra ha subido en el tercer trimestre del año un 40%, con 1.100 hogares más con trabajadores sin empleo en el mejor trimestre del año para encontrarlo. Es la única realidad que conoce una generación. Los centennials.Estos jóvenes tienen toda la información al deslizar una pantalla pero ha tenido que lidiar con una crisis que ha ahondado en la desigualdad y el clasismo. Ven todas las oportunidades y se les golpea con productos hechos a propósito para ellos pero, al mismo tiempo, genera una frustración porque algo que les llega tan fácil no lo puede alcanzar.«Esta generación las ha pasado muy mal, ha visto muchas cosas feas, pero por ello son autodidactas, se buscan la vida, son espabilados y prácticos porque han visto las orejas al lobo», señala Pérez del Río. Los denominados Centennial o 'Generación Z' saben, a ciencia cierta, que tendrán peor trabajo que sus padres y «ya no se mueven por un proyecto de vida, un piso en propiedad, un coche... tienen otra línea de conocer, ver y cumplir satisfacciones y lo que venga estará muy ligado a la posición frente al cambio climático».La realidad es que las oportunidades escasean donde crece el número de hogares en paro y baja el de familias con todas las personas en edad de trabajar, ocupadas. Sólo 89.300 familias tienen a todos con empleo. Es la cifra más baja desde 2015 cuando terminó de digerirse el gran impacto de la crisis que en Burgos golpeó muy fuerte en 2012. «El 90% de los trastornos mentales que se afrontan hoy en los jóvenes tienen que ver con la presión que supone vivir en una crisis constante», remarca Pérez del Río quien sostiene, desde que publicó ‘Ensayo sobre la desigualdad. ¿Qué nos queda para ser felices?, que «la crisis no ha estrechado la brecha de la desigualdad que crecía en tiempos del boom económico y no ha dejado de hacerlo durante la crisis». Así, tras más de una década en crisis, «ha aumentado el clasismo, hagas lo que hagas prácticamente no hay movilidad social entre generaciones».Una frustración que pasa, en algunos caso, por el abandono escolar que «no se trabaja nada bien en Secundaria, debería potenciarse como se hace en otras comunidades la figura del educador social». O en otros, por escapar y buscar nuevas experiencias y retos donde «lo profesional o laboral no importa tanto como lo experiencial». Todo ello visto y expuesto por una pantalla.Las cifras revelan que Burgos pierde hogares. Hay 152.900, según la Encuesta de Población Activa del tercer trimestre. Son 3.000 familias menos que en el segundo trimestre del año y que el año pasado. La cifra más baja desde 2013. En esa red social caen los pensionistas hasta los 49.200 frente a los 52.000 del segundo trimestre del año. Pero siguen siendo 1.300 más que hace un año. Baja el número de hogares con al menos un activo. Se queda en 103.700 familias, casi 4.000 menos que hace un año, y el número de hogares donde todos están trabajando está bajo mínimos. Mientras tanto las viviendas donde alguno que puede hacerlo no trabaja suponen el 70% del total. La realidad en la que intentan ayudar 2.000 jóvenes menores de 19 años que buscan o tienen un trabajo. Más información en la edición impresa