SUCESOS
Los dos furtivos de Valdelucio eran de Madrid y estaban pertrechados para dos días de aguardo
Aparcaron a más de 3 kilómetros del chozo en el que se ocultaban para no levantar sospechas con los agentes
Burgos
El fin de semana antes de Nochebuena, con el personal de vigilancia medioambiental más ajustado por las habituales vacaciones de Navidad y las rondas bajo mínimos, en un paraje muy apartado de las vías de comunicación, con su coche estacionado en un lugar muy apartado y discreto a más de tres kilómetros de su destino final y pertrechados con víveres y agua para al menos dos días de aguardo sin llamar la atención dentro de un chozo de madera.Esas fueron las precauciones que tomaron los dos furtivos madrileños que fueron descubiertos incumpliendo una larga lista de preceptos de la normativa de caza en un coto del Valle de Valdelucio el viernes 20 de diciembre por agentes medio ambientales. Se sospecha que estaban escondidos al aguardo a la espera de que los lobos acudieran al cebo ilegal que habían colocado para dispararles con rifles con mira telescópica y visor término nocturno de última generación. El servicio de Vigilancia Medio Ambiental investiga este caso para determinar si los dos furtivos actuaron por su cuenta o contaron con el apoyo de una red que se dedique a facilitar la caza furtiva en una zona en la que existen numerosos antecedentes de cazadores detectados con piezas cobradas sin permisos.Media hora andando
Según ha podido saber este periódico, los dos furtivos prepararon a conciencia su expedición de caza y tomaron toda clase de precauciones para no ser descubiertos. llegaron en un todoterreno que ocultaron en una zona recóndita que debían conocer de alguna manera, ya que está apartada y es discreta. Cargaron con víveres y agua para al menos dos días de acecho y así pertrechados caminaron por el monte al menos tres kilómetros para llegar al chozo que se habían preparado en el lugar del acecho, lejos de los caminos y en pleno monte. Los agentes medio ambientales calculan que invirtieron más de media hora en recorrer esa distancia a pie, posiblemente al abrigo de la noche.La zona en la que se colocaron para el acecho es conocida por contar un nutrido grupo de animales que campan a sus anchas por el monte entre Burgos, Palencia y Cantabria, donde se encuentra la mayor concentración boscosa, ya que el terreno burgalés está cultivado en su mayor parte.
En la zona del Valle de Valdelucio, como explicó el alcalde del municipio, Fernando del Olmo, es habitual que aparezcan furtivos llegados de otras comunidades para cazar sin autorización ni precintos, sobre todo venados. De hecho, los dos furtivos detectados antes de Navidad llevaban un precinto de ciervo, supuestamente para camuflar sus intenciones reales de cazar lobos.A los dos cazadores sorprendidos el viernes se les ha sancionado por cazar sin autorización, en horario restringido, con óptica no permitida, utilizar técnicas prohibidas y cebar animales salvajes sin autorización. Todas ellas son infracciones muy graves según la normativa vigente y conllevan cada una cuantiosa sanción. Sin embargo, no se les puede imputar ninguna falta contra la conservación de una especie protegida como es el lobo dado que no se les incautó ninguna presa, pese a que el tipo de armamento que portaban, el uso de cebo y de visores nocturnos encaja perfectamente con el acecho al lobo.