El Correo de Burgos

PRIMERA TRADICIÓN DEL AÑO

La Pascuala alaba al juez Llarena y lamenta que no haya más como él

La ambulancia trasladó al hospital al director de la Escuela de Dulzaina tras sufrir un mareo

La Pascuala alaba al juez Llarena y lamenta que no haya más como él.-ISRAEL L. MURILLO

La Pascuala alaba al juez Llarena y lamenta que no haya más como él.-ISRAEL L. MURILLO

Publicado por
PAULA GIL
Burgos

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La primera tradición del año en la capital burgalesa ha traído consigo un pequeño susto. Cuando todos los presentes ya habían despedido a La Pascuala y muchos se dirigían a casa, desde los altavoces que el bar Boston colocó a las puertas de su establecimiento se oyó como reclamaban a un médico entre los presentes para atender al director de la Escuela Municipal de Dulzaina de Burgos, Miguel Alonso, aunque en cuestión de segundos retiraron la petición dado que «no era nada». Sin embargo, veinte minutos más tarde, en torno a las 14.20 horas apareció una ambulancia para trasladar al paciente al hospital.

Si este suceso tuvo lugar al finalizar el canto de La Pascuala, el comienzo fue totalmente diferentes pues todo eran risas y felicitaciones de año nuevo. Así las cosas, un año más los integrantes de la arraigada y conocida peña se reunieron ayer para dar la bienvenida al 2020 cantando. La Pascuala, tan clara y directa como siempre, lanzó una serie de mensajes más o menos hirientes. «Ni autovías ni Directo, ni aeropuertos, ni industrias, ni parques y pantanos», recriminó.

La Pascuala también aprovechó la ocasión para manifestarse en referencia a la independencia de León, una propuesta que calificó de «mamarrachada». Por otra parte, ante la actividad de los políticos nacionales que solo se dedican a «mangar, mangar y mangar», alabó una voz que «clama justicia contra tanto caos y desatino» y que como no, «de Burgos tenía que ser».

De esta manera, La Pascuala lleva «con mucha pena que en España no haya más jueces con dos huevos como los de Llarena». Sin duda, esta fue una de las partes más aplaudidas por parte de los presentes.

Tras estos últimos versos, la Pascuala llegaba a su fin, por lo que todo el mundo se preparaba, pues sabían que ahora era su turno para entonar el ‘Dala, dala que es una tía muy mala’. «Aquí se acaba la copla, revueltos tiempos espera el nuevo año, que Dios nos pille confesados y que tengamos todos muy feliz año».

En la jornada de ayer no solo se celebró la entrada al 2020 sino también el hecho de que La Pascuala cumpliera treinta años en El Boston, ya que fue en 1990 cuando por acogió por primera vez esta tradición.

Los orígenes de este canto irónico a la actualidad burgalesa están en un grupo de industriales y comerciantes que cada 1 de enero hacían sorna de las noticias de la ciudad en el antiguo bar de la hija de Iturriaga. Corría el año 37 cuando a los malos tiempos pusieron buena cara y empezaron a entonar a la Pascuala.

Homenaje al Boston

Los integrantes de la arraigada peña burgalesa entregaron una placa a las propietarias del Boston por su jubilación. También como muestra de agradecimiento por haber permitido durante estos treinta años el desarrollo de este cántico que cada uno de enero que pasa aparece con más fuerza.

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