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SANIDAD

El retraso para operarse en Burgos se dispara

El HUBU registra la espera media más alta para una operación. El HUBU registra la espera media más alta para una operación

El retraso para operarse en Burgos se dispara

El retraso para operarse en Burgos se dispara

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Durante el año 2019 el ritmo de operaciones realizadas en el Hospital Universitario de Burgos suponía, gota a gota, 300 intervenciones menos al mes que en el año anterior. Una situación que ha derivado en una lista de espera de intervención quirúrgica de 5.577 burgaleses, un 33,5% más que al cierre de 2018.

No es el número más alto de la región que está superado por los centros hospitalarios de León (6.097 pacientes en lista de espera quirúrgica) y Salamanca (6.496 usuarios pendientes de entrar a quirófano) pero preocupa el tiempo que se tarda en entrar a la operación.

El tiempo medio de espera para poder recibir la atención quirúrgica. En el Complejo Asistencial Universitario de Burgos hay que esperar una media de 137 días para una operación. Es la espera media de intervención por motivos de organización y recursos disponibles, lista de espera estructural, más alta de la región y dobla los 61 días de 2018. Esta espera se ha ido sumando a lo largo del año.

«Cada mes del año pasado se ha ido perdiendo una media de 300 intervenciones al mes por, principalmente, sufrir siete vacantes de anestesistas en el centro», señala el gerente del HUBU, José María Romo. En septiembre «se pudo dar un pequeño empujón y programar un poco más y ya con la incorporación do dos anestesistas más la situación se ha corregido un poco más entre noviembre y diciembre donde acumulábamos una diferencia al mes respecto al año pasado de un centenar de operaciones», señala.

Las cifras del Sistema de Salud de Castilla y León (Sacyl) relativas a junio y septiembre de este año, donde se integra la lista de espera estructural, muestran que hace medio año la lista de espera total era de 4.874 personas y la espera media ascendía a 108 días. Tres meses después, con los datos de septiembre, esta cifra se situaba en 5.146 personas y 110 días de espera media. Es decir, se habían sumado 272 pacientes más. En el último trimestre, hasta diciembre, se han sumado 431 más.

Con estos datos el foco se ha reducido especialmente en la cifra de pacientes transitoriamente no programables (pacientes sin fecha por motivos clínicos que no aconsejan intervención o por solicitud de aplazamiento por parte del interesado).

Esta cifra ha quedado en 93 personas cuando hace un año se situaba en 1.064 personas. Llegó a subir este tipo de esperas que no dependen de la disponibilidad de quirófanos o personal hasta los 1.184 en junio del año pasado y se logró reducir hasta los 537 en septiembre. En estos tres meses ha bajado a los 93 con los que cerró el año.

 

Rechazo al concierto

Otra razón de peso para el retraso es el fuerte rechazo que tiene la derivación de intervenciones menores al Hospital San Juan de Dios. Lo que antaño era un hospital para pacientes terminales exclusivamente, acoge ahora intervenciones menores como juanetes, hernias… que «se realizan con total garantía y calidad, pero no hay aceptación entre los pacientes y es un proceso lento que esperamos revertir». De esta manera, el rechazo a centro alternativo se situó en 2019 hasta los 962 pacientes. Una cifra que es superior a la de 2018, cuando arrancó el concierto a finales de año, y 218 usuarios habían declinado operarse en el centro del Paseo de la Isla. Esa negativa subió hasta los 858 en junio y alcanzó el máximo de 1.083 personas en septiembre.

Unas cifras altas a pesar de que ese rechazo amplía el tiempo de espera para una intervención. Así, un usuario debe esperar que ha rechazado acudir a San Juan de Dios, debe esperar 184 días para realizarse la operación prevista. Ese tiempo se ha incrementado con respecto a junio, que fue de 136 días y en septiembre, 161 días.

De esta manera, la gerencia del HUBU muestra preocupación por la situación y plantea una estrategia que permita reducir el tiempo de espera de los pacientes. «Estamos analizando la capacidad real y de optimización de tiempos de los quirófanos de los que disponemos para agotar toda esa capacidad y negociar más conciertos y autoconciertos o aprovechar mejor el de San Juan de Dios pero, especialmente, hacer atractiva la plaza de anestesistas que hemos conseguido dos a finales de año pero aún tenemos un déficit de cinco», explica Romo.

En lo que se refiere a autoconciertos, la estrategia pasa por «ampliar jornada para aumentar la utilización de los quirófanos con nuestros efectivos». Reconoce Romo que es algo que se viene haciendo «si hay disponibilidad» para las intervenciones más largas.

Respecto al rechazo a San Juan de Dios, se está «volviendo a llamar» a quienes se negaron en principio, pero reconoce que «no hay aceptación» al ser un concierto histórico en otras provincias como León pero prácticamente nuevo en Burgos. Por eso, «nos planteamos en los servicios animar a los pacientes, darles las garantías que supone este concierto y operarse en otro hospital y tratar de eliminar esa desconfianza», señala.

Una estrategia optimizar más y mejor los recursos técnicos pero que pasan por una cuestión de personal. La más urgente cubrir los cinco puestos de anestesista que siguen vacantes. 

«Tenemos que hacer un esfuerzo para ser más atractivos a los residentes y que se queden con nosotros, pero también atraer personal de fuera», concluye Romo.

Consultas externas

Un total de 34.360 pacientes están a la espera de recibir la primera consulta externa. De ella 26.545 personas esperan a ser atendido por un especialista del Centro Asistencial Universitario de Burgos, 3.017 en el Hospital Santiago Apóstol de Miranda de Ebro y 4.798 en el Santos Reyes de Aranda de Duero. El mayor tiempo de espera está en Aranda, 92 días de media, pero sólo el 28% de la espera es estructural.

La segunda espera más alta se da en el HUBU donde hay una media de 87 días desde que llega la carta hasta la fecha en la que el paciente cruza el umbral de la consulta por primera vez. El 81% de los pacientes que no han sido atendido lo han sido por una espera estructural. En Miranda es donde menos se espera para ser atendido en una primera consulta del especialista, 79 días, y el 45% se debe a cuestiones estructurales de disponibilidad técnica o de personal.

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