RAÚL GALÁN / JEFE PROVINCIAL DE TRÁFICO
«Nos gustaría que los controles de drogas lleguen a generalizarse como los de alcohol»
Pregunta.- 2019. Año histórico en lo que a siniestralidad se refiere desde que se recogen datos estadísticos. ¿Qué factores han propiciado esta considerable reducción del número de víctimas en las carreteras burgalesas?
Respuesta.- Estadísticamente hablando, histórico tiene que ser porque son los mejores datos de siniestralidad que hemos tenido desde que recogen datos desde la Dirección General de Tráfico. Esto es peligroso, y no nos gusta hablar de este tipo de cuestiones así, porque son datos estadísticos que se basan en fallecidos, en tragedias familiares y sociales. Son mejores que los años anteriores, sí, pero son malos siempre. El dato bueno será tener cero fallecidos, es para lo que trabajamos. Aún así, creo que vamos por el buen camino.
En cuanto a la reducción, este año hemos tenido un factor fundamental: la liberación del corredor de la autopista AP-1. Es la primera vez que no tenemos fallecidos. Otros años hemos tenido hasta 15 en ese corredor. Lo curioso es que algún año ha habido más fallecidos en la autopista que en la Nacional.
También es cierto que el resto de las carreteras de la provincia se han portado muy bien. Es muy curioso ver, eso sí, que de las vías de largo recorrido, la A-231 históricamente siempre ha sido la que menos siniestralidad ha tenido y este año es la que más porque estamos hablando de dos accidentes mortales.
P.- La campaña de Navidad se cerró en Burgos con diez accidentes y cero fallecidos. ¿Cómo valora esos datos en comparación con el resto de provincias de Castilla y León?
R.- Normalmente, en esta provincia solemos tener la suerte de acabar las operaciones especiales sin fallecidos. La mayoría se producen en periodos ordinarios. Lo que sí hemos estado advirtiendo es que las causas son las que tenemos normalmente, solo que se acentúan porque hay un incremento de las intensidades. Se reparten, prácticamente a partes iguales, en tres causas: distracción, exceso de velocidad y positivo por alcohol o drogas. La gran mayoría de los accidentes han sido salidas de vía provocadas por estos tres factores.
Hay que tener en cuenta que el factor velocidad a lo mejor no es el más importante si lo tratamos como una causa única, pero si la causa fundamental es la distracción lo agrava. La diferencia entre una salida de vía con o sin exceso de velocidad es que puede desembocar en un accidente con daños materiales o con fallecimiento.
P.- ¿Cuántos positivos en alcohol y drogas se han registrado a lo largo de la última campaña?
R.- Todavía nos tienen que agregar todos los datos porque en estas campañas, aparte de la Agrupación de Tráfico, colaboran los ayuntamientos. Atendiendo al histórico, normalmente no solemos pasar del 1% de positivos. Es curioso ver cómo a lo largo de los años la sociedad va interiorizando que alcohol y conducción no son compatibles. Y aunque hemos aumentado el número de controles, cada vez tenemos menos positivos por alcohol y por drogas. Teniendo en cuenta eso, sigue siendo una de las causas fundamentales de siniestralidad. A pesar de que todavía la prevalencia de positivo en la población es pequeña, cuando analizamos por qué se ha producido un accidente sigue siendo muy alta.
Nos toca trabajar con el tema de las drogas. Llevamos cierto recorrido desde que hemos generalizado los controles. Al principio, eran muy pocas las máquinas que teníamos y el procedimiento no estaba dilatado, pero estamos consiguiendo generalizarlo. Nos gustaría que algún día llegue a generalizarse como los controles de alcohol, pero de momento no es posible logísticamente. Aún así, este año hemos superado las 100.000 pruebas, que es un número considerable.
Cuando empezamos con los controles, de manera prejuiciosa podíamos circunscribir los positivos a un estrato social o edad determinada, consumos asociados al ocio, durante el fin de semana... Sin embargo, la experiencia nos está dando una bofetada socialmente hablando porque no es así. Estamos viendo que el consumo es generalizado. No hay un patrón de edad, condición social, día de la semana... Se producen con cualquier edad y capacidad adquisitiva. Nos hemos dado cuenta de que tenemos un problema, y lo primero que hay que hacer -ya estamos en ello- es concienciar a la sociedad de que las drogas afectan a la conducción porque todavía existe cierta rumorología o convencimiento social de que determinadas drogas relajan y son muy buenas para conducir, pero no es así. Sabemos que afectan, a corto y largo plazo, porque se produce un deterioro de la salud y de las capacidades cognitivas que puede provocar un factor de riesgo.
Los positivos de alcohol no suelen pasar del 1%. Los de drogas sí, están en torno al 20 o 30%, pero tiene una explicación. No quiere decir que ese porcentaje de conductores vayan drogados. Lo que ocurre es que como son controles más específicos y difíciles de hacer se llevan a cabo de manera selectiva. Los agentes están adiestrados para detectar una determinada sintomatología. Además, en caso de accidente o infracción grave, si hay disponibilidad de máquinas normalmente se suelen hacer. A eso se debe la diferencia de positivos.
Lo que nos parece increíble son los datos del anatómico forense sobre las víctimas mortales de accidentes de tráfico. Rozamos casi el 50% de personas que han fallecido y dan positivo por alcohol, drogas o las dos, también en peatones. Estos datos son demoledores y estamos trabajando para mejorarlos.Más información en la edición impresa