El parking de Villalonquéjar, pendiente ahora de un informe sobre el subsuelo

Han transcurrido ya varias semanas desde que el Ayuntamiento de Burgos a través de la Sociedad de Promoción comenzara a trabajar en solucionar los problemas de aparcamiento de camiones que hay en ambos polígonos industriales. En el caso del polígono industrial de Villalonquéjar, la alternativa en la que se está trabajando pasa por reabrir el aparcamiento con el que cuenta el espacio industrial desde hace más de diez años, que tuvo un coste cercano a los cinco millones de euros y que nunca se ha puesto en funcionamiento. Sin embargo todo están siendo trabas.

Inicialmente, el equipo de Gobierno centró su atención en uno de los escollos más visibles: las torres eléctricas que atraviesan la parcela. «En su momento la urbanización del espacio contó con dos informes sectoriales favorables, que no analizaban de forma específica si la línea de alta tensión podía generar incidencia en el aparcamiento, si no que se limitaban a señalar que estaban bien instaladas», apunta el concejal de Urbanismo, Daniel Garabito. Planteada la duda, los socialistas realizaron una consulta a Red Eléctrica y desde Promueve «se preguntó a las profesionales que emitieron los informes sectoriales».

Finalmente, las consultas formuladas han determinado que «no habría ningún problema en que aparcaran camiones debajo de las torres», comenta el concejal de Desarrollo, Leví Moreno, a excepción de «vehículos que transporten mercancías peligrosas como pueden ser los cargados con combustibles, en este caso no estarían autorizados».

Tras haber avanzado con la problemática de las torres de tensión, ahora el Ayuntamiento debe poner la mirada varios metros bajo tierra, en el subsuelo. Y es que cerca de la parcela en cuestión «hay instalado un gaseoducto y además está atravesada por un arroyo», señala Moreno. De ahí que la sociedad esté ahora a la esperar de saber si, «por ejemplo, sería factible instalar una estación de servicio de gran volumen para dar más prestaciones al espacio».

En este sentido, Moreno explica que «en su día una ingeniería desarrolló un estudio del subsuelo en la zona». El objetivo es «dar con ese informe si fuera posible para evitar tener que hacer uno nuevo y prolongar aún más los tiempos». En caso de no dar con él «planificación urbanística debería encargarse de hacer una valoración».

El Consistorio necesita saber que el espacio reúne todas las garantías y es que el objetivo del equipo de Gobierno pasa por sacar a concurso la cesión del aparcamiento para su gestión «durante 20 ó 25 años», señala Leví, quien apunta que «ya hemos estado sondeando a algunas empresas que podrían estar interesadas».

El concejal asume que la puesta en marcha del aparcamiento «no será cosa de dos días, como estamos viendo», pero recuerda que el equipo de Gobierno «tiene mucho interés en dar respuesta a la problemática de aparcamiento para camiones que hay en la ciudad».

Con el natural cambio urbanístico de la ciudad, Burgos se fue vaciando de los tradicionales aparcamientos para vehículos pesados, pero no se crearon alternativas fuera de la capital. Fue con la ampliación de Villalonquéjar IV cuando se desarrolló un aparcamiento para camiones que nunca llegó a utilizarse y en el que la falta de aparcamiento supone una de las principales demandas de las empresas.

En el caso del polígono Gamonal Este la problemática de aparcamiento también es una de las principales preocupaciones de empresarios y autónomos. En este caso, las empresas solicitaron al Ayuntamiento crear aparcamientos en diferentes zonas verdes que se han convertido en barrizales y que no solo suponen problemas de seguridad y de salubridad sino que ofrece una imagen del polígono poco acertada hacia posibles empresas interesadas en instalarse en el espacio industrial.