El Correo de Burgos

TEATRO

Eugène Ionesco revive gracias a Morfeo

Morfeo Teatro rescata ‘La sumisión’ de Eugène Ionesco, obra clave del absurdismo escénico y alegato universal contra el conformismo colectivo / Se estrena el sábado, en el Teatro Principal, a las 20:30 horas

Presentación de 'La sumisión y el porvenir está en los huevos' de Morfeo Teatro. / RAÚL G. OCHOA

Presentación de 'La sumisión y el porvenir está en los huevos' de Morfeo Teatro. / RAÚL G. OCHOA

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El público pasa de la «risa» al «estupor» en cuestión de segundos. Todo es tan disparatado que parece hasta irreal, pero no. La crítica social de Eugène Ionesco escocía a las élites que desde hace décadas se empecinan en fomentar el egoísmo y la incomunicación entre las masas. Obras como La sumisión, rescatada ahora por Morfeo Teatro con la coletilla y el porvenir está en los huevos, se vieron salpicadas por el «escándalo» en su estreno. El «sarcasmo espeluznante» del autor derivó en incomprensión. Pero solo al principio. Con el tiempo, el dramaturgo franco-rumano lograría consagrarse como uno de los máximos exponentes del teatro del absurdo. 

En Burgos «jamás hemos sido censurados», sí en otras ciudades menos tolerantes con los clásicos.

Mucho ha llovido desde el alboroto generalizado de La sumisión, pieza prácticamente inédita en España hasta la fecha. Por fortuna, y también por necesidad, la compañía Morfeo ha decidido recuperar este alegato contra el conservadurismo representado en la figura de Jacobo, un joven desencantado con la vida -lo que hoy en día muchos malentenderían como nini- que se niega a formar una familia.

Ante la insistencia de sus allegados, empecinados en que siga la senda de todo hijo de vecino (boda, prole, hipoteca...), el protagonista de esta ácrata historia replica que solo pasará por el altar si le presentan a la mujer más fea del mundo. Lo que no espera es que sus padres le presenten a Roberta, una chica con tres narices que, aparte de seducirle, derrumba su particular castillo de naipes. 

Los ingredientes de esta peculiar trama maridan a la perfección con el afán de Morfeo Teatro de revisitar clásicos de la «dramaturgia universal». Para no faltar a las buenas costumbres, la agrupación estrena la obra, este sábado a las 20:30 horas, en el Teatro Principal, «templo» de referencia cada vez que Mayte Bona, Francisco Negro y compañía se embarcan en una nueva gira.

Juegan en casa, reciben el aplauso unánime de la ciudad en cada puesta de largo y, para más inri, «jamás hemos sido censurados». Algo que sí ha ocurrido, tal y como apuntaba ayer Bona, en otras localidades menos tolerantes con la irreverencia de autores clásicos que se toparon de frente con la censura. 

«Los sistemas, cuando se vician y se retroalimentan, acaban por descomponerse».

La sumisión y el porvenir está en los huevos es «completamente necesaria», más incluso a día de hoy que a principios de siglo XXI. La obra,«por desgracia», aborda una temática de «rabiosa actualidad». Según Bona, la «vuelta al conservadurismo no es precisamente una buena noticia». No solo porque supone un «retroceso en la apertura de la mente» a la hora de «innovar», sino también porque «los sistemas, cuando se vician y se retroalimentan una y otra vez, acaban por descomponerse». Ese es, precisamente, el mundo que Ionesco muestra al público a través de los ojos de Jacobo.

Para adaptar tan absurda comedia, Negro se ha metido en la piel de un autor plenamente consciente de que el humor es «el único gesto de fraternidad que puede unir a los pueblos» aunque a veces no quede más remedio que «pensar contra la corriente de los tiempos». Si de algo estaba convencido es que merece la pena, y mucho, trasladar esta «maravillosa, sorprendente e inigualable» pieza a la época que nos toca vivir porque agita la «conciencia del espectador». 

«Pensar contra la corriente de los tiempos es una heroicidad. Decirlo en voz alta, una locura». La cita, del puño y letra de Ionesco, resume a la perfección la intencionalidad de un literato capaz de fusionar drama y humor bajo un halo constante de ironía tan fina como hiriente. En este caso, Bona sostiene que el dramaturgo se despachó a gusto con ese «mundo en descomposición» donde aparentemente «no hay salida fuera del sistema».

Para representar la farsa de esta singular Sumisión, Morfeo Teatro se dejará guiar por la batuta de Negro, que también asume el papel del padre de Jacobo. Bona, por su parte, se convertirá en su esposa y sufridora madre del protagonista, encarnado por Felipe Santiago. El resto del elenco se completa con Carolina Bona (Roberta), Santiago Nogues (abuelo y abuela) y Mamen Godoy (suegro y suegra). 

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