DESARROLLO RURAL
El Artim vuelve con energías renovadas
La Asociación Ábrego, con sede en Burgos, regresa este verano a Espinosa de los Monteros para reactivar su compromiso formativo con el medio rural /Su objetivo:«involucrar» al tejido asociativo de la zona para generar nuevas sinergias
Desde que se confirmó la noticia a finales de año, la Asociación Ábrego ha recibido una «avalancha» de correos electrónicos y mensajes a través de las redes sociales. No solo para celebrar el retorno del Artim, rebautizado ahora como Festival Etnográfico de Artes, Música y Tradiciones Rurales. También para aportar «ideas» o brindar apoyo de cara a la organización. De momento, sus promotoras toman nota de cada ofrecimiento porque su principal objetivo es «volver a las raíces», las mismas que en 2014 consolidaron una encuentro interdisciplinar centrado en la creación constante de sinergias en el medio rural.
El Artim se tomó un respiro el año pasado. Por un lado, era necesario «descansar» porque con tantas actividades programadas por Ábrego a lo largo del año «no dábamos abasto». Por otro, la concepción inicial del evento, basada en la «creación de redes e intercambio de formación y conocimiento» derivó, edición tras edición, en una suerte de reclamo para centenares de jóvenes que venían a «pasar el fin de semana»sin preocuparse tanto por «cuidar el medio» o «conocer a la gente del pueblo». La de Espinosa de los Monteros, para más señas.
Llegados a este punto, Astrid Henmark, María González y el resto de promotoras de esta cita que en sus últimas entregas llegó a congregar a más de 2.000 personas optaron por frenar en seco para replantearse el futuro del Artim. Tampoco era cuestión de darle sepultura porque, tal y como apunta Astrid, Ábrego nació para «dar forma jurídica a ese sueño que teníamos». Ahora, con la perspectiva que brindan unas largas vacaciones, tiene muy claro que el encuentro debe «involucrar» más que nunca al tejido asociativo de la zona y a todos aquellos vecinos dispuestos a transmitir sus conocimientos para evitar que los pueblos se sigan vaciando.
Los horarios en materia de ocio se adaptarán a la «vida real de la gente de los pueblos».
La ubicación de la cita no cambia porque «el interés que ha mostrado el pueblo por nosotras nos ha tocado la patata», confiesa María. De nuevo en Espinosa, del 10 al 19 de julio, el Artim pretenden «dar más peso a la formación» haciendo hincapié en que «lo más importante es lo que te llevas aprendido». Además, se reducirán las horas de ocio programadas para incrementar el tiempo libre, de tal manera que los participantes tengan la posibilidad de «hacer excursiones» por su cuenta para «conocer el territorio» o realizar actividades deportivas, un apartado al que hasta ahora no se le había prestado demasiada atención.
Impulsar un proyecto de tal magnitud en términos de contenido no es tarea fácil. La asociación lleva más de tres meses abonando el terreno y aún queda mucho por hacer. Lo que está claro, más allá de la formación activa como principal seña de identidad, es el firme compromiso con la apertura a todos los públicos y la adaptación de horarios en materia de ocio a la «vida real de la gente de los pueblos».
El Artim no es solo para jóvenes, sino también para «niños y niñas que puedan ir con sus abuelos o abuelas», precisa María.
A falta de definir el número total de plazas -podría oscilar entre 150 y 170- y para cada uno de los cursos, Astrid anima a la «participación» de los habitantes de una comarca que atesora un «potencial enorme a nivel de recursos endógenos» y un sinfín de «oficios que se siguen conservando». De hecho, el traspaso intergeneracional de saberes es una de las premisas básicas que configuran actualmente la filosofía de Ábrego.
Desde su sede, en Burgos capital, la asociación continúa teniendo puentes con el medio rural y facilitando experiencias capaces de abarcar hasta «dos o tres generaciones» con una «preocupación común» sobre el medio rural. En este sentido, María destaca la «ilusión» y «alegría» de los mayores al encontrarse con jóvenes que «se interesan en el sector primario y su abandono». El aprendizaje es «bidireccional». Las actividades que Ábrego desarrolla a lo largo del año sirven para demostrar que «lo viejo no es peor». Al mismo tiempo, los más veteranos comprueban que cualquier metodología es «adaptable a la época en la que vivimos.
«Queremos salir del mundo de la subvención y sacar la asociación adelante con nuestro trabajo».
En poco más de un lustro, la influencia de este colectivo se ha expandido paulatinamente por toda la provincia. Desde sus primeros compases, Ábrego centró buena parte de sus acciones en Las Merindades. No en vano, el trabajo desarrollado en numerosas localidades ha propiciado un interés creciente en otras comarcas. Claro ejemplo, y bastante reciente, el de los programas de prevención contra la violencia machista que irán ganando terreno a lo largo de este año. Sobre esta iniciativa, Astrid considera que «hay un camino muy bonito por andar» aunque algún que otro Ayuntamiento obvie este tipo de talleres -la mayoría, para niños y niñas- por prejuicios al escuchar la palabra «género».
Sea cual sea la temática, el «escollo número uno» a la hora de sacar adelante cualquier proyecto es la financiación. No queda más remedio que recurrir a convocatorias de ayudas y concursos, aunque por desgracia muchas iniciativas se «quedan en el cajón». Por ello, el colectivo intenta «salir del mundo de la subvención» y «sacar la asociación adelante con nuestro trabajo». Entretanto, la sede de Ábrego continúa fomentando el coworking para dar cabida al emprendimiento en sus instalaciones.