Las calles se iluminan para recibir a sus héroes
Un vecino del barrio de Parralillos homenajeó a todos los afectados por la crisis sanitaria con un espectáculo visual y musical / Con varias proyecciones láser agradeció el trabajo de quienes “arriesgan su vida para ayudar a la ciudadanía”
La vuelta a una cierta normalidad comienza a vislumbrarse en el horizonte, pero la población no olvida todo lo ocurrido durante unas semanas en las que su vida ha cambiado radicalmente. Gran parte de la actividad diaria se detuvo y los burgaleses se vieron recluidos en sus hogares por un motivo de fuerza mayor.
Al mismo tiempo, un numeroso grupo de profesionales del ámbito sanitario y de seguridad comenzó una carrera contrarreloj contra un virus desconocido. Durante largas jornadas de trabajo se han dedicado a proteger la seguridad de miles de habitantes de la provincia y estos les han devuelto su agradecimiento en forma de aplauso o mediante cánticos y pequeños homenajes diarios.
Han pasado casi dos meses desde que comenzara esta situación y el ingenio de los hogares continúa saliendo a la luz cada tarde a través de diferentes gestos con los que romper la rutina del confinamiento. En el barrio de Parralillos no se han quedado atrás y sus vecinos han hecho su aportación personal. Cada día se turnan a la hora de amenizar la jornada con espectáculos musicales y, los sábados, llega el momento de Igor. Desde la ventana de su salón emplea unos potentes aparatos de láser con los que ilumina los edificios cercanos.
Empleando un equipo técnico profesional efectúa pequeños shows visuales como los que realizaba a diario en su trabajo, proyectando siluetas, figuras y animaciones. Cada fin de semana ha presentado nuevos diseños creados por él y sus vecinos han podido verlos de forma alterna en las fachadas de las calles Condes de Berberana y Condes de Castilfalé.
En esta última ocasión, coincidiendo con las festividades del Día del Trabajador y el Día de la Madre hizo un espectáculo final con el que homenajear “a quienes se juegan la vida para ayudar a la ciudadanía”.
Cada día se turnan a la hora de amenizar la jornada con espectáculos musicales y, los sábados, llega el momento de Igor
En el momento en que se ocultó el sol y la noche cubrió las calles, comenzó una sesión de luces y música que se extendió durante veinte minutos con distintas imágenes temáticas. Dedicó una de sus proyecciones a las víctimas de la pandemia, otra a todas las madres de la ciudad y culminó agradeciendo el trabajo que efectúa el personal sanitario y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en la ciudad. En esta ocasión no solo disfrutaron de ello sus vecinos, sino que congregó a miembros del ámbito médico y de la Policía para mostrar su agradecimiento en primera persona.
Esta iniciativa comenzó en los primeros días del confinamiento y se convirtió pronto en una rutina semanal. Aprovechando la orientación y altura de su domicilio hizo los primeros shows, en los que, en menos de cinco minutos, desplegaba su creatividad. La música con la que lo acompañaba resonaba por todo el barrio y pronto le llegaron las primeras felicitaciones. La propuesta fue bien recibida por sus vecinos, que lo esperaban cada día con ganas y reconocían su labor con aplausos.
Con esta última gran actuación y al haberse iniciado la desescalada por fases, da por finalizada esta serie de sesiones
Al habitual ‘Resistiré’ le han acompañado una variedad de canciones de tono alegre con las que ha tratado de levantar el ánimo de las calles. Igualmente, con un micrófono se dirigía al resto de hogares, saludándoles o dedicando ciertas melodías.
Con esta última gran actuación y al haberse iniciado la desescalada por fases, da por finalizada esta serie de sesiones. Igor se muestra satisfecho de haber hecho su pequeña aportación, al igual que muchas otras personas. El paso de los días y la cuarentena no parecen haber afectado a su estado anímico y recuerda a la población que se debe seguir colaborando en las semanas restantes. “Hay que ser solidarios. Los niños están dando un gran ejemplo y la mayoría de personas está cumpliendo las normas”, explica.
En su caso, su empresa dedicada a la organización de eventos se encuentra parada y no se vislumbra un retorno cercano en el tiempo. Se han visto obligados a cancelar varias citas previstas para el verano, tanto en pueblos de la provincia, como fuera de ella. Sus actividades locales en centros comerciales tampoco pueden desarrollarse.
Por otra parte, continúa dirigiendo, aunque de forma telemática, las clases de ajedrez que imparte su escuela. Desde un punto de vista personal, también se ha convertido por unos días en el maestro de sus dos hijos. “Hay que darles clase y ayudarles con las tareas. Ha cambiado mucho nuestra vida, como la de todas las personas, y es un poco una locura”.