El Correo de Burgos

Vuelven las exposiciones a la Fundación Caja de Burgos

Reabre al público el martes 2 de junio sus espacios expositivos. Las propuestas de José Luis Serzo, Karin Bos y Mayte Santamaría permanecerán en el CAB hasta el 20 de septiembre
 

José Luis Serzo.

José Luis Serzo.

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REDACCIÓN / BURGOS
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La Fundación Caja de Burgos reabre al público el martes 2 de junio sus espacios expositivos de la capital burgalesa en su horario habitual. Tanto la sala de exposiciones de Cultural Cordón como los distintos niveles del Centro de Arte Caja de Burgos CAB reabren sus puertas cumpliendo con todas las recomendaciones que en materia preventiva han establecido tanto la Junta de Castilla de Castilla y León como el Ministerio de Cultura y Deportes y el Consejo Internacional de Museos (ICOM).Barroco en Cultural CordónLa sala de exposiciones de Cultural Cordón mantendrá abierta hasta el próximo 30 de agosto la muestra Barroco italiano en el Gabinete de Dibujos de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que reúne medio centenar de obras firmadas por artistas esenciales en la historia del arte, como Gian Lorenzo Bernini, IDomenichino, Guido Reni, Pietro da Cortona, Andrea Sacchi o Carlo Maratti.El Museo de la Real Academia está considerado como la segunda pinacoteca de nuestro país tras el Prado, y su gabinete de dibujos es uno de los más importantes de Europa. Los cincuenta dibujos que componen la selección se articulan en torno a cinco secciones en las que se desgrana la pugna entre el clasicismo y el barroco en la Italia del siglo XVII.Regreso al CAB La Fundación también prorroga, en este caso hasta el 20 de septiembre, las propuestas abiertas en el CAB antes de decretarse el estado de alarma: Archimétrica, el primer y sorprendente cortometraje de José Luis Serzo; Los ojos del extranjero, la inquietante pintura de Karin Bos, plena de luz y de misterios; y Common People, la evocadora memoria sonora de Mayte Santamaría.Casi como una necesidad vital, Serzo ha expandido en Archimétrica su habitual imaginario hasta el cine. Cine puro, trabajado según los cánones del género: storyboard, construcción de escenarios, iluminadores, camarógrafos y actrices han permitido dar vida a una historia singular: un combate entre la vida y el arte, una disputa real entre las visiones que de algún modo han determinado el devenir del arte desde la modernidad. Geometría y razón, equilibrio, pulcritud, cálculo y abstracción normativa frente a la expresividad caótica, el simbolismo, la enajenación y la figuración imaginada.En Archimétrica el cine desborda los límites de la pantalla. El lugar donde ha sido rodado es el lugar donde se ha de ver. El escenario de la creación es el espacio de su visualización, el entorno crece y su multiplica con los objetos y elementos que se han manejado en la filmación. No es un lugar pasivo, antes bien es el territorio para una retroalimentada performance en la que el espectador es el agente principal, e indispensable, de la exposición. Como en todo proyecto sinestésico, los distintos géneros se entremezclan y desbordan hasta perder sus límites, alimentando así el contundente metalenguaje con el que Serzo nos invita a un viaje por el arte, su historia, sus contradicciones, sus referencias políticas y filosóficas desde el juego, la provocación y la autorreferencia.Por su parte, la holandesa Karin Bos presenta en Los ojos del extranjero su trabajo más reciente, inspirado (y en gran parte realizado) en España. Pintura, obra sobre papel, instalación y vídeo articulan una exposición fruto de varios años de trabajo en los que la autora ha viajado y ha residido en nuestro país.En la obra de Karin Bos el paisaje, y la naturaleza, son el escenario de vidas y sucesos. No esconde un matiz que ella no duda en calificar como “siniestro”, donde lo extraño y lo inconcebible parecen tener cabida, como en un malhadado cuento. Los graneros, cobertizos y caravanas abandonadas en medio de paisajes desabridos son tratados en la pintura de Bos con colores ácidos, filtrados por una luz irreal que aporta intensidad a la forma.Finalmente, Common People es el resultado del trabajo de investigación emprendido por Mayte Santamaría sobre los sonidos propios del trabajo tradicional en los años sesenta y setenta del siglo XX en el medio rural. El sonido propio de las máquinas, aperos, herramientas que han formado parte durante generaciones de la memoria de un territorio captado por la artista mediante grabaciones y trabajo de campo, es el punto de arranque del peculiar proyecto propuesto por el CAB. Arqueología y arte sonoro armonizados plásticamente en sorprendentes similitudes con el desparpajo pop propio de esa misma época, aparentemente desarrollados en entornos vital y socialmente alejados.Beldadoras, hilaturas, cribas, batanes, selfactinas y molinos envueltos en el glamour propio de las estrellas del rock. Partituras visuales y grafismos, portadas de vinilos, casettes, neones y luces de camerino para generar una percepción del tiempo heterogénea y múltiple, como es el propio recuerdo, como se guardan los sonidos en la memoria.

 

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