Rebajas, el antídoto del comercio para sobrevivir a la Covid

Estuvieron en riesgo durante unos días en el periodo de desescalada,, pero todo quedo en nada. Las rebajas, tras el arranque hace unas semanas de los grandes grupos, ya se han generalizado, también, en el pequeño comercio. En los primeros momentos hay buenas sensaciones. «Hay gente, estamos trabajando bien, la gente colabora mucho en entrar de manera escalonada, respetando turnos pero sin locuras», explica el vicepresidente de la Federación de Empresarios del Comercio de Burgos (FEC), Julián Vesga. «Ha habido un buen inicio, ahora el secreto para saber si va bien es ver cuánto dura el empujón inicial», relata el presidente de la Asociación de Comercios Centro Burgos, Raúl Martínez. El efecto inicio de rebajas se acabó hace unos años con la liberalización de fechas y el hecho de que las grandes superficies hayan empezado unos días antes suma esa falta de sorpresa en el cliente. Un comprador que es exigente porque «saben que pueden elegir» así  que lo que antes era ver y comprar antes de perderlo, hoy es ver, mirar y volver en otro momento. Y es que el stock de temporada es, este año, toda la temporada. «Tratamos de minimizar las pérdidas porque no ha habido campaña», explica Vesga. Aunque no todo está rebajado. «Lo que acaba de llegar hace una o dos semanas no tiene rebaja, el objetivo es liberar el stock de una temporada que hemos estado cerrados», reconoce la presidenta de la Asociación de Comerciantes Zona G, Victoria Vélez. De esta manera, las rebajas se viven como el momento «no de recuperar la temporada, porque eso es imposible, pero sí reducir la cantidad de género en el almacén», explica Martínez. Y, también, de reducir pérdidas. «Trataremos de minimizar las pérdidas porque no ha habido campaña» insiste Vesga quien reconoce que los descuentos vendrán marcados por la viabilidad. «Se trata de vender sin perder porque sino no podemos sobrevivir, hay que cubrir costes del género, alquileres, nóminas...», explica.  Mientras que para Martínez «los descuentos están siendo bastante agresivos, la gente ha empezado fuerte porque hay ganas de olvidar la temporada pasada y empezar una nueva desde cero».En este punto Vélez reconoce que hay conciencia en los consumidores, al menos lo que han testado en Gamonal, de consumir en las tiendas del barrio. «Yo pensé cuando empezaron tan fuerte en algunas cadenas de ropa que nos iba a ir peor, pero no fue una mala semana y cuando abrimos después del confinamiento, sí que había gente que se acercaba a gastar lo que no había gastado en tres meses y con intención de hacerlo en el pequeño comercio». Para Victoria Vélez hay que distinguir el comercio destinado a público joven de los que tienen entre su clientela habitual a los mayores de 60 años. «El funcionamiento esta  siendo desigual, aquellos comercios dirigidos a un público más mayor notan que el cliente sigue teniendo miedo a salir y están recuperando de manera más lenta la actividad, en cambio en las tiendas para un público mas jóven está siendo más rápido». Para Raúl Martínez lo peor de la ‘nueva normalidad’ es que «las calles siguen casi vacías, el teletrabajo nos perjudica mucho y hasta que eso no se regularice no habrá normalidad». Mientras tanto, todos coinciden en que el comercio ha sabido adaptarse para ofrecer entornos seguros que son, además, una garantía adicional. «El comercio de proximidad tiene en la atención personalizada al cliente su gran fuerte, y en momentos como estos los sitios pequeños tienes un nivel de vigilancia mayor», señalan desde la FEC. Así que las asociaciones comerciales del gremio pero también las zonales han trabajado mucho en distribuir información y documentación sobre las exigencias de las administraciones y los procedimientos de desinfección e higienización de locales. El objetivo es ofrecer entornos seguros para los clientes y eliminar los temores  para disfrutar de una jornada de compras.