El Correo de Burgos

SOCIEDAD

Reabren los negocios cerrados con miedo a nuevas restricciones

Las tiendas de los centros comerciales, el interior de los bares (al 33% de aforo) y los gimnasios vivieron ayer el reinicio de la actividad sin querer calcular las pérdidas por la última clausura

Los clientes regresaron ayer a las tiendas de los centros comerciales después de mes y medio cerradas. En la imagen el Camino de la Plata. ISRAEL L. MURILLO

Los clientes regresaron ayer a las tiendas de los centros comerciales después de mes y medio cerradas. En la imagen el Camino de la Plata. ISRAEL L. MURILLO

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Burgos

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42 largos días después del cierre de la hostelería, los gimnasios y las tiendas de los centros comerciales, ayer, por fin, volvieron a abrir sus puertas estos establecimientos. Eso sí con limitaciones de aforo y con todas las medidas de seguridad, pero un buen número de profesionales de estos sectores pudieron retomar su actividad parada desde el 6 de noviembre, cuando se despedían, en principio por 15 días.A las puertas de la Navidad y del sorteo de lotería por excelencia, había dos administraciones de Burgos cerradas, la número 18 Diana, y la número 20 El Mirador, porque ambas están ubicadas en los centros comerciales Camino de la Plata y El Mirador, respectivamente. Sus propietarios han vivido con angustia todas estas semanas. Así lo relatan a este periódico en el primer día de actividad tras el parón. Carlos Olivares, de la administración Diana, asegura que ha sido un mes y medio «duro» porque en estas fechas hacen el 70% de la facturación de todo el año. Por su parte, María José Martínez, de El Mirador, no quiere ni calcular las pérdidas económicas de estos días, cuando este año ha sido muy complicado y ni siquiera estaban vendiendo al ritmo de otras navidades.  «Ya veíamos venir que la venta iba a ser mala porque hay muy poca movilidad, pero lo vivido ha sido agobiante», precisa.Olivares tomó la iniciativa de abrir unos días con una caseta instalada en el exterior del centro comercial, en una zona que pertenece al establecimiento, sin embargo a los pocos días vieron cómo la Policía Local les ordenaba desmontar todo. «Moralmente ha sido muy duro porque no me he saltado ninguna ley», comenta el responsable de la número 18, que no quiere dar más vueltas a este asunto. En el caso de esta administración, con dos empleadas, han estado trabajando dentro de las limitaciones para sacar adelante el trabajo administrativo. Así, se han librado del ERTE, pero no la trabajadora de la administración que regenta María José Martínez que sí ha pasado estas semanas en un Expediente de Regulación Temporal de Empleo.En las primeras horas de vuelta a la actividad, ambas administraciones han visto cómo sus clientes han acudido rápido para probar suerte en los próximos sorteos.HosteleríaEl gremio de la hostelería abrió sus establecimientos con una limitación de aforo del 33% y sin que se pueda servir en barra, pero es un paso más a la apertura de las terrazas que ya se vivió el fin de semana pasado. El presidente de la Federación Provincial de Hostelería, Fernando de la Varga, calcula que han vuelto a la actividad el 75% de los locales. «Creo que hemos abierto más por desahogo psicológico que por otra cosa», asegura De la Varga, que añade que esta situación «está haciendo mella en los trabajadores».La incertidumbre de no saber qué va a pasar mañana con los mensajes que llegan de todas las administraciones, que alertan de nuevos repuntes, les tiene en un «sinvivir».En estas circunstancias, muchos hosteleros han optado por trabajar con el mínimo por lo que todavía quedan trabajadores en ERTE. Y habrá que esperar la evolución para ver si se puede recuperar a las plantillas.«Entiendo que en Burgos no se podrá achacar que pueda haber más casos por la actividad en el puente de la Constitución  porque aquí estuvimos cerrados a cal y canto», manifiesta.Fernando de la Varga confía en que esta reapertura del interior de los bares no se vivirá con tanta intensidad como la de las terrazas de la semana pasada, cuando en algunos puntos concretos se reunió mucha clientela. «La gente tenía ganas de retomar la actividad social», relata. Este empresario afirma que es más fácil ‘controlar’ que se cumplen las medidas de seguridad con la actividad en el interior del local que en la terraza.«Ya nos ha llegado un recordatorio de la Policía Local de que estos días se va a intensificar la vigilancia y de que se va ser estricto», comenta.Por otro lado, la federación mantiene la reivindicación de recuperar el aforo hasta el 50%. Los empresarios lo ven viable, aunque ahora mismo no tienen mucha confianza en que se vaya a abrir más la permisividad por parte de las administraciones.Los gimnasios y centros deportivos también vivieron ayer la reapertura con su limitación de aforos en función de los metros cuadrados de las instalaciones. Los trabajadores y propietarios de estos establecimientos han clamado en estos días por su empleo y han batallado por hacer ver que no son fuente de contagio.

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