SANIDAD / CORONAVIRUS
La bajada continua de la incidencia acerca a Burgos a salir del nivel de alerta máxima
La incidencia desciende en la provincia y en la capital y el número de contagios cae a 15 positivos desde el viernes
Factores como las apelaciones a la responsabilidad colectiva, el miedo al contagio, la llegada del mal tiempo, las precauciones extras en toda la provincia, los cribados o las medidas de restrición, todos juntos o por separado, han ayudado a doblegar la curva de expansión del coronavirus en Burgos hasta el punto de que la incidencia va camino de igualarse con la del resto de la Comunidad.
Por el momento la cifra de contagios se reduce y el dato del número reproductivo básico instantáneo, que es el promedio de personas que cada persona contagiada puede llegar a infectar, es ahora en Burgos, con un 0,76, el tercero más bajo en Castilla y León. Poco a poco, la provincia avanza para salir de la situación de nivel 4 de alerta en el que la Junta la enclavó hace varias semanas.
La tasa de incidencia en la provincia de Burgos sigue evolucionando favorablemente y ha pasado de los 1.342 casos registrados hace prácticamente un mes, el 23 de noviembre, fecha en la que se alcanzó el pico de la segunda ola de la epidemia, a los 256 que contabilizó ayer la Consejería de Sanidad.
De hecho, Burgos ya no es la provincia con mayor incidencia ya que hace varias jornadas que fue superada por Palencia y la tendencia sigue siendo a la baja. Especialmente en la capital burgalesa, la más preocupante de la Comunidad en el último mes y medio, donde la tasa de incidencia es de 282 casos por cien mil habitantes en los últimos 14 días y de 120 en el periodo de 7 días, lo que indica que seguirá a la baja en las próximas jornadas. También entre el colectivo de personas mayores de 65 años, cuyas tasas de incidencia son ahora análogas a las de la población general.
15 casos nuevos
Un indicativo de que la situación del contagio mejora en la provincia burgalesa está en que entre los últimos dos días sólo se han detectado en toda la provincia 15 nuevos contagios y, además, no se ha producido ningún nuevo fallecimiento hospitalario con lo que la cifra total se mantiene en 560 decesos por covid en los hospitales. Paralelamente, la cifra de pacientes ingresados en planta en el HUBU es de 75 personas, mientras que en la Unidad de Cuidados Intensivos están hospitalizados otros 28 pacientes. En el caso del Hospital Santiago Apóstol de Miranda se encuentran en planta 22 pacientes por coronavirus y 9 en el Santos Reyes de Aranda de Duero.
Según los datos facilitados ayer por la Consejería de Sanidad después del lapso del día de Navidad, los 15 nuevos contagios elevan la cifra total de positivos hasta los 23.360 casos desde que se decretó el estado de alarma de marzo. Además, están aún activos 34 brotes con 721 personas afectadas. En ese apartado de los focos de contagio colectivos Burgos sigue siendo la provincia de Castilla y León con más afectados, por delante de Palencia que registra 704 casos en 32 brotes.
Evolución en la Comunidad
Estabilizada, de momento. Castilla y León muestra desde el pasado mes de noviembre un escenario con datos en continuo descenso, de hecho, tras el período de cierre forzado en sectores como la hostelería o el gran comercio, diciembre arrojó cifras de coronavirus que no se apreciaban desde finales de verano, cuando comenzó una segunda ola que ya toca su fin.
En este contexto, la Comunidad respira durante las presentes fechas navideñas, con tasas de incidencia muy alejadas de los desproporcionados niveles de hace dos meses y con un nivel de ingresos por coronavirus en los hospitales que no se registraban desde septiembre. El 2020 termina bien para el territorio castellano y leonés; sin embargo, continúa la incertidumbre que trae consigo la época actual, donde se ha abierto un mayor abanico de posibilidades en cuanto a restricciones que han vuelto a dejarse en manos de la responsabilidad ciudadana.
Por ello, para percibir las consecuencias del levantamiento de las limitaciones en Navidad habrá que esperar, al menos, hasta mediados de enero, por lo que solo queda mantener la alerta y, como insisten desde el Gobierno autonómico, no tirar por la borda lo conseguido semanas atrás, a pesar de que el término tercera ola suene cada vez con más fuerza.
La situación regional sigue estable, con una incidencia media a catorce días de 165 casos por cada cien mil habitantes, muy cerca del riesgo medio correspondiente al nivel de alerta 2, aunque varias provincias registran un crecimiento muy ligero, casi imperceptible, con una tendencia a siete días que hace prever que, durante los próximos días, la tasa aumente en mayor medida.
Los territorios con los datos más graves son Burgos y Palencia, como únicas provincias con una incidencia de riesgo muy alto; bien es cierto que su tendencia es a la caída. Un peldaño por debajo, en riesgo alto o nivel 3, León y Zamora; aunque en este caso la tendencia de ambas provincias refleja un ligero crecimiento, que podría agravarse durante las próximas jornadas.
El nivel más poblado es el 2, de riesgo medio, con disparidad de números. Por un lado, Ávila y Salamanca, que no alcanzan los 90 casos por cada cien mil habitantes, junto a Segovia, notifican una tendencia mínimamente al alza; mientras que Valladolid y Soria, en descenso continuado desde hace ya varias semanas, son actualmente los dos territorios con mejor situación de la Comunidad, a pesar de no registrar las mejores tasas autonómicas, 135 y 110, respectivamente, pero con una tendencia notablemente a disminuir.
En cuanto a capitales y grandes ciudades, la tendencia general es al descenso, pues solo tres zonas registran tasas al alza. Las capitales de Ávila y León, junto al municipio leonés de San Andrés del Rabanedo sufren un cambio de tendencia que podría derivar en notables crecimientos durante los próximos días.
Cabe destacar la buena situación de la capital vallisoletana y las tres ciudades de la provincia, cuatro zonas con una notable incidencia a la baja y cifras propias del nivel de alerta medio. En Burgos, tanto la capital como Aranda de Duero y Miranda de Ebro sufren unas tasas de las más altas a nivel autonómico, aunque su tendencia al descenso es muy fuerte, lo que podría provocar en jornadas venideras una prolongada caída de la incidencia acumulada.
Por otra parte, los hospitales continúan liberando presión. Tal es el punto que se han alcanzado datos propios del mes de septiembre, de mediados y finales, cuando los centros hospitalarios registraban entre 500 y 600 ingresos por coronavirus. Los datos facilitados ayer por Sanidad reflejaban un nivel de ingresos de 545 pacientes Covid, de los cuales 143 residían en unidades de críticos.
Números que reafirman las consecuencias del cierre de noviembre y fortalecen la teoría de cómo el descenso de contagios e incidencia recae a las dos semanas directamente sobre los hospitales, que han aliviado considerablemente una presión que alcanzó en noviembre los 1.800 pacientes ingresados.
En este aspecto, la ocupación también se reduce en el conjunto autonómico y destaca la fuerte caída de la unidad de críticos del Hospital Río Hortega de Valladolid, que baja al 74% tras registrar en Nochebuena un lleno del 85%.
El resto de UCI mantienen niveles próximos a la media regional, del 54 por ciento de aforo completo, excepto la de El Bierzo, que notifica la segunda peor ocupación de la Comunidad, al 70%. Las plantas de los hospitales también se estabilizan, al 50% en la media regional, con los hospitales de Salamanca y Palencia como más afectados, al 64% y al 63% del aforo completo, respectivamente.
MESA DE SANIDAD
La consejera de Sanidad, Verónica Casado, reconoció ayer que la mesa sectorial está de nuevo «encaminada» y, por lo tanto, que sí hay avances en el problema con los trabajadores sanitarios a raíz del famoso decretazo que impuso la Junta. La máxima responsable de Sanidad de la Junta, en declaraciones a Europa Press, consideró que la solución al problema «sí avanza» porque hay una reunión en la que espera trabajar en busca del «consenso», para que se pueda seguir adelante.
Por ello, duda de si el decreto del presidente Mañueco, se entendió «bien» porque «tenía que haber un paraguas legal» para que de ahí pudieran «colgar» todos los acuerdos a los que se llegue en mesa sectorial. «Pero lo importante es lo que hagamos en la mesa, que está otra vez encaminada», matizó.
Sin embargo, UGT presentó una versión bien distinta, anunciando que no negociará todo lo que tenga que ver con el decretazo y que se levantará al abordar este punto. Incluso, desde el sindicato afirman su intención de llevar a los juzgados el decreto y la interposición de un recurso contencioso-administrativo.