SANIDAD / Los bebés de 2020
Los rayos de luz del año del Covid-19
Cinco familias cuentan la experiencia de su embarazo y parto en un año tan atípico
El 2020 ha traído alegría y esperanza para muchas familias que han visto nacer a sus retoños cuando la pandemia ya se había desatado en el planeta. Los padres primerizos y quienes han repetido en la experiencia durante el año pasado han vivido momentos de gran preocupación en forma de miedo a contagiarse de Covid-19, pero una vez con sus bebés en casa y con salud, todos ellos ven el 2020 de forma más positiva. Cinco familias cuentan a este periódico cómo han enfrentado la maternidad en estas circunstancias tan atípicas. Diego Santamaría y Sara Esteban han dado la bienvenida en octubre a Vera , una segunda hija muy deseada que ha llegado para acompañar al pequeño Izan, de 5 años de edad. «La noticia del embarazo llegó en febrero, nunca imaginamos lo que vendría después e igual hubiéramos esperado un año más de haber sabido lo que se venía encima», asegura el padre.Sara y Diego han estado trabajando durante el embarazo con mil precauciones, en algunos momentos teletrabajando. Básicamente han vivido estos meses sin excesiva preocupación, pero eso sí cuidándose en todo momento y cumpliendo las recomendaciones sanitarias. Cuando llegó el momento del parto, Diego asegura que han sentido «seguridad» en el área de maternidad del Hospital Universitario de Burgos.Ahora, con Vera en casa, es cierto que las visitas están restringidas y que apenas los abuelos han podido conocer a la pequeña. «En Nochebuena mi hermana pudo venir a conocerla porque viajó dos horas desde la ciudad donde reside, la visita fue en un parque para estar al aire libre y al poco rato se marchó. Ha sido doloroso no poder compartir más tiempo, pero ella está muy concienciada con el coronavirus», explica. Félix Ordónez llegó al mundo el 17 de octubre. Para sus padres Ricardo Ordóñez y Lidia Sierra, «el mundo es mejor con otro Félix Ordóñez». Su nombre es un homenaje a su abuelo, el añorado fotoperiodista fallecido en 2012. Tres días antes de la declaración del estado de alarma confirmaron que venía de camino, pero a pesar de las circunstancias y la preocupación han vivido el embarazo con ilusión. «Félix ha sido un rayo de luz para la familia», en un año triste y duro, explica Lidia, que extremó las medidas de precaución para evitar contagiarse de Covid-19.Virginia Martín y Alejandro Arija son los padres de Alejandro que está a punto de cumplir tres meses. Ellos conocieron el embarazo cuando casi no se había empezado a hablar de coronavirus, pero Virginia vivió el grueso de la gestación bajo la pandemia. «Ha sido un proceso muy ilusionante, pero también cargado de preocupación porque a los temores normales que supone un embarazo se sumó el miedo al contagio», asegura la reciente mamá, que recuerda que ha sido «especialmente triste» no poder compartir las citas médicas con su pareja. El pequeño Alejandro no ha podido ver la cara de sus abuelos y tías al completo ya que en las visitas siempre les acompaña la mascarilla y estas navidades han sido muy especiales, pero solo para tres.Beatriz Fernández y Gustavo Infante han repetido maternidad y paternidad con Tiago este 2020. El final del embarazo fue muy difícil para Beatriz porque tuvo que estar confinada y dar a luz significó poder salir de casa «por fin». La incertidumbre ante cómo sería el parto en estas circunstancias de la pandemia les causó cierto temor y también tristeza por no poder presentar al pequeño a la familia con normalidad. La mayor preocupación durante la segunda ola para esta familia ha sido compatibilizar el cuidado del recién nacido con la vuelta al cole de la hermana mayor y el miedo por si podría contagiarse en el aula.«La llegada de un peque es siempre una alegría». Así se expresan los padres de Laín, Marta y Jaime, que vivieron los dos últimos meses de embarazo durante el estado de alarma que comenzó en marzo. «Fue duro no poder salir a caminar esos días porque es lo que el cuerpo necesita sobre todo en la recta final», dice Marta, que recuerda el parto como «maravilloso» por la atención y la tranquilidad vividas esos días en el HUBU.