El Correo de Burgos

SANIDAD

«Es insostenible, el 20% ya no volverá a abrir»

Sólo el 20% de los hosteleros mantienen actividad con terraza y servicio a domicilio

Imagen de una terraza de la Plaza Mayor. RAÚL G. OCHOA

Imagen de una terraza de la Plaza Mayor. RAÚL G. OCHOA

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Tres de cada diez días del año 2020 la hostelería de Burgos no ha abierto. Es el cálculo de los dos confinamientos a los que se ha visto obligada la ciudad de Burgos pero, también, hace que los que mantienen la actividad afronten un tercer confinamiento con indignación, desconfianza y desesperación.

«No lo esperábamos, ahora vuelven a cambiar de criterio, y aunque Burgos tiene cifras más positivas que otras provincias se nos vuelve a castigar cuando en la segunda ola asumimos el aumento de contagios con un cierre que solo nos afectó a nosotros», explica el presidente de la Federación Provincial de Hostelería, Fernando de la Varga.

El año 2020 está lleno de huecos en blanco para las empresas del sector de la hostelería pero también centros comerciales o  deportivos, incluidos en el mismo paquete de medidas. Lo que en noviembre fue confinamiento selectivo hace que Burgos haya mantenido el decreto de cierre durante más tiempo que en otro punto de la comunidad.

En concreto, 134 días de los 365 que tiene el año con dos confinamientos de más de dos meses. Así, en el primer confinamiento que arrancó el 13 de marzo, como en todo el país, pero en Castilla y León duró un poco más ya que fue de las últimas comunidades en iniciar la desescalada. El 26 de mayo empezaron a abrir terrazas y la normalidad llegó con el verano.

En concreto, 134 días de los 365 que tiene el año con dos confinamientos de más de dos meses

 

Después, en octubre, la incidencia de la Covid-19 vuelve a descuadrar y, sin que nadie sepa muy bien porqué, las cifras de contagio se dispararon en Burgos. Segunda ola, segundo confinamiento y, esta vez, más largo que el primero. En total 74 días que arrancaron el 20 de octubre y que no permitió iniciar la reapertura hasta el 18 de diciembre, a las puertas de la Navidad. Sin ningún tipo de apoyo al sector en el horizonte y si muchas palabras huecas que solo llenan titulares.

Y el sector afronta ahora un tercer decreto de cierre con mejores datos de incidencia que otras provincias de la región. Se opta por un cierre preventivo, que hace dos meses no se planteó cuando sólo se cerró Burgos y Salamanca. «Y ahora llegan los pagos de IRPF, sociedades sin haber tenido tiempo de coger aire, con unas Navidades que no han sido nada boyantes por su pequeña facturación y con la perspectiva de un nuevo cierre que, mucho nos tememos por la experiencia previa, no durará 15 días», resume.

«Y ahora llegan los pagos de IRPF, sociedades sin haber tenido tiempo de coger aire, con unas Navidades que no han sido nada boyantes por su pequeña facturación y con la perspectiva de un nuevo cierre que, mucho nos tememos por la experiencia previa, no durará 15 días»

El 20% de la hostelería de Burgos ya no ha vuelto a abrir. Negocios cerrado. Empleo perdido difícil de asumir en otro sector. Y tras este nuevo cierre, la Federación teme que la cifra de carteles de ‘Se alquila’ o ‘Se vende’ se multipliquen.

El 80% de los negocios han optado por el cierre total. Las posibilidades de servicio en terraza o a domicilio no les permiten cuadrar cuentas. Sí ha abierto el 20% restante con un plantel y recursos reducidos pero las posibilidades de desarrollo del negocio son mínimas.

«Con la climatología que nos toca ahora disponer solo de terraza, tal y como están planteadas en Burgos, no tiene futuro y no es viable, aunque hiciera bueno no serviría de mucho», explica. En cuanto al servicio a domicilio «tuvo su boom en el primer confinamiento pero Burgos es una ciudad del día a día, de ir a trabajar, comprar, te haces de comer, puedes tener más demanda en fin de semana pero no es suficiente», concluye el portavoz de los hosteleros.

Con la climatología que nos toca ahora disponer solo de terraza, tal y como están planteadas en Burgos, no tiene futuro y no es viable»

Con estos mimbres, 134 días de cierre obligatorio de 2020, y la poca rentabilidad de terrazas y servicio a domicilio y la sombra de unos pagos difíciles de asumir, los hosteleros burgaleses atraviesan una situación que no se recuerda desde la postguerra. «Esto está afectando a todos: al que arrancó hace menos de dos años, un tiempo en el que ni siquiera has podido cubrir la apertura, y al que lleva 30 años y estaba a punto de jubilarse que ya ni piensa en traspasar el negocio», lamenta De la Varga.

Escalada de tensión

Eso hace que la expresión de protesta y hartazgo vaya in crescendo en tensión entre los hosteleros. Tras las multitudinarias manifestaciones organizadas por la Federación en Burgos nada ha cambiado y  «ahora, al ver que la repercusión en acciones políticas es nula, se plantean actos de protesta que, desgraciadamente, suben en intensidad por la crispación que reina en el sector», apuntan desde la Federación. Señalan, también, la incongruencia en algunas medidas que luego no sirven o la facilidad con la que se comunican unos apoyos que no han llegado a materializarse.

«En el apoyo de las administraciones hay un silencio administrativo» después de casi un año de restricciones y decretos de cierre poco o nada se saben de las ayudas. «Ellos van a otro ritmo, plantean apoyos como los créditos ICO, el aplazamiento de impuestos hasta mayo pero la realidad es que puede que lleguemos a mayo sin posibilidad de trabajar para hacerle frente», lamenta.

Como ejemplo de ese ritmo desacompasado señala la ayuda de terrazas que salió en octubre. Aún no hay procedimiento a realizar ni posibilidad de remitir documentación, y después tendrán que sacar, aprobar, resolver documentación que falte... «con este ritmo llegarán en julio o junio del año que viene, para entonces muchos estarán cerrados».

La sensación en el sector es que «no hay voluntad de sacar nada adelante». Como ejemplo las ayudas directas que iba a lanzar el Gobierno central y que no se llegaron a materializar. «Hay pocos países sin ayudas directas al sector, las hay en Francia, en Alemania, en Rumanía, las acaban de lanzar en Portugal, y España, una potencia en el sector turístico, nos abandona a nuestra suerte», concluye.

El año 2021 empieza peor que el pasado que se vivió la peor situación que muchos recuerdan. No llevan ni un mes abiertos, tras el cierre de la segunda ola, y tienen que volver a cerrar sin saber hasta cuándo porque, por experiencia saben, estos decretos se alargan más allá de los 15 días.

 

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