SAN LESMES / EXPOSICIÓN
«Aún hay tiempo de aprender las tradiciones y no perderlas»
Alfonso Díez Ausín, Esther Adrián y Jon Quintano inauguran su muestra conjunta en San Juan
Un traje preside la estancia en el interior de una vitrina. Sin desmerecer al resto, brilla con luz propia. Las joyas, de «marfil teñido» y no de cristal o coralina como se podría pensar, confieren mayor esplendor a la pieza en su conjunto. Pero hay algo más, que no se ve pero se percibe en el ambiente. Alfonso Díez Ausín, folclorista local por excelencia y propietario de la colección que desde ayer se exhibe en el Monasterio de San Juan para honrar a San Lesmes, resume la historia detrás del traje y todo cobra sentido.
Resulta que perteneció a Julia Monteverde, apasionada de las telas representativas de su tierra y responsable de que este traje típico de Peñaranda de Duero se convirtiese en «icono de la provincia». La culpa también la tuvo su hija Meles, presente en la exposición Para días de dar humo a través de dos instantáneas a los pies de la vitrina: una con 27 años, de romería con el Orfeón Burgalés, y otra luciendo la pieza con orgullo a sus 90 primaveras. Tal y como señala Díez Ausín, «sigue igual de guapa y estupenda». Más sonriente si cabe.
Entre trajes, joyería, roscones decorativos de San Lesmes y esa "maravillosa" pero "perdida" artesanía pastoril instalada en San Juan hasta el 28 de febrero, una llamativa exposición fotográfica rodea la estancia. Sus autores, Esther Adrián y Jon Quintano, ofrecen dos perspectivas que se retroalimentan hasta confluir en un espacio común: Burgos como identidad estética.
«La gente se sigue vistiendo, aunque sea para un San Lesmes o hacer una actuación, o sencillamente un San Pedro para poner flores a la Virgen».
«Aún hay tiempo de aprender las tradiciones y no perderlas», sostiene Adrián dispuesta a «ensalzar que la gente joven también está metida en este mundo». Por eso los modelos de sus imágenes oscilan entre los 16 y los 50 años. La transmisión generacional se mantiene y «la gente se sigue vistiendo, aunque sea para un San Lesmes o hacer una actuación, o sencillamente un San Pedro para poner flores a la Virgen». Lo más importante, a su juicio, es que «saben de qué se visten y por qué se visten».
Una idea rondaba desde «hace tiempo» por la cabeza de Quintano: «una galería de fotos con gente mayor». Su «expresión» tiene «algo especial» que, desde su punto de vista, enriquece las estampas. Por eso no dudó ni un solo instante tras recibir la invitación. Tenía que «aprovechar la ocasión» y rendir homenaje a esa tercera edad que tan «complicado» lleva esto del Covid. Con este «contrapunto a esos días de dar humo», su proyecto encaja como un guante en la muestra porque incorpora vestimentas «a la antigua» y «utensilios como aperos de labranza» para inmortalizar «escenas cotidianas».
«Las administraciones tenemos la obligación de velar y preservar las tradiciones», comentaba la edil y presidenta del Instituto Municipal de Cultura (IMC), Rosario Pérez Pardo, satisfecha por la ayer anunciada solicitud a la Junta para que los Gigantones, Gigantillos y Danzantes sean declarados Bien de Interés Cultural (BIC). Y entre trajes, ante una exposición «maravillosa», no dudó en reconocer lo mucho que le gustaría que se puedan «exponer estos trajes en un futuro de forma permanente».