El paseo de 10 hombres de hace 4.500 años
Un monográfico de ‘Springer Nature’ sobre huellas prehistóricas incluye los nuevos estudios sobre las salas de Ojo Guareña que se visitan desde hace 19.000 años
El espíritu explorador es inherente al ser humano. En 1969 quienes analizaban el subsuelo de Burgos, los integrantes del Grupo Espeleológico Edelweiss, descubrieron una sala de huellas realizadas por un grupo de hombres prehistóricos. Pies descalzos marcados en el suelo aún húmedo de la Sala y Galería de las Huellas. El grupo lo precintó, apenas se exploraron esas primeras visitas al interior de los recovecos de Ojo Guareña.
Unas visitas sin más razón que conocer porque las diversas visitas realizadas desde hace 19.000 años (datación de la huella más antigua) hasta los 4.500 años, las más numerosas no están asociadas a un uso ritual o artístico. Aunque sí están presentes estos usos en otras zonas del complejo.
«Durante la prehistoria, los habitantes de este karst transitaron y exploraron la cueva hasta encontrarse con el tapón sedimentario en el circo de San Bernabé, dejando marcas en el paisaje subterráneo, pequeños hogares, antorchas, piedras o arte rupestre, tumbas, etc», explican en el artículo que encabeza Ana Isabel Ortega, científica del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh) y miembro del Grupo Espeleológico Edelweiss.
Tras los estudios realizados en 2012, con técnicas de escaneo y medición que no ponían en riesgo las huellas de pies descalzos, y un análisis arqueológico en 2016, han podido conocer un poco mejor este hito tan singular en el patrimonio arqueológico mundial.
«Gracias a los escaneos 3D y la fotografía digital, en combinación con técnicas GIS, hemos podido realizar la minuciosa identificación de más de 1.200 improntas humanas en este yacimiento», explica la arqueóloga Ana Isabel Ortega. De las muestras datadas, seis se corresponden con los itinerarios en los que se conservan las improntas de pies descalzos, con fechas comprendidas entre 4.600 y 4.200 años (Calcolítico).
Sin embargo, en los conductos de acceso, el rango cronológico se amplía notablemente. Aparte de dos fechas calcolíticas situadas en el acceso inmediato a la Sala de las Huellas, se han documentado cuatro muestras comprendidas entre 6.600 y 6.200 años (Neolítico) y tres muestras entre 7.800 y 7.700 años (Mesolítico).
La datación más antigua proporciona una fecha de unos 19.000 años (Paleolítico Superior). «El avance de las investigaciones prehistóricas en Ojo Guareña va confirmando la intensa y reiterada utilización del mundo subterráneo en la Prehistoria», concluye Ortega.
Este estudio incluye además una batería de dataciones por Carbono 14 de restos de antorchas localizados tanto en el itinerario de la Sala y Galerías de las Huellas, en el que se conservan las improntas de las pisadas humanas, como en las galerías de acceso hacia las mismas: el sector del Laberinto Otilio, la Sala Negra y las laterales de la Galería del Cacique.
Un paseo de exploración alrededor de 5.652 metros cuadrados donde, en el itinerario más numerosos y amplio realizado hace 4.500 años, se evidencia la realización de 18 pistas diferentes por los diferentes pasajeros realizados por entre ocho y diez individuos.
En concreto, por las medidas y profundidad de las huellas, podrían ser varones de entre 1,73 centímetros y 1,88 centímetros de altura y con un peso que oscila entre los 76 y 78 kilos en unos casos y de 90 a 99 en otros. La reproducción de maquetas de estos paseos de la prehistoria por el mundo subterráneo ha permitido analizar hasta la incursión de uno de ellos a la zona más alejada, o la ida y vuelta de otros.