SINDICATO / RELEVO AL FRENTE DE CCOO
«No pueden mantenerse en estado de suspensión las negociaciones pendientes»
Juan Nuñez, Secretario General CCOO Burgos.
La actividad sindical de Juan Nuñez arrancó en el 94 con la afiliación al sindicato Comisiones Obreras. En el 99 se adhiere al sector del metal como delegado de Benteler y cinco años más tarde entra en la ejecutiva provincial de CCOO. Asume funciones de formación a las que siguen otras en la estructura del sindicato, hasta que hace cuatro años se une al equipo de Ángel Citores, a quien sustituye ahora al frente del sindicato en la provincia, como Secretario de Organización. Recupera en su equipo directivo para los próximos cuatro años al que fuera secretario provincial, Fidel Velasco. Su equipo se completa con Henar Paredes, Manuel Capilla, Ana María Gómez y Julia Quirce.
Pregunta.- ¿Que retos se plantea para los próximos cuatro años?
Respuesta.- Aumentar si cabe la capacidad de influencia que tiene el sindicato. No sólo en los centros de trabajo, con delegados y los afiliados, sino que esa influencia trascienda y llegue a las instituciones, donde estamos reconocidos dentro del Diálogo Social, trasladando propuestas que se valoren, que estudiemos entre todos. Queremos dar participación a todas las organizaciones afines, organizaciones sindicales, para llevar un planteamiento que puede ser el de CCOO, porque es la cara visible ante las instituciones, pero son propuestas en las que deben tener cabida todos con los que podamos contar. Siempre desde el respeto, la aportación y la suma de fuerzas que es imprescindible ahora mismo.
«Hemos vuelto a salir a la calle para hacerlo más visible. Porque es en la calle donde se ve la magnitud de la reivindicación»
P.- Fue elegido a las puertas del 1º de mayo en el que se ha recuperado la protesta en la calle. ¿Es necesario en este tiempo en el que las aglomeraciones no son beneficiosas para la salud?
R.- Hemos entendido que la situación ha mejorado, sin ser la idónea y con todas las precauciones, hemos vuelto a salir a la calle para hacerlo más visible, más evidente. Porque es en la calle donde se ve la magnitud de la reivindicación. Acordamos entre ambos sindicatos la disposición tanto de la gente a lo largo de la calzada por donde transcurre la manifestación, como el número de participantes en las pancartas, que fueron las mínimas por no entrar a manejar y manosear ningún elemento. También que dispusimos de un cordón de seguridad para recordar a la gente que guardaran las distancias.
P.- ¿El riesgo compensa?
R.- Si no sales, cae en el olvido. Porque todo aquello que no se ve no tiene importancia. Si no sale a la luz no se habla de ello. Hay que seguir hablando. Y más en este contexto político en el que están apareciendo otros grupos que pueden poner en riesgo, con sus coaliciones con otros partidos más grandes, la situación que ya estamos padeciendo.
P.- Recordaban el sábado que toca recuperar las mesas de negociación abiertas y paradas por la pandemia a nivel nacional y local. ¿Qué negociaciones son más urgentes?
R.- En materia de convenios sectoriales el del metal, pero hay que recuperar el diálogo en general. Somos todo lo asequibles y flexibles que nos podemos permitir ser. Dada la situación de pandemia ha habido muchas negociaciones que ha habido que paralizarse. Pero, llegados a este punto, después del tiempo, hay que retomarlo. El modelo de las reuniones por videoconferencia, restringir el aforo de personas o ampliando espacios. No puede mantenerse el estado de suspensión que hay en algunas negociaciones tanto en empresas o en el ámbito sectorial. Debe desatascarse la negociación para llegar al acuerdo final o al desenlace en un conflicto. No hay excusas, como dice el eslogan de este 1º de mayo, ya no hay excusas para no cumplir.
«No puede mantenerse el estado de suspensión que hay en algunas negociaciones tanto en empresas o en el ámbito sectorial»
P.- ¿Cuál es la estrategia para la negociación colectiva y para captar descreídos al movimiento sindical?
R.- Poner en valor nuestra herramienta y nuestra fuerza que no es, ni más ni menos, que el apoyo de cientos de trabajadores, por no decir miles, en el conjunto de la provincia. Y no sólo de los trabajadores sino también de las familias que están detrás. Eso debe de trasladarse a las mesas de negociación. Y al final es lo mismo de siempre. Es la confrontación histórica entre el mundo del trabajo y el mundo del capital. A algunos les puede sonar a discurso rancio, pero sigue estando tan vigente como que el 1º de mayo la gente salió a reivindicar por sus derechos, que se han perdido, se amenazan con recortar y se tienen que defender y deben ser atendidos. No sólo en la empresa, también en los servicios públicos que tienen que protegerse y reforzarse.
P.- La pelea entre el capital y el trabajo habrá quien la vea como una cuestión de fe.
R.- Aquellos que creen que son discursos rancios y viejos, les invitaría a que abrieran la ventana, saltaran por ella y verán que como la vieja ley de gravedad está tan vigente como lo está la confrontación del mundo del trabajo y del capital.
P.- En las mesas más alejadas sobre la mesa están la derogación de la reforma laboral, de las pensiones el Salario Mínimo. ¿Seguirán las concentraciones a nivel provincial?
R.- Se van a seguir manteniendo las concentraciones, hay que recordarle al Gobierno que hay mesas abiertas, y no nos podemos permitir seguir dejándolo pasar. Entre otras cuestiones porque los Fondos Europeos de recuperación tienen que venir sí o sí. Y vendrán, posiblemente, con la sombra de algún señor de negro que impondrá alguna cuestión para su distribución. En esa situación habrá que recordarle que el Gobierno de España es autónomo y no puede ser dependiente. Y recordar la gran deuda que existe con todos los españoles, y con los burgaleses también.
«La vieja ley de gravedad está tan vigente como lo está la confrontación del mundo del trabajo y del capital»
P.- El paro está creciendo y el miedo de que los ERTE pasen a ERE está ahí ¿Qué van a plantear desde el sindicato?
R.- Indudablemente esas cuestiones tienen que ver con el Diálogo Social. En el ámbito local como las obras en la calle Padre Arregui que han salido del diálogo social y han supuesto la contratación de diez personas en desempleo y la brigada de obras del Ayuntamiento. No es una solución definitiva, pero en esa línea se debe seguir trabajando para facilitar el acceso al trabajo desde las instituciones. A través de la mejora de la ciudad, o iniciativas de la Diputación en el conjunto de la provincia.
P.- ¿Y en el ámbito estatal?
R.- Es, indudablemente, a base de inversiones necesarias, a base de utilizar de manera objetiva y con un criterio global los Fondos de Recuperación Europeos que esperemos que lleguen pronto. Y por otra parte, en el mundo del trabajo en las empresas, los servicios públicos. Ahí donde haya trabajadores a través de la negociación afrontar lo que nos queda por delante, que es mucho, para que se minimicen los efectos de la pandemia que todavía está vigente, y sus efectos no conocemos hasta donde alcanzarán en el tiempo.
«Va a tocar cuatro años de picar piedra y no hay otra manera para llegar al otro lado y ver la luz que todos estamos esperando»
P.- Es la gran duda, ¿no?
R.- Sí. No sé si lo peor está por llegar, pero sí que se están sucediendo los acontecimientos uno detrás de otro. Sin ir más lejos, en el automóvil cuando parecía que se retomaba la actividad, aparece la crisis del microchip. Algo con lo que no se contaba y que fue consecuencia de estar encerrados tantísima población a nivel mundial y la demanda de otros sectores como los electrodomésticos. Quiero decir que los cambios son constantes y la situación a futuro es imprevisible e incierta.
P.- En esta situación, ¿volverá a ser el trabajador el que pague los platos rotos de la crisis económica?
R.- El trabajador debe mantener sus derechos, otra cosa es la medida en la que las cuestiones externas afecten al mundo del trabajo. Son cosas que habrá que ver, dialogar y valorar cómo podemos ir adaptándonos todos. El trabajo se está reinventando con motivo de la crisis pandémica y sanitaria, y todos los cambios que está produciendo en el mundo del trabajo, en las empresas, en sus reorganizaciones, en el mercado, en la sociedad... Yo aventuro que nos va a tocar cuatro años de picar piedra de una manera intensiva, intensiva. Y a sabiendas de que no hay otra manera que picar piedra para llegar al otro lado y ver la luz que todos estamos esperando.