BURGOS
Burgos y Palencia se unen para decir ‘no’ a la instalación de macrogranjas
Las plataformas ‘Pisoraca y comarcas vivas’ y ‘Granjas No’ se concentraron para pedir a la Junta una moratoria en la concesión de licencias para la creación y ampliación de estas explotaciones
Las plataformas ‘Pisoraca y comarcas vivas’ y ‘Granjas No’ se concentraron ayer frente a la Diputación de Burgos para protestar contra la instalación de macrogranjas en la comarca burebana y en la provincia palentina, en una convocatoria con carácter nacional. «Queremos pedir a la Administración regional una moratoria tanto en la concesión de permisos para la instalación de macrogranjas como de peticiones de ampliación de estos negocios y que se haga de forma previa un estudio definitivo de la legislación», señaló David Martínez, promotor de ‘Granjas No’.Martínez aseguró que «no se puede permitir una legislación en la que se dejan cuestiones abiertas a la voluntad del promotor o que bajo su responsabilidad vaya a aceptar una serie de compromisos, que ya estamos viendo que no cumplen». Ambas plataformas señalaba la importancia de estudiar las problemáticas resultantes de las granjas ya instaladas y animaron a las administraciones «a fijarse en lo que está ocurriendo en otros países de Europa», donde «ahora mismo hay un movimiento de cierre de macrogranjas, limitando la creación de estas instalaciones y realizando moratorias».El promotor de la plataforma apuntaba que «es necesario legislar de tal forma que la instalación de estas granjas no dañe al campo ni a los habitantes». Y es que «este tipo de ganadería intensiva genera producción de malos olores, proliferación de organismos patógenos, contagio de enfermedades, alta contribución con el efecto invernadero y la contaminación de suelos, acuíferos y ríos», aseguró.Lamentó que «ya hay muchos pueblos sin agua potable». Es el caso de las localidades de «Hermosilla, Barrios de Bureba, La Vid, etc, que en sus casa tienen puesto el cartel de ‘agua no potable’ y tienen que consumir agua embotellada», apunta Martínez. Recuerda que «los purines son buenos para la tierra, pero primero es necesario tratarlos y limpiarlos porque echarlos al campo tal y como sale de la granja es una auténtica salvajada». «Agua, aire y tierras dañadas», lamenta el miembro de ‘Granjas No’. Consciente de que «necesitamos de las granjas y de los cerdos para comer, el daño que hacen estas instalaciones es superior al beneficio que producen». Ni siquiera sobre la fijación de población en las localidades donde se instalan. «Dice la consejera de Agricultura, Milagros Marcos, que donde se instala una macrogranja se establece población y se abren escuelas. Algo que no es cierto y es que nadie quiere vivir en un sitio donde además de no haber servicios básicos hay malos olores, ruidos, insectos, etc», comenta Martínez.