El Correo de Burgos

Proyecto Hombre atiende a 2.645 personas y da 266 altas

La cocaína es el consumo principal en mayores y el cannabis esta en el 80% de los casos con menores de 21 años / La adicción a la tecnología sigue al alza

Fundación Caja de Burgos organiza unas charlas sobre adicciones. ECB

Fundación Caja de Burgos organiza unas charlas sobre adicciones. ECB

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Tres décadas de contacto con las adicciones y personas dominadas por sustancias permiten a Proyecto Hombre afirmar que las adicciones son uno de los grandes problemas de la sociedad, con menores consecuencias del impacto que realmente tienen porque se invisibilizan.

«La adicción está tan metida en la sociedad que, sin los recursos de tratamientos y atención que se han generado, estaríamos ante el principal problema de nuestra sociedad», explica el director de Proyecto Hombre en Burgos, Manuel Fuentes. 

Las cifras de 2020 reflejan un centenar menos de usuarios atendidos y la mitad de usuarios en medidas de prevención. La situación de confinamiento total de marzo ha supuesto este descenso de cifras. En 2020 se atendieron a 790 personas y se realizaron labores de prevención con 1.329 personas con 266 altas terapéuticas.

En un año donde se han cumplido las restricciones sanitarias y se ha optado por la atención telemática y encuentros en formato on line. 

En cuanto a las sustancias que generan la adicción la cocaína sigue siendo el foco principal en el que desahogar las frustraciones y problemas que generan dependencia en mayores de 21 años. A ella se deben casi el 30% de los casos seguidos por la heroína con el 26% de las causas de atención en los usuarios adultos.

Entre los menores de 21 años el 80% de quienes presentan una adicción tienen como sustancia de consumo el cannabis. El alcohol está presente en el 18% de los casos en ambos colectivos. En cuanto a la demanda de atención por adicciones sin sustancia, el 36,36% de los casos están relacionadas con las nuevas tecnologías. 

En estos 30 años de servicio de atención a las adicciones las sustancias han cambiado, los protocolos de atención también pero no las causas.

«Cuando arrancamos en el año 91 con la atención a la drogodependencia, había un problema muy importante con la heroína, entonces era una epidemia y había que dar respuesta a esas adicciones, después subió la adicción a la cocaína y, finalmente, encontramos el cannabis en los más jóvenes como puerta de entrada a las adicciones para conocer últimamente los abusos a las tic que ya habíamos previsto y para cuya atención nos habíamos preparado. Y en todo este tiempo el alcohol siempre presente», resume Fuentes. 

"Las drogas, el alcohol, las tic tapan las carencias y vacios de las personas, la necesidad de anestesiar la falta de expectativas, una baja capacidad de frustración o lo ven como un amanera de diversión, que lleva a la adicción hasta el punto de perder el control".

El problema que se mantiene in alterable es lo que esconden estas sustancias. «Las drogas, el alcohol, las tic tapan las carencias y vacíos de las personas, la necesidad de anestesiar una falta de expectativas, una baja capacidad de frustración o lo ven como una manera de diversión, al final el organismo reconoce que ese malestar se va con las sustancias y llega la adicción hasta el punto de la pérdida total de control», explican desde Proyecto Hombre. 

En estos 30 años «hay mas conocimiento, pero seguimos invisibilizando el problema». Algo grave puesto que la atención temprana es vital.

«Cuando se aborda la atención de manera precoz los resultados son más rápidos y el deterioro de la persona se frena, cuando la situación se cronifica el proceso es más largo», señala.

Así, en los casos más graves hay un año de ingreso y tratamiento intensivo y entre uno y dos años mas de acompañamiento.

Algo que han superado 4.757 personas en tres décadas. En un proceso que implica a familiares y a usuarios que podría acortarse con algunos servicios como la psicología en Atención Primaria. Un servicio que «podría ayudar a una detección precoz de los problemas y una buena derivación lo que evitaría muchos problemas, incluso de atención sanitaria, que se generan cuando la situación se ha cronificado», concluye Fuentes.

La atención precoz es vital para evitar el deterioro. Un servicio generalizado y universal de psicología en Atención Primaria "podría ayudar a esa detección precoz y a una buena derivación que evitaría situaciones cronificadas". 

La problemática de las adicciones está  presente en todos los estratos sociales. No hay un prototipo de clase social especialmente vulnerable. Quizás si son los entornos inestables y donde se genera más estrés los que puedan tener más riesgo.

Pero «hay muchos más factores de estrés» que la situación económica. Las carencias afectivas y la excesiva permisividad son también focos donde la necesidad de calmar el yo interior con sustancias que acaban atrapando a la persona está muy presente.

«Un estilo educativo muy permisivo es un factor de riesgo, no trabajar la tolerancia a la frustración desde la infancia puede ser un factor importante», remarca el director de Proyecto Hombre.

La sobreprotección frente a todo de los pequeños puede llegar a ser contraproducente a la hora de que de adultos soporten los vaivenes de la vida. Pero pasarse de firmes y autoritarios también puede ser otro factor de riesgo.

«Hay que buscar un equilibrio entre el afecto y la firmeza y cuanto más crecen afrontar la negociación de las normas, si se hace bien ampliar los márgenes de permisividad», explica. Ese término medio es lo que se trabaja principalmente con las familias porque en muchas ocasiones «es un problema que solo es visible cuando llegan los problemas».

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