El Correo de Burgos

BURGOS

Uno de cada diez jóvenes que acudió al cribado es positivo en covid-19

Entre los 3.991 jóvenes que se hicieron la prueba se detectaron 391 positivos / Desde primera hora se formó una larga fila para participar en la convocatoria  

Las colas se formaron desde primera hora a lo largo de la calle Cascajera y llegaron a rodear las piscinas. SANTI OTERO

Las colas se formaron desde primera hora a lo largo de la calle Cascajera y llegaron a rodear las piscinas. SANTI OTERO

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El cribado organizado en Burgos dirigido a los jóvenes y adolescentes de la provincia ha tenido una respuesta masiva desde primera hora con largas colas de personas dispuestas a someterse a la prueba que les confirmará si están contagiados del coronavirus o no. Los datos arrojan que uno de cada diez jóvenes que acudieron a la cita es positivo en covid-19. Y es que,  entre los 3.991 jóvenes que se  sometían  a la prueba  se detectaron 391 positivos.La meta es clara. Poner freno al repunte de contagios que la provincia de Burgos y en general al Comunidad están viviendo en las últimas jornadas. Los datos así lo evidencian. Y es que, pese a que este aumento no se ha traducido en ingresos hospitalarios a la misma velocidad, sí comienza reflejarse en la transmisión del virus, que escala a gran velocidad. Estaban llamados a este cribado los jóvenes entre 14 y 29 años, que son el grupo de edad en el que la incidencia acumulada se ha disparado más. Los primeros de la cola pasaron a las pruebas a la una y cuarto de la tarde iniciando un procedimiento que se prolongará hasta las nueve de la noche. Entre esos jóvenes se encontraban Laura y María, dos amigas de 24 y 25 años. «Nos vamos de vacaciones mañana y aunque hemos tratado de cuidarnos, nos viene muy bien saber si estamos ‘libres’ de covid», comentaba la primera de ellas.Por su parte, María señalaba visiblemente molesta que «durante estos días se nos está metiendo a todos los jóvenes en el mismo saco y creo que no es justo». La joven, trabajadora de supermercado, explicaba que «han sido meses muy duros para todos y está claro que queremos empezar a recuperar nuestra vida pero a los jóvenes de nuestra edad les pediría que pensarán antes de actuar porque de lo contrario alargaremos esta situación mucho más tiempo».Antes de abrir las puertas del polideportivo El Plantío para el cribado, la cola llegaba desde esta instalación deportiva de la calle Chopera hasta las pistas de tenis y el aparcamiento de entrada a las piscinas cubiertas, donde se los asistentes se colocaron en ‘z¡gzag’ como ya ocurrió  en el cribado masivo realizado el pasado mes de noviembre. Ya por la tarde, la cola alcanzó  prácticamente la parte trasera del polideportivo.Miles jóvenes y adolescentes de toda la provincia aguardaron con calma su turno, conscientes de la importancia de este cribado para frenar la propagación del coronavirus, cuya incidencia galopa especialmente en la capital burgalesa.También a la espera de hacerse la prueba se encontraban Marcos y Pablo. Estos dos adolescentes de 17 años asumen que tal vez «no lo hemos hecho del todo bien». Y es que reconocían haber «hecho botellones con algunos amigos y sin tener en cuenta el uso de la mascarilla». Participan en el cribado para «saber si tenemos o no covid porque en los más jóvenes muchos somos asintomáticos», explica Pablo, quien comenta que sí es consciente de lo que implica la covid-19 en algunos sujetos porque «mi tío estuvo en la UCI en Madrid». Durante la tarde el ritmo de pruebas no cesaba y al polideportivo municipal de El Plantío seguían llegando cientos de jóvenes. A pesar del número de personas que acudieron a esta llamada, el ritmo «ha sido correcto», apunta Carmen, que acompañaba a su hija Sofía de 14 años a hacerse la prueba.«En unos días nos vamos al pueblo y allí están sus abuelos», explicaba, al tiempo que apuntaba que «esta prueba ha sido muy oportuna». Por su parte, Sofía aseguraba que estando con sus amigas ha usado mascarilla «prácticamente todo el tiempo», pero «nunca se sabe qué puede pasar estando con tanta gente».OcupaciónCabe recordar que si bien la enfermedad afecta de forma leve o asintomática a los más jóvenes siempre hay casos que puede complicarse. De hechos así lo reflejan los datos Universitario ocupación del Hospital Universitario de Burgos. Durante estas jornadas y atendiendo a las personas ingresadas en  el HUBU, la edad máxima de los pacientes covid-19  en planta es de 89 años, mientras que la mínima se sitúa en los 19 años. En la UCI, el paciente mayor tiene 76 años mientras que el más joven tiene 30 años. Desde el centro hospitalario, toda la asistencia covid se está cubriendo con la misma estructura tanto en planta como en UCI, pero se está muy pendiente de la evolución de los contagios y los ingresos para habilitar nuevas estructuras en caso de que sea necesario.

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