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SANIDAD

El San Juan de Dios, al límite

Las derivaciones hospitalarias caen al 50% del convenio y las quirúrgicas no alcanzan el 70%  / Las negociaciones para renovarlo singuen paradas / «En esta indefinición no podemos aguantar mucho más»  

Imagen de la entrada del hospistal San Juan de Dios. ISRAEL L. MURILLO

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Burgos

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Tras la inicial urgencia del mes de abril por resolver en sentido positivo o negativo el convenio de derivaciones hospitalarias y quirúrgicas del Hospital Universitario de Burgos (HUBU) al Hospital San Juan de Dios, el silencio se ha impuesto.

Las negociaciones están paradas. Tras una reunión telemática a principios de mayo, después la comunicación de rescisión del contrato desde el Sacyl y la respuesta de la orden religiosa, poco más se ha hablado. Al mismo tiempo las derivaciones del centro público al privado no han parado de bajar. «En esta indefinición no podemos aguantar mucho más», explican desde la orden religiosa.

La actividad está bajo mínimos. Las derivaciones han caído considerablemente sobre el convenio inicial que se había prolongado hasta el mes de abril para darse tiempo a negociar un nuevo acuerdo. Las hospitalizaciones han caído hasta el 50% de lo conveniado.

En cuanto a las derivaciones quirúrgicas se han bajado al 77% de lo programado. Desde la institución aseguran que de esas derivaciones «hemos cumplido con el 90% de lo que se nos ha enviado». En cuanto a las razones de la caída de la derivación, no hay explicaciones.

Desde la institución aseguran que de esas derivaciones «hemos cumplido con el 90% de lo que se nos ha enviado»

Los servicios que se habían contratado con San Juan de Dios para el ejercicio 2019 y 2020 se correspondían con 950 pacientes al año con 21.800 estancias repartidos en 300 pacientes de cuidados paliativos con 3.600 estancias y 650 de la unidad de geriatría y larga estancia con 18.200 estancias.

En cuanto a los procedimientos quirúrgicos pactados se constataban 1.900 donde destacaban las intervenciones de cataratas y hernia inguinal, unas 1.200 entre todas.

Este convenio, por el que la entidad percibiría 2,6 millones en 2019, 5,2 millones en 2020 y 2,6 millones en 2021, se prolongó hasta el mes de abril de este año con el objetivo de negociar nuevas condiciones.

Al mismo tiempo que esta negociación parece enquistada, cuando desde la Orden se conminaba a tomar una decisión en semanas el pasado 22 de abril por una cuestión de viabilidad del centro, la consejería de Sanidad, tras una reunión de sus máximos responsables (Verónica Casado y Manuel Mitadiel) con la Plataforma por la Sanidad Pública, se comprometían con los segundos a recuperar en dos fases el uso hospitalario del Divino Valles. Un destino para pacientes crónicos de media y larga estancia, el mismo perfil de los pacientes que derivan al San Juan de Dios.

El 15 de abril, en una rueda de prensa realizada por el gerente del Sacyl, Manuel Mitadiel, y el gerente del HUBU, José María Romo, se explicaron las razones por las que la gerencia no era partidaria de continuar con el convenio.

Ambos dirigentes sanitarios apuntaban que se dejaría de enviar pacientes de cuidados paliativos al hospital San Juan de Dios y se anularían las operaciones quirúrgicas que se derivaban al centro del Paseo de la Isla.

Las razones que esgrimían era un «cumplimiento deficiente» de las condiciones del convenio firmado cuatro meses atrás. Hablaban desde Sanidad de un cumplimiento aún peor que el registrado en 2020 y que alcanzaría, de extrapolarse al total del año, al 60% de lo conveniado.

Las razones que esgrimían era un «cumplimiento deficiente» de las condiciones del convenio firmado cuatro meses atrás

Sostenían entonces que de las 80 camas que Sacyl debería poder emplear en San Juan de Dios según el convenio, la media del primer trimestre ha sido de 37 con un mínimo de nueve pacientes ingresados y nunca más de 40, según explicó el gerente autonómico de Salud en esa comparecencia.

Además, las derivaciones quirúrgicas fueron 215 frente a las 592. Los representantes sanitarios reconocían que no había derivaciones alegando que eran los propios pacientes los que insistían en permanecer en el HUBU.

Además, las derivaciones quirúrgicas fueron 215 frente a las 592. Los representantes sanitarios reconocían que no había derivaciones alegando que eran los propios pacientes los que insistían en permanecer en el HUBU

El 22 de abril, los máximos gestores del Hospital San Juan de Dios en Burgos, Francisco Muñoz y José Manuel Seco, anunciaban su sorpresa por lo expresado días antes por el Sacyl.

Una decisión que, aseguraban, llegó tras conocer los cálculos a las necesidades planteadas por la Consejería para el nuevo acuerdo. La nueva cartera de servicios que demandaba el HUBU y que valoraron en un coste de 8,6 millones de euros al año y que trasladó a las autoridades sanitarias el 25 de marzo.

Esa propuesta supondría mantener la actividad de ingreso hospitalario (950 pacientes al año con 21.800 estancias) y readaptar la actividad quirúrgica (doblando las cataratas planteadas hace dos años y medio, añadiendo consulta refractiva y cordales de odontología) e incluyendo pruebas diagnósticas como ecografías (5.300 al año), endoscopias (900 por año), 7.300 consultas de dermatología anuales, rehabilitación y la unidad del dolor.

Sobre los incumplimientos esgrimidos desde Sacyl, aseguraban que los datos de cumplimiento del convenio en 2019 alcanzaron un 93,5% con 880 altas y 22.762 estancias el primer año. Y el segundo fueron 902 altas de pacientes y 20.291 estancias.