El Correo de Burgos

OBRAS

La ampliación de la residencia de Caja de Burgos culminará en «dos años»

La lista de espera ya ronda las 80 solicitudes, justo el número de plazas disponibles / «Gerocultores y enfermeras», los perfiles más demandados para la nueva dotación

Obras de ampliación de la residencia de mayores de la Fundación Caja de Burgos. SANTI OTERO

Obras de ampliación de la residencia de mayores de la Fundación Caja de Burgos. SANTI OTERO

Publicado por
Burgos

Creado:

Actualizado:

En marcha desde el pasado 1 de septiembre, las obras de ampliación del centro de mayores de la Fundación Caja de Burgos en la avenida Cantabria culminarán en un plazo estimado de «dos años». Para entonces, el nuevo edificio ya estará totalmente equipado y «en funcionamiento» para «empezar a incorporar residentes». Por fin, el proyecto parece avanzar de acuerdo a los plazos de construcción previstos tras verse condicionado por la pandemia, cuya irrupción frenó en seco la actuación dadas las circunstancias. 

«Si hoy abriésemos, tendríamos lista de espera para cubrir las 80 plazas disponibles», asegura el director general de la Fundación, Rafael Barbero, consciente del interés que la ampliación de El Remanso ha suscitado tanto en Burgos capital como en el resto de la provincia. De hecho, cifra en otras 80 el número de solicitudes que la entidad ha recibido a mayores hasta la fecha.

A la hora de abordar la ampliación, la entidad realizó un estudio de mercado para analizar «hasta qué punto Burgos, sobre todo la capital, tiene capacidad para asumir nuevos proyectos de residencias de personas mayores». Teniendo en cuenta la existencia de otras intervenciones enmarcadas en el mismo sector, se apostó por un modelo «enfocado a habitaciones individuales o dobles» para matrimonios o convivientes (familiares, principalmente). 

Con 70 estancias repartidas en cinco plantas, Barbero señala que «podíamos llegar a 140 plazas». Sin embargo, lo que se busca es «dar un buen servicio» maximizando los espacios en función del reglamento vigente sobre unidades de convivencia de la Junta de Castilla y León. Así pues, cada piso contará con sus propias áreas de servicios comunes como cocina o comedor. En cualquier caso, lo que se pretendía desde el primer momento, y así será, es «abordar un proyecto grande, casi el más grande que nos permitía la normativa urbanística». 

Rafael Barbero: «Podemos tener un excelente edificio, pero sin grandes profesionales estaría vacío». 

Atendiendo a los protocolos impuestos para garantizar la seguridad sanitaria en las residencias de acuerdo a la evolución del Covid-19, El Remanso dispone actualmente de 130 plazas, seis menos de las que podría ofrecer en condiciones normales. No en vano, el director general de la Fundación recuerda que, durante «bastantes meses», no se pudieron incorporar nuevos usuarios aunque quedasen camas libres. Ahora, la dotación se encuentra al 100% porque se volvió a llenar en cuanto fue posible. 

Al margen de los aforos, lo fundamental para Barbero es «ofrecer una calidad de servicio excelente». Para ello, no solo se aboga por la comodidad de los usuarios con «habitaciones más amplias y zonas comunes», amén de la «céntrica» ubicación de la residencia y su «gran área de esparcimiento». También influye, y mucho, «el grado de calidad de la atención» gracias a una plantilla «muy estable, sin apenas rotación y muy formada». Partiendo de esa base, la entidad prevé generar entre 45 y 50 nuevos puestos de empleo para el futuro edificio.

Los perfiles más demandados de cara a la ampliación serán «gerocultores y enfermeras». El resto de servicios, apunta Barbero, ya están prácticamente cubiertos en la dotación actual (en torno a 75 trabajadores) y se extenderán sin mayor problema a la nueva. Sea como fuere, no deja de insistir en que «la faceta más relevante de un proyecto de este tipo son las personas. Podemos tener un excelente edificio, pero sin grandes profesionales estaría vacío». 

Lo que no se pasa por alto, independientemente de la profesionalidad de los empleados del centro, es el «reto» que supone «aprender» a diario cuáles son «las necesidades de los usuarios en cada momento». En este sentido, el director general de la Fundación recuerda que «la incorporación de personas mayores a las residencias se está dilatando». Esto conlleva, en infinidad de casos, la exigencia de atender los requerimientos de usuarios «con grados de dependencia más altos». Por lo tanto, el nivel de seguimiento y dedicación aumenta sobremanera. 

Desde esta perspectiva, la dirección del centro realiza habitualmente encuestas «tanto a los residentes como a sus familias». A este respecto, Barbero destaca el elevado nivel de «satisfacción ante el servicio prestado por parte de las personas que desarrollan su actividad en las residencias». Como es lógico, otros factores como los espacios o la comida también influyen. No obstante, lo que más se valora es la «estabilidad», ya que los residentes «quieren caras conocidas»

A tenor de todos estos condicionantes y la demanda latente en la sociedad burgalesa, la Fundación Caja de Burgos ha realizado su inversión «más importante» hasta la fecha: 10 millones de euros. Y no solo para edificar un nuevo inmueble, sino también para acometer una serie de reformas en las zonas comunes de la instalación actual. Las obras, precisa Barbero, se ejecutarán a posteriori para «no afectar a los usuarios y dejarles sin servicios». 

tracking