TROTABURGOS / ORBANEJA DEL CASTILLO
Un pueblo de postal
La villa medieval fue declarada Conjunto Histórico Artístico en el año 1993 y es considerada por muchos como una de las localidades más bonitas de la provincia de Burgos
Si preguntáramos a 10 burgaleses por los pueblos más bonitos de la provincia, sin duda al menos 9 de ellos mencionarían a Orbaneja del Castillo como uno de los elegidos. Y es que este pueblo medieval perteneciente a la comarca de Páramos maravilla a todo aquel que lo visita.
Lo más simbólico de Orbaneja es probablemente su hermosa cascada con origen en la cercana Cueva del Agua, que divide al pueblo en dos mitades perfectamente diferenciadas: Villa y Puebla.
La ya famosa cascada brota desde más de 25 metros de altura, descendiendo entre las casas de piedra de la villa y generando una estampa propia de un cuento. Siguiendo el curso del río, el agua ha creado numerosas pozas de color azul turquesa llamadas tobas calcáreas, que son objeto de múltiples fotografías por parte de los visitantes. Estos cuerpos de agua son los más importantes del Parque Natural de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón. Es reseñable también la Cueva del Azar, declarada en 1985 Bien de Interés Cultural y en cuyo interior se pueden observar muestras de arte rupestre del Neolítico.
El pueblo de Orbaneja encuentra su origen en la edad media y en él convivieron durante siglos mozárabes, cristianos y judíos. De la presencia de estos últimos y su famosa aljama tan sólo queda el recuerdo en algunos nombres de calles. Además, la villa fue escogida por los Caballeros Templarios para levantar el Convento y Hospital de San Albín, que ofrecía cobijo y protección a los peregrinos del Camino de Santiago que realizaban una ruta alternativa al conocido ‘camino francés’.
Merece la pena recorrer sus estrechas callejuelas para observar las casas, de un marcado estilo montañés, que denota la cercanía de la frontera cántabra. Estas se adaptan al escarpado terreno del cañón del río Ebro y en ocasiones incluso parece que se encuentran suspendidas. La villa fue declarada en 1993 Conjunto Histórico Artístico.
Las cascadas son seña de identidad de la localidad. ISRAEL L. MURILLO
En el casco histórico, el visitante puede contemplar edificios singulares como la Casa Fuerte, que se cree que pudo pertenecer a los marqueses de Aguilar. La Casa de los Canes y la Casa de los Pobres son otras construcciones emblemáticas de la villa. La primera recibe este nombre por los canecillos románicos que decoran su fachada. La Casa de los Pobres, por su parte, es un antiguo hospital del XVI, que cuenta con un soportal de madera y un elegante entramado de piedra toba.
Fuera del pueblo se hallan las Eras de Orbaneja del Castillo, chozas de piedra antiguamente utilizadas como refugio y granero, que constituyen un conjunto tremendamente interesante de arquitectura popular.
Finalmente, frente al caserío y en la margen derecha del río, se divisa uno de los ejemplos más espectaculares de modelado kárstico del Cañón del Ebro. Aquí el relieve evoca formas fantásticas y parecer recordar a ese castillo ahora desaparecido que da nombre al pueblo.