UNIVERSIDAD DE BURGOS
La UBU estudiará la presencia de virus y bacterias en las aguas residuales
Investigadores de la Universidad de Burgos analizarán de manera «continuada y sistemática» la presencia de virus gastrointestinales, respiratorios, entre ellos el causante del coronavirus, así como las bacterias resistentes a los antibióticos en las aguas residuales de la ciudad. La idea es conseguir la detección temprana de las enfermedades infecciosas que atacan a la población.
El grupo de investigación de Microbiología de la Facultad de Ciencias y el Centro de Patógenos Emergentes, ambos dirigidos por el profesor David Rodríguez Lázaro, se encargarán de los análisis y del estudio de los datos obtenidos. Uno de sus objetivos es el desarrollo de un algoritmo matemático que permitirá relacionar la presencia de microorganismos en las aguas con la incidencia de enfermedades infecciosas a nivel asistencial en los centros de salud y hospitales.
Este estudio tan exhaustivo de las aguas residuales es novedoso en Castilla y León y, probablemente, en el ámbito nacional, como reconocían ayer el rector de la Universidad de Burgos y el presidente de la Sociedad Municipal ‘Aguas de Burgos', Manuel Pérez Mateos y Miguel Balbás, respectivamente. Ambos firmaron el convenio por el que el Ayuntamiento de Burgos destinará 120.000 euros en cuatro años (30.000 euros por anualidad) para estudiar la presencia de virus y bacterias que generan decenas de enfermedades a la población.
Durante el mes de noviembre se quiere comenzar con la recogida de datos en varios puntos del termino municipal y se desarrollarán controles mensuales.
«Se ha comprobado que ciertos patógenos pueden ser monitorizados con antelación a la aparición de casos clínicos», apunta David Rodríguez
La presencia de una pandemia global como la del coronavirus ha demostrado el interés que tienen este tipo de datos obtenidos en las aguas residuales ya que permiten conocer la evolución de la enfermedad. En el caso del Sars-cov-2, que genera la covid-19, es posible detectarle antes de que la incidencia de casos se dispare. Y en el caso de virus como el de la gripe, el rector explicaba, que si se hacen las analíticas con tiempo, antes de que aparezcan incrementos de incidencia importantes, podrán determinar su presencia por zonas de Burgos.
Por su parte, el director de la investigación subraya la aplicación que tiene el uso de las aguas residuales porque la información que se obtiene es de la globalidad de una comunidad y no solo de una persona afectada por una enfermedad. «Se ha comprobado que ciertos patógenos pueden ser monitorizados con antelación a la aparición de casos clínicos», apunta. A la vez señala que cuantos más datos se obtengan se podrán medir las tendencias en relación con el incremento o no de un patógeno en las aguas. El equipo de investigación tiene cuatro años para desarrollar su labor y es necesario obtener el máximo de datos para lograr que la herramienta del algoritmo funcione lo mejor posible, algo que podría tardar entre dos y tres años.
La información relevante para la investigación será útil también en el ámbito sanitario y, por ello, en el caso de obtener «resultados anómalos que adviertan de un problema de salud» se pondrían en conocimiento de las autoridades sanitarias.
En el caso de obtener «resultados anómalos que adviertan de un problema de salud» se pondrían en conocimiento de las autoridades sanitarias.
Rodríguez transmitía la importancia de determinar en este estudio la presencia de bacterias resistentes a los antibióticos porque suponen un problema de salud pública, que preocupa cada día más a la comunidad científica por las dificultades para tratar las enfermedades que generan. Destaca también que «empezar en otoño es importante porque es cuando comienza el pico de las enfermedades respiratorias».
Por su parte, el concejal Miguel Balbás (Ciudadanos), presidente de la Sociedad de Aguas, destacaba la colaboración entre administraciones que permite este tipo de convenios, que al final van en el beneficio de la sociedad. «Lo tuve clarísimo cuando David Rodríguez me presentó la oportunidad de hacer este tipo de estudios y pensé que podíamos ayudar porque al final redundará en la promoción de la salud y el bienestar de los burgaleses», afirma.
Balbás incidía en que la detección temprana de enfermedades infecciosas permitiría adelantarse a un problema grave y tomar medidas sanitarias de forma más ágil. «El agua es una fuente inagotable de datos que hasta ahora ha estado completamente desaprovechada en cuanto a investigación», manifiesta el edil.