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SANIDAD / COVID-19

Tres burgaleses atrapados en Marruecos «sin noticias de ningún sitio»

Patricia, Andrea y Manuel llegaron el domingo a Marrakech y desconocen cuándo podrán regresar tras el cierre de fronteras por la variante Ómicron / Se plantean ir a Casablanca porque «el Gobierno va a mandar aviones»

Manuel Rámila, Andrea Sancho y Patricia Téllez, burgaleses atrapados en Marruecos por el cierre de fronteras. ECB

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Burgos

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La escena se repite. Cientos de españoles atrapados en el extranjero por culpa del Covid-19. La sexta ola ha puesto sobre alerta a media Europa y a países como Marruecos, que ayer a medianoche decretaba el cierre de sus fronteras durante dos semanas para frenar la expansión de la variante Ómicron. De haberlo sabido, Andrea Sancho, Patricia Téllez y Manuel Rámila no estarían ahora mismo en Marrakech. «Sin noticias de ningún sitio», estos tres jóvenes burgaleses no ocultan su «agonía» e «incertidumbre» por una situación totalmente sobrevenida. Cuando llegaron el domingo, era «todo perfecto y maravilloso». Según relata Patricia, cumplían el requisito de la pauta completa de vacunación e incluso se hicieron una PCR «aunque nadie nos la pidió». Hasta aquí todo correcto, deseando disfrutar al máximo sus vacaciones hasta su regreso el jueves. Sin embargo, ayer mismo se enteraron, «por noticias desde España», que Marruecos cerraba sus fronteras. «Lo que escuchábamos es que se cerraba para entrar, pero no para salir». En principio, todo indicaba que podrían regresar sin problema. Aún así, los tres jóvenes volvieron al hotel -solo pueden conectarse vía wifi- para informarse. Para su sorpresa, Patricia leyó un correo electrónico de Iberia comunicándoles que «había cancelado nuestro vuelo». No en vano, ya sospechaba que algo así podía suceder porque «un chico que conozco iba a venir este sábado y me dijo que les habían cancelado todos los vuelos».Al no poder llamar directamente por teléfono desde Marrakech, Patricia, Andrea y Manuel pidieron a dos personas de su entorno que contactasen con Iberia para que «nos diesen una solución». Tras «más de dos horas intentándolo», sus mediadores les comunicaron que en la aerolínea «nadie sabía nada». De hecho, «nadie sabía lo que estaba pasando porque entendían que habían cerrado fronteras para entrar, pero no para salir». Y lo peor, más allá de la incertidumbre, era que «nadie nos daba ninguna opción».Desesperados, salieron a la calle con la esperanza de encontrarse con alguno de los españoles que habían realizado el mismo free tour que ellos. «Toda la noche dando vueltas y no vimos a ningún turista», rememora Patricia mientras incide en que les pareció «rarísimo». Entonces decidieron volver al hotel y preguntar a unos franceses con los que habían coincidido. «Nos contaron que Francia estaba repatriando e iba a traer aviones». Esperanzados, buscaron información al respecto pero nada. También probaron con un conocido buscador de vuelos, donde comprobaron que «por Ryanair seguían vendiendo billetes para todos los días sin problema» mientras que los de Iberia «aparecían todos cancelados». Así las cosas, se pusieron a «mirar cualquier combinación posible para podernos ir». No tardaron mucho en percatarse de que «todos esos vuelos los podías comprar y después te los cancelaban».Sin respuestas de ningún tipo y recibiendo noticias con cuentagotas al carecer de datos móviles en un país extranjero, los tres turistas burgaleses se toparon con una pareja de españoles que «en teoría volaba hoy». Misión imposible, ya que a los 10 minutos de hacer el checking recibieron un correo electrónico confirmando la cancelación. Sí, «a menos de 24 horas de su vuelo». También les contó la pareja que en el aeropuerto «había más de 100 españoles y que aquello era un caos». Además, el cierre de fronteras también afectaba a muchos marroquíes que trabajan en España. Y para que comprobasen lo que había, les enseñaron un vídeo del aeropuerto en el que «se veía mucha tensión».En estos momentos, Patricia, Andrea y Manuel ignoran si podrán volver en breve. El silencio, desconocimiento más bien, parece imperar entre las compañías aéreas, la Embajada y el Consulado de Casablanca -esgrimen que «nos tenemos que poner en contacto con la aerolínea»-. Ni siquiera en la página web del Ministerio de Asuntos Exteriores encontraron respuestas: «solo que a partir del 29 a las 23:59 se cerraban las fronteras de entrada». Y punto. Con el fin de ayudarles y denunciar lo que les está pasando, la hermana de Andrea ha recurrido a las redes sociales. No es la única, pues se calcula que más de 300 españoles permanecen en Marruecos sin poder salir hasta nueva orden o, al menos, hasta que pasen las dos semanas inicialmente previstas por las autoridades. Patricia tiene constancia de que «el Gobierno va a mandar aviones» y que «igual nos tenemos que mover todos a Casablanca», aunque nadie se lo haya confirmado oficialmente. Sin novedad en el frente, dudan si trasladarse a dicha ciudad o «esperar a saber más noticias». En cualquier caso, lo único que piden es que las autoridades españolas les tengan «localizados» y tome cartas en el asunto cuanto antes porque el panorama resulta «desesperante».Dentro de lo que cabe, estos tres jóvenes burgaleses tienen ciertas «facilidades» de cara al trabajo, máxime cuando dos de ellos son autónomos. Sin embargo, a Patricia le apena saber que no todo el mundo está en la misma situación. Por no hablar de quienes tienen compromisos familiares o están «solos» en medio de esta inesperada odisea en tierra de nadie. En definitiva, lo que no les quita nadie es la «sensación de que te dejen tirado».