El Correo de Burgos

La esperanza también es posible en el infierno

La UBU pondrá en marcha una Escuela de Emprendimiento en Potosí (Bolivia)

La Universidad de Burgos trabaja en esta zona de Bolivia desde hace 12 años con el impulso de la profesora Dolores Fernández Malanda. ECB

La Universidad de Burgos trabaja en esta zona de Bolivia desde hace 12 años con el impulso de la profesora Dolores Fernández Malanda. ECB

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En Bolivia el trabajo infantil no es una opción para la mayoría de los niños y niñas. Es una condena impuesta por la pobreza, la desigualdad social y por una Constitución, promulgada en 2009 bajo el gobierno de Evo Morales, que autoriza que niñas y niños trabajen como «autónomos» a partir de los 10 años y como asalariados para terceros desde los 12. A los pies del Cerro Rico, que domina, como el ojo de Sauron, la ciudad de Potosí, esa forma de explotación infantil es aún más patente. Allí, en una ciudad que supera los 220.000 habitantes, más de 20.000 niños tienen que trabajar para sobrevivir. Son mineros, carretilleros, lustrabotas, trabajadores en cementerios, vendedores ambulantes, acarreadores… son las y los NAT´s, el acrónimo tras el que se esconde la vida de los niños, niñas y adolescentes trabajadores que viven bajo ese cerro, que ya no es Rico, sino del Diablo, en condiciones infrahumanas y en uno de los parajes más inhóspitos, crueles y duros del planeta, a más de 4.100 metros de altitud. Y es allí donde, desde hace 12 años, trabaja la Universidad de Burgos bajo el tenaz impulso de su profesora Dolores Fernández Malanda, con el objetivo de mejorar la vida de niños y adolescentes trabajadores y donde, a partir de los primeros meses de 2022, la UBU podrá en marcha una Escuela de Emprendimiento, que recientemente ha recibido el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), con una subvención de 200.696 euros. Esta escuela consolida el proyecto ‘Aprendiendo a emprender’ que lleva a cabo la Universidad de Burgos con estudiantes del grado de Pedagogía desde 2016 y que, afirma Dolores Fernández, «desde el principio resultó un éxito absoluto. Nuestros alumnos comenzaron a acompañar a niños que vendían periódicos por la calle, desde las 4 de la madrugada hasta las 9 de la noche, y apoyarles en su formación. Además de mejorar las condiciones de su trabajo y su situación, los niños comenzaron a adquirir una mentalidad de emprendedor social, no de emprendedor empresarial, para la mejora de su comunidad, a un nivel sencillo, por ser niños y niñas de 10 a 14 años». De hecho, en 2017 esa iniciativa fue premiada en el certamen ABC Solidario, en la primera ocasión que se reconocía en este periódico el trabajo de una universidad en este ámbito de voluntariado. En Potosí, la Universidad, junto a la Pastoral Social de Cáritas de Potosí (PASOCAP), trabaja con más de 500 niños y adolescentes trabajadores del Movimiento NAT´s, que conforma una especie de sindicato que obliga a los jóvenes a ir a la escuela en un horario compatible con su trabajo y que rechaza la prostitución infantil. De ellos, 200, con edades comprendidas entre los 14 y los 18 años, serán beneficiarios de la nueva Escuela de Emprendimiento que, en breve, tendrá carácter oficial. FormaciónEstos adolescentes, afirma Dolores Fernández Malanda, «recibirán formación, impartida por profesores de la Universidad de Burgos y de la Universidad Domingo Savio de Potosí, para convertirse en emprendedores sociales, además de ser apoyados en sus proyectos de microemprendimiento ya en marcha, como es el caso de una panadería ya existente». Para ello, la UBU cuenta, además, con el apoyo de PASOCAP y del Ayuntamiento y la Federación de Empresarios de Potosí. «Queremos contar -solicita Dolores- con la ayuda de estudiantes de la Escuela Politécnica de la UBU para que nos ayuden a motorizar de manera sencilla las carretillas que usan los niños que trabajan en el mercado con las que acarrean mercancías en desniveles de más 400 metros. Además, queremos implementar el proyecto de las potabilizadoras de agua portátil que inició el profesor Eduardo Montero para paliar los problemas causados por el plomo extraído de las minas y acumulado en las faldas del cerro, que se filtra en los acuíferos del subsuelo y que provoca cáncer, también infantil, problemas estomacales y otras enfermedades por la falta de agua potable».  Igualmente, el proyecto de la Universidad de Burgos subvencionado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo se completará con la creación de una asociación o cooperativa y de un fondo solidario para el apoyo de microemprendimientos y que se retroalimentará con pequeñas aportaciones provenientes de potenciales beneficios de esos micronegocios integrados en la cooperativa. Esto permitirá, según la profesora Fernández Malanda, «que el proyecto continúe después de los 18 meses, ampliables a 9, que contempla la ayuda de la AECID. Queremos crear una estructura que pueda seguir funcionando sola, aunque desde la Universidad seguiremos apoyando el proyecto para conseguir el empoderamiento de los NAT´s».

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